Autoridad de la Biblia (III)

En esta serie sobre “Biblia y fe”, analizaremos brevemente en el presente artículo otra versión del pensamiento liberal que aparece a mediados del siglo pasado, cuando adquiere realce la teología de la secularización con su visión reduccionista de la realidad; lo que en la práctica equivale a la exclusión de Dios y de lo sobrenatural."/>

Salvación sin cruz

Autoridad de la Biblia (III)

En esta serie sobre “Biblia y fe”, analizaremos brevemente en el presente artículo otra versión del pensamiento liberal que aparece a mediados del siglo pasado, cuando adquiere realce la teología de la secularización con su visión reduccionista de la realidad; lo que en la práctica equivale a la exclusión de Dios y de lo sobrenatural.

11 DE MARZO DE 2006 · 23:00

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Es el momento histórico en que suscita mayor interés la llamada «Teología de la muerte de Dios». Toda la preocupación religiosa de la Iglesia ha de centrarse, más que en residuos pietistas de tiempos pasados, en la dimensión horizontal de la fe. Esta prioridad otorgada al secularismo reduce el cristianismo a mero humanismo, privándolo de sus creencias básicas, distintivas en la Iglesia de todas las épocas. De hecho, lo único que queda del mensaje cristiano es lo que el hombre puede hacer en favor de sus semejantes, pero prescindiendo de Dios (ut si Deus non daretur, como si Dios no existiese). Dietrich Bonhoeffer, aun sin proponérselo, suministró oxígeno a los secularizadores con expresiones como «mundanidad cristiana» o «interpretación no-religiosa de la terminología bíblica». Sin embargo, estas pinceladas del pensamiento bonhoefferiano, con frecuencia incomprendidas y mal interpretadas, no nublan la profundidad de su piedad y el arrojo de su fe, puestos de manifiesto en su espíritu pastoral, así como en su encarcelamiento por las SS hitlerianas y en su ejecución poco antes de que el régimen nazi se derrumbara. Sintetizando se puede decir que tanto la teología existencial de Bultmann como la secularista presentan un cristianismo sin Cristo (me refiero al Jesús de los Evangelios) y una salvación sin cruz. No faltaron, sin embargo, líderes cristianos que, frente a secularistas como Gogarten, Harvey Cox, Paul van Buren o John Robinson opusieron en las décadas de los 70 y los 80 del siglo pasado una tenaz resistencia al avance de las nuevas ideas. Su benéfica influencia todavía se deja sentir hoy. Figuras como Carl F H. Henry William L. Craig, R. K. Harrison, Donald Guthrie o John Stott (incluido por la prestigiosa revista Time entre «las cien personas más influyentes en el siglo XX») son luces de esperanza y fuente de estímulo para que el pueblo de Dios prosiga sin desfallecimientos «la buena batalla de la fe» (1 Ti. 6:12). Quienes asumen las formas modernas de pensamiento teológico consideran que son partícipes de un saludable proceso de actualización de las ciencias bíblicas; pero cualquier interpretación existencialista o humanista de la Escritura que se adopte es sospechosa de error, pues nace de un subjetivismo que abre el camino a todo tipo de interpretaciones, aun las más arbitrarias, casi siempre disolventes.
Artículos anteriores de esta serie:
La fe y la autoridad de la Biblia
  Fe y mitos  

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Biblia y fe - Salvación sin cruz