Viaje a Venezuela

Venezuela está viviendo hoy una de las peores crisis política y económica de toda su historia.

25 DE MAYO DE 2017 · 12:00

Caracas, capital de Venezuela.,caracas
Caracas, capital de Venezuela.

Del 9 de abril al 7 de mayo estuve en tres países: Colombia, Venezuela y Cuba. Fui a lo mío, a lo de siempre, a proclamar las verdades del Evangelio a quienes todavía no creen, a estimular a cristianos débiles en la fe y a promover el crecimiento de las Iglesias.

Mi primera parada fue Colombia, país del que escribí la semana pasada.

Hoy me ocupo de Venezuela. Un avión de la compañía Copa me llevó en vuelo directo de Medellín a Caracas. En el aeropuerto me recogió mi buen amigo José Quiñones, predicador en Caracas de la Iglesia de Cristo más grande en Venezuela. Quiñones me llevó directamente al hotel, pidiéndome que descansara. Al día siguiente mantuve una reunión con siete predicadores de otras tantas iglesias instaladas en el Distrito Capital, antiguamente llamado Distrito Federal. Desayunamos juntos y distribuí entre ellos la ofrenda en dólares, previamente cambiada de euros, que me habían entregado iglesias de Cristo en España con la intención de aliviar las necesidades económicas y alimenticias que están padeciendo muchas familias cristianas, al igual que el resto de la población.

Quiñones había organizado cinco conferencias, una de ellas exclusivamente para jóvenes. Me advirtió que a pesar de los anuncios previos dudaba del número de asistentes, dadas las dificultades en el transporte. En efecto: mi semana en Caracas coincidió con una fuerte y prolongada jornada de huelgas. Dejaron de funcionar el metro y la línea de autobuses. El coche particular servía de poco, ya que las principales calles de la capital estaban taponadas por los miles de partidarios del Gobierno y otros miles de la oposición, enfrentados sólo a gritos, afortunadamente a gritos sólo, excepto algunos muertos y heridos. Las fuerzas del orden las veía desde la ventana abierta de la habitación que ocupaba en el hotel –reprimían a los opositores con mangueras de agua y gases lacrimógenos.

Con todo, nunca supe cómo lograron llegar hasta el lugar de reunión; el número de asistentes nunca bajó de cien personas. El último día, domingo, me dijo Quiñones que se habían congregado trescientas personas. El anterior, sábado, mantuve reunión de una hora con sesenta jóvenes que llegaron de tres congregaciones. Ahora, cuando veo las fotografías, me interrogo cómo todas aquellas personas pudieron llegar hasta el local de cultos con la efervescencia social y política que estaba viviendo Caracas y con los medios de transporte paralizados. Glorificado sea Dios, hubo conversiones y cristianos restaurados al primer amor en número mayor del que yo anticipaba.

Venezuela, que abre sus fronteras con Brasil, Colombia y Guayana, bañada por el mar Caribe y el Océano atlántico, tiene una extensión de 916.445 kilómetros cuadrados y 31 millones de habitantes. La conquista y colonización de Venezuela por los europeos comenzó en el curso del tercer viaje de Cristóbal Colón, que se inició en Sanlúcar de Barrameda en mayo de 1498. A fines del siglo XVIII se producen los primeros movimientos secesionistas a favor de la independencia. Venezuela se desprendió de España el año 1810. Al siguiente, 1811, Cristóbal Mendoza fue constituido primer presidente de la nación.

El movimiento Chavista se inició en torno al coronel Hugo Chávez, quien ostentó la presidencia del país desde 1999 hasta su muerte en2013. En abril de ese mismo año la presidencia pasó a Nicolás Maduro, quien hasta entonces ostentaba el cargo de vicepresidente.

El protestantismo no ha crecido en Venezuela tanto como en Colombia, pero las últimas estadísticas a las que he tenido acceso confirman que el 18 por 100 de los 31 millones de habitantes pertenecen a una de las varias denominaciones que trabajan en el país, esto es, cinco millones y medio.

Venezuela está viviendo hoy una de las peores crisis política y económica de toda su historia.

Durante la larga gestión de Gobierno entre los años 1999 y el 2013, Hugo Chávez implementó reformas económicas, sociales y políticas que llevaron a Venezuela a ocupar los primeros lugares en desarrollo humano en la América hispana.

El poderío económico de aquél entonces llevó a Chávez a la creación de la organización “Alba” – Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-. En teoría se trataba de un tratado de libre comercio entre repúblicas latinas, pero de hecho constituía un instrumento de ayuda económica por parte de Venezuela a países del continente. La sede de la Coordinación Permanente del ALBA se ubicó en Caracas. ALBA estuvo integrada en su origen por 8 países, 2 invitados especiales y 3 observadores. De la ayuda económica venezolana se beneficiaron Cuba, Nicaragua, Bolivia, Mancomunidad de Dominica, Antigua y Barbado, Ecuador, San Vidente y Las Granadinas y Santa Lucía.

En el curso de los últimos años la economía venezolana ha caído en picado. Estuve en Caracas siete días, del 17 al 23 de abril. Cada día leía cuatro periódicos. Además de lo leído, fui testigo de situaciones que me conmovieron profundamente. Ahora mismo el 82 por ciento de las familias venezolanas vive en situación de pobreza y el 56 por ciento en pobreza extrema. Yo he visto, con mis propios ojos, gente rebuscando en contenedores y bolsas de basura algo para comer.

Por otro lado, la tasa de homicidios en Venezuela está considerada la más alta del planeta. El año 2016 acabó con 28.479 asesinatos en el país. El último día que estuve en Caracas leí que la ola de huelgas y protestas, los enfrentamientos entre partidarios del Gobierno y de la oposición se había saldado con 39 muertos. Cuando escribo este artículo leo que ya son 46. Recortes que traje de periódicos leídos durante mi semana en Caracas abundan en el clima de violencia y asesinatos que vive Venezuela. Las páginas de los diarios chorrean sangre.

El jesuita Miguel Matos decía en el semanario “Quinto Día”, edición del 21 al 28 de abril, que no cree que la situación por la que atraviesa hoy Venezuela pueda superarse fácilmente, porque todos los factores en confrontación están absolutamente blindados. Está blindado el gobierno, está blindada la oposición, está blindada la misma sociedad civil. No ve liderazgos alternativos ni en el gobierno ni en la oposición.

¡Lástima!

¡Venezuela! Al abordar sus costas durante el tercer viaje Colón, fascinado por la belleza y la dulzura de la región, creyó haber descubierto el jardín del Edén.

¡Venezuela! Durante los años 50 y 60 recibió a miles de españoles, especialmente procedentes de las Islas Canarias, que lograron prosperar en todos los campos de la vida venezolana. Al incrementarse el valor del petróleo en años pasados la economía del país estuvo considerada como la más floreciente en la América hispana. Venezuela no es merecedora de la situación que ahora padece. Pidamos al que todo lo puede que dispare desde el cielo rayos de entendimiento y buena voluntad en los cerebros de quienes dirigen y de los que quieren dirigir para que transformen los aceros en oro puro y las peleas en abrazos. Que resurja la economía. Que los que trabajan reciban salarios dignos. Que los niños dispongan de alimentos de acuerdo a sus edades. Que los jóvenes hallen trabajo. Que todo el país se abra a la mañana de una nueva vida pacífica y próspera. Juan Pablo Olalquiaga, español de origen, presidente de la empresa Conindustria, declaró a la prensa el 20 de abril: “La Venezuela Potencia es un país que no existe”.

Pues que exista, con la aportación de todos.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Enfoque - Viaje a Venezuela