Mujeres soldado ‘mandan al infierno’ a yihadistas

El batallón femenino de al-Asad y mujeres kurdas combaten como militares entrenadas al Daesh (Estado Islámico), que temen morir ante una mujer por significar “no acceder al paraíso”.

lainformacion.com · DAMASCO · 13 DE NOVIEMBRE DE 2015 · 16:00

Una militar en un tanque sirio,mujer soldado, militar siria
Una militar en un tanque sirio

Para los milicianos del grupo terrorista de Estado Islámico caer en combate en manos de una mujer es sinónimo de arder en el infierno, todo lo contrario que hacerlo en manos de un hombre.

Y cada vez más mujeres luchan contra el Daesh. Al igual que al-Asad, los kurdos también tienen su batallón femenino. Los kurdos también cuentan con mujeres entre sus combatientes que luchan contra aquellos que las secuestran y las violan.

 

AL-ASAD

Bashar al-Asad ya confía la seguridad de su país en manos de las mujeres. En concreto el mandatario sirio pone su confianza en su batallón femenino. Un ejército integrado por 800 mujeres soldado las cuales han recibido entrenamiento militar y combaten contra los bastiones rebeldes en la región de Damasco.

No fue creada por el presidente sirio para hacer frente a las pérdidas del Ejército desde el inicio de la revuelta, sino que aunque parezca sorprendente, fue el propio al-Asad el que decidió tener una brigada femenina para “promover el papel de las mujeres sirias y mostrar que son capaces de tener éxito en todos los ámbitos”. Sin embargo, eso sí la brigada está bajo el mando de un hombre.

 

MUJERES KURDAS

Cada vez más mujeres luchan en la guerra por sus países y por sus derechos. En el caso de la guerra de Siria, el batallón de al- Asad no es el único. Los kurdos también cuentan con mujeres entre sus combatientes. Una gran novedad en el pueblo kurdo ya que muchas de las cuales apenas salían de su consagradas a los trabajos domésticos. Sin embargo, ellas también quieren luchar contra el terrorismo y deciden unirse valientemente a las filas de los soldados kurdos.

Estas guerreras, entre 18 y 24 años, se alistan a la sección femenina de las Unidades de Protección Kurdas (YPJ) porque ven en el avance yihadista una grave amenaza para sus derechos.

Muchas de ellas,  antes luchaban por la creación de un estado  kurdo o en  la frontera entre Siria e Irak, pero ahora también lo hacen por sus derechos, ya que las mujeres sufren una fuerte discriminación en las zonas controladas por el Frente al-Nusra y el Daesh.

Una de las comandantes explica que los extremistas no aceptan que las mujeres tengan puestos de mando, al contrario les obligan a cubrir sus rostros. “Quieren controlar nuestras vidas”, subraya Ruwayda.

Hace más de dos años, en Siria, los miembros del Frente al Nusra imponían la sharia, a medida que iban avanzando. Hace unos meses, en Irak, Daesh impuso su barbarie en los territorios fronterizos que discurren en Siria e Irak. En ambos países, los episodios de barbarie se multiplican, sin apenas oposición.Ahora bien, entre las pocas fuerzas capaces de detenerles están los kurdos, sus milicias, los peshmergas y las guerreas kurdas.

 

LOS YIHADISTAS VAN AL INFIERNO SI MUEREN A MANOS DE UNA MUJER

Las mujeres tienen una baza a su favor. Según señalan las milicias kurdas, los terroristas del extremismo islámico temen morir a manos de una mujer porque eso significaría que no pueden acceder al paraíso.

Otra guerrera, Diren de 19 años, asegura a la BBC que “cuando ven a una mujer con un arma, están tan aterrorizados que empiezan a temblar y huyen”.  Son suníes, como los miembros del Daesh. No obstante, aquí terminan las similitudes. Diren indica que para los fanáticos del Daesh una combatiente mujer significa “haram”,  una palabra árabe que significa prohibido.

Según NBC,  las mujeres son un tercio de los combatientes de las Unidades de Protección Kurdas y en total suman unas 7.000. La mayoría son solteras y reciben un estricto entrenamiento.

Cuando se “alistan” solo duermen seis horas. Se levantan a las 4 de la mañana e intercambian entrenamiento con conocimientos básicos. Luchan por la causa del pueblo kurdo. Abandona a su familia y a sus amigos para adoptar la austeridad y la disciplina.

Después del entrenamiento las mujeres viajan al frente donde lo mejor que les puede pasar es luchar durante al menos dos meses consecutivos antes de poder descansar, por un día o dos en sus casas y volver al combate. Pese a que las familias temen que sus hijas no vuelvan a casa prefieren que luchen contra quien más daño está haciendo a su país y también a las mujeres a las que no dudan en secuestrar, violar y recientemente matar, el Estado Islámico.

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