Nunca se siente más seguro un niño que cuando sus padres se respetan
Jan Blaustone Verdugos del matrimonio (XI)

Continuando -concluyendo- con nuestra serie “Verdugos del Matrimonio”, abordaremos hoy un aspecto en el que incurrimos con muchísima frecuencia y que es, sin embargo, un ardid peligroso que daña seriamente la relación en pareja. Me refiero a la costumbre de… quitarse la a"/>

Quitar la autoridad al otro

Nunca se siente más seguro un niño que cuando sus padres se respetan
Jan Blaustone
Verdugos del matrimonio (XI)

Continuando -concluyendo- con nuestra serie “Verdugos del Matrimonio”, abordaremos hoy un aspecto en el que incurrimos con muchísima frecuencia y que es, sin embargo, un ardid peligroso que daña seriamente la relación en pareja. Me refiero a la costumbre de… quitarse la a

22 DE JULIO DE 2006 · 22:00

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Algunas crisis de autoridad -y también de relación que se dan en la familia- provienen de que los padres se desautorizan mutuamente. Esto se da, tanto delante de los amigos y familiares como delante de los hijos. En el primero de los casos (delante de los amigos y familiares) la situación es incómoda. Cuando uno de los cónyuges da una opinión ó hace una propuesta, el otro le desautoriza provocando un sentimiento de humillación. Eso mina la relación y menoscaba el respeto y el cariño. Pero el otro campo de acción, la desautorización delante de los hijos, es más peligrosa aún y conlleva daños más profundos, puesto que quita toda la efectividad al proceso de la educación. No se trata solamente de educar y corregir a nuestros hijos, sino de lograr que la corrección produzca unos resultados positivos. Uno de los errores más frecuentes es que los padres hacen la guerra entre sí a la hora de educar a sus hijos. Es fundamental la sintonía entre el padre y la madre. Si el padre le dice a su hijo que debe utilizar los cubiertos para comer, la madre le debe apoyar, y viceversa. No debe caer en la trampa de decir: "Déjalo que coma como quiera, lo importante es que coma.” Lo deseable a la hora de corregir a un muchacho, y en especial cuando se trata de aplicar disciplina, es que exista un acuerdo pactado entre el padre y la madre. Eso puede requerir tomarse tiempo antes de aplicar la corrección, pero no debe preocuparnos; la disciplina no es más efectiva por el hecho de aplicarse de manera instantánea. Si uno de los cónyuges está ausente cuando el hijo comete una “fechoría”, es posible y conveniente que quien está le diga al hijo ó a la hija “cuando tu padre (o tu madre) regrese, hablaremos al respecto” Esa actitud refuerza el efecto de la futura disciplina, además de conferir al matrimonio una imagen de solidez que hará mucho bien a nuestros hijos. Si por cualquier razón uno de los dos ha tomado una decisión y aplicó disciplina, el otro no debería, bajo ningún concepto, desautorizarle delante del hijo. Es posible y necesario expresar nuestra discrepancia, si ésta existiera, pero nunca delante de los hijos. Puede ser muy conveniente ponerse de acuerdo, aunque todavía no haya ocurrido nada, para convenir una solución sobre el modo de actuar ante situaciones concretas. Me refiero a que los esposos hablen para llegar a decisiones “si nuestros hijos precisaran ser corregidos, enseñados, ó disciplinados”. Hará falta, como siempre que intervienen dos o más personas en una decisión, que cada uno ceda en algo de su idea inicial para lograr un acuerdo sin imposiciones. Fuera de toda duda, la falta de acuerdo entre los esposos al educar a los hijos es la causa de muchos fracasos en la educación y también el comienzo del declive en algunos matrimonios. Quiero decirle, querido lector, que si la lectura de este artículo le ha provocado la incómoda sensación de haber hecho las cosas mal, no se preocupe, sólo que no convierta esa sensación en una cadena que le ate, sino en un claro propósito de enmendar las actitudes que precisen ser cambiadas. Recuerde la acertada frase de María del Consuelo Díaz “A veces los fracasos son el trampolín de los éxitos.”
Artículos anteriores de esta serie:
1Verdugos del matrimonio
2In/comprensión
3Comparaciones
4Des-agradecidos
5Falta de comunicación
6Falta de comunicación (y 2)
7La gran comunicación
8La infidelidad
9Intimidad agredida
10Conflictos por los hijos

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