“La crisis puede traer una generación menos pasota y hedonista y más luchadora”

Marcos Zapata analiza el presente de la juventud en España, a raíz de un informe que esboza la situación de un colectivo que muchos sociólogos ya comienzan a llamar “la generación perdida”.

ESPAÑA · 04 DE MARZO DE 2014 · 23:00

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La generación que tomará las riendas del país en las próximas décadas es tremendamente pesimista ante el futuro de España. La crisis se ha cargado sus expectativas y les hace desconfiar y dudar de todo. El 80% de los adolescentes y jóvenes de este país se muestra convencido de quetendrá que depender económicamente de su familia. Así lo pone de manifiesto una investigación elaborada por elCentro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, y promovida por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) con la colaboración del Banco Santander y Telefónica. Este dossier trata de esbozar un retrato de la adolescencia y la juventud española aportando los datos más actuales, entre los existentes, de fuentes estadísticas europeas y españolas, y de mostrar su evolución. Marcos Zapata, pastor evangélico y terapeuta familiar, ha realizado una valoración del informe y lo que éste revela sobre el estado de la juventud en España. Pregunta: ¿Según este estudio cómo está la situación de la juventud en España en este momento? Respuesta: El estudio, realizado tras entrevistar a 1.000 chicos y chicas de entre 18 y 24 años, saca conclusiones demoledoras sobre la que ya se denomina lageneración perdida, jóvenes que se prepararon y formaron pensando que lo mejor de sus vidas estaba por llegar y que por la crisis se han vistocondenados a una larga situación de precariedadsin que puedan hacer nada por remediarlo. - El 80% de los jóvenes asume que tendrá que depender de su familia - La mitad aceptaría cualquier empleo y en cualquier lugar, aunque tenga un sueldo bajo - El mismo porcentaje ve muy difícil comprar o alquilar una casa o formar un hogar propio - La mayoría ve probable tener que trabajar en donde sea o marcharse al extranjero - Frente a la crisis, están retomando los estudios que abandonaron la década pasada SegúnCrisis y contrato social. Los jóvenes en la sociedad del futuro, seis de cada 10 consideran muy improbable encontrar o mantener un trabajo que les guste en los próximos dos o tres años. La mitad de ellos ve "mucha dificultad" en ser autosuficiente económicamente hablando, conseguir comprar o alquilar una casa oincluso formar un hogar o una familia. Así que se encogen de hombros y asumen que, cuando sean adultos, van a tener que vivir de sus padres. Y quetendrán que renunciar a una vida independiente. Y que tendrán incluso que renunciar a tener hijos. P. Entonces podemos hablar de que hay una quiebra de confianza en el sistema que les hace sentir quelas cosas nunca volverán a ser las mismas. ¿Podemos afirmar que tienen una visión del futuro claramente desesperanzada?. R. Existe en esta generación un sentimiento de autosacrificio. Como bien dices, hay una quiebra de confianza en el sistema que les hace sentir quelas cosas nunca volverán a ser las mismas. Tienen una visión del futuro claramente desesperanzada. Los jóvenes saben que la preparación es fundamental para tener un mejor trabajo, pero al mismo tiempo han experimentado que esta preparación no es ninguna garantía. Sufren frustración porqueno les sirve de nada el esfuerzo que han hechoy eso les coloca en una situación de no saber qué hacer. No confían en nada, salvo en lo que les viene de su familia. P. Luego podemos decir que es verdad lo que se comenta, que'Los jóvenes de esta generación sienten que sus hijos, si los tienen, vivirán peor que ellos'. R.Esa sensación es real, al contrario de lo que nos pasó a nosotros. Así que se ha producido una fractura social. La nueva generación se ha dado cuenta que han cambiado tanto las reglas del juego quesus preguntas no tienen respuesta. No hay fórmulas, como antes, para que las cosas salgan bien. "Hace 15 años, la respuesta al contrato social era: 'Tú, joven, fórmate, que verás que mejora tu situación y tus hijos vivirán mejor que tú'. Ahora todo esto se ha roto. Esta generación siente quesus hijos, si los tienen, vivirán peor que ellos. Estamos en un cambio de época, hay un modelo que está en cuestión. P. Entonces, está creciendo el pesimismo en lugar de la esperanza. R. Al pesimismo -el 82% de los entrevistados cree que, en un año, España estará igual o peor que ahora- se suma el conformismo.El 48% de estos chicos está dispuesto a aceptar cualquier empleo, en cualquier lugar y con salario bajo,según los datos de la investigación. De hecho, el 84% considera muy o bastante probable tener que trabajar en lo que sea; el 61% considera igual de probable tener que marcharse a buscar suerte en el extranjeroy el 79% tener que estudiar más. P. ¿Pero no hay algo bueno que se haya sacado de la crisis? Porque no todo será negativo… R. No en vano, si algo bueno ha tenido la crisis es quemuchos jóvenes están retomando los estudiosque abandonaron en la década pasada, tiempos de dinero fácil procedente del ladrillo. El 70% de los entrevistados tiene intención de volver a coger los libros y la mayoría cita como motivo "conseguir o mejorar el trabajo". Son conscientes de que estudiar no les va a sacar del agujero en el que se encuentran, y esto yo lo interpreto como un buen síntoma:al menos se están moviendo. Así, el 53% piensa que, precisamente por la crisis, debemos prepararnos más para el futuro ycasi la mitad apoya movimientos que propongan cambios profundos en el actual sistema económico, social, político e institucional. La mayoría responsabiliza de esta situación al Gobierno, a los partidos políticos, a los empresarios y a los banqueros. P. ¿Cómo serán estos jóvenes cuando se conviertan en adultos? ¿Dóciles y sumisos o impulsores de una gran transformación social? R.Ésa es la pregunta del millón. Hasta ahora, la juventud decía: 'A ver qué me va a dar a mí la sociedad'. Veían la sociedad como un gran bazar al que se le pueden pedir cosas. Ahora la gente debe empezar a pensar qué puede hacer para la construcción de esa nueva sociedad.Se produce una anticipación de la participación. Muestranunrechazo porlospartidos clásicos y abogan porlosmovimientos. Quizá la crisis nos traiga otra cosa buena, además del mayor interés por la formación: una generación menos pasota, menos hedonista y más luchadora y consciente de lo mal que van las cosas. P. Y en relación a la fe y a los valores de convivencia, que nos dice este estudio? R.La investigación Valores sociales y drogas (FAD 2010), que analiza los valores en la sociedad española en su conjunto, mostró una jerarquía de valores presidida por la familia y por los aspectos que más directamente apelan al mantenimiento del orden y al bienestar individual (afectividad cercana, salud y economía personal). En la misma investigación, al centrar el análisis en la población de 15 a 24 años, se identificó lo siguiente: • No se encontraron diferencias significativas frente a cuestiones como la familia o el cuidado de la salud, el interés por el medio ambiente, llevar una vida moral y digna o preocuparse por lo que ocurre en otros lugares del mundo o en el propio barrio. Todas son valoradas altamente, en lo que nos concierne como cristianos debiéramos resaltar que “Llevar una vida moral y digna” es un valor importante para casi el 80% de los jóvenes. • Sí aumenta en este grupo la valoración de la importancia de tener amigos y conocidos, del tiempo libre y el ocio y de vivir al día, así como la que se atribuye al cuidado estético y corporal. Se incrementa también la valoración atribuida a la familia y, en puntuaciones algo mayores a las del conjunto de la población, la importancia de ganar dinero, tener una vida sexual satisfactoria, cuidar la salud, vivir como a cada uno le guste y cuidar el medio ambiente. • También aumenta en este grupo de edad la importancia otorgada al respeto a las normas, la autoridad, la superación personal, el riesgo y la política, al igual que desciende el interés por cuestiones religiosas o espirituales. • Esta misma investigación indagaba sobre el juicio moral de determinados comportamientos. La evolución de estos datos referidos a la población joven, apuntan a un incremento en la justificación de la pena de muerte (1,48 puntos de media). También ha aumentado (1,04 puntos de media) la justificación de las relaciones homosexuales, así como la de la eutanasia (0,66) y, en menor medida, la del aborto (0,34). Datos que sin duda nos tienen que hacer reflexionar. P. ¿Consideras importante para la iglesia que se conozca este estudio? R. Sin duda alguna. Espero que este estudio nos ayude a entender a la juventud a la que queremos presentar a Jesús y alcanzar con el evangelio. Contextualizar nuestro mensaje no es una opción, es vital para ser oídos en el lenguaje que esta generación comprende. Animo a leer este estudio, lo podrán descargar aquí.

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