Reinicio

La palabra “reiniciar” cobra un nuevo significado, y todos vamos a pensar en darle al botón de reinicio.

18 DE AGOSTO DE 2019 · 08:20

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“Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo”. Julio Cortázar.

“El fracaso es la oportunidad de comenzar de nuevo con más inteligencia”. Henry Ford.

“Aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede comenzar a partir de ahora y hacer un nuevo final”. María Robinson.

“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías 40: 31, Santa Biblia.

Hace semanas que no me deja un pensamiento sobre la palabra… REINICIO…

Si vamos a buscar el auténtico significado de “Reiniciar”, nos vamos a encontrar con lo que todos sabemos bien.. “Volver a comenzar”.

Pero si decimos esta palabra al día de hoy, sobre todo entre gente joven, o personas demasiado acostumbradas a manejar cualquier tipo de aparato informático, un P.C…. O un simple teléfono móvil, la palabra “reiniciar” cobra un nuevo significado, y todos vamos a pensar en darle al botón de reinicio, cuando cualquiera de nuestros aparatos está demasiado cargado.

Realmente no puedo dejar de pensar en esta idea, y pienso en mi misma, en mi propia vida, y en cosas que tengo que “reiniciar”.

Me gustaría considerar a vuestro lado, algunas personas que tuvieron que pulsar el botón del reinicio en algún momento de sus vidas:

 

Albert Einstein

Uno de los mayores científicos de la historia pasó por los primeros años de su educación sin pena ni gloria. No aprendió a hablar hasta los tres años de edad, por lo que sus profesores del colegio llegaron a pensar que tenía un retraso.

Durante sus años en el Instituto alemán, que acabó dejando antes de terminar, un profesor le dijo que “nunca conseguiría nada en la vida”. A los 16 años se le denegó inicialmente la entrada en la Escuela Politécnica de Zúrich al obtener muy malos resultados en una asignatura de letras en la prueba de acceso.

Sin embargo, consiguió finalizar sus estudios de bachillerato y se matriculó en la Escuela de orientación matemática y científica. Tras graduarse en 1900 no encontró trabajo en la Universidad y tuvo que ejercer como tutor en diferentes ciudades.

No fue hasta comenzar el doctorado varios años después, cuando empezó a despertar el reconocimiento público, hasta que en 1921 ganó el Premio Novel de Física.

Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”.

 

Steven Spielberg

Ya desde niño Steven Spielberg sentía una fuerte atracción por el mundo del cine y no desperdiciaba oportunidad para realizar cortos con la cámara de cine de su padre.

Con 16 años escribió y dirigió su primera película, que aunque se proyectó en el cine local, no consiguió despertar el interés y fue un fracaso de ventas.

Tras graduarse se trasladó a California y fue rechazado tres veces por la Universidad de California del Sur. Sin embargo esto no minó su ilusión y acabó estudiando en la Universidad Estatal de California.

Consiguió entrar como colaborador no remunerado en Universal Studios en el departamento de edición y años después fue contratado por la misma compañía para dirigir episodios de algunas series, hasta que el éxito de uno de ellas le abrió las puertas del cine.

En 1975 consiguió triunfar en la gran pantalla con la película Tiburón, que se convirtió en uno de los títulos más taquilleros de la historia.

Tenemos mucho tiempo por delante para crear los sueños que aún ni siquiera imaginamos soñar”.

 

Starbucks

Originalmente, el primer local abierto bajo este nombre se dedicaba a la venta de granos y máquinas para café.

El empresario Howard Schultz se incorporó en 1982 al negocio como director de marketing y tras un viaje a Milán, en el que descubrió el café expresso y la tradición europea de cómo tomarlo, propuso a sus socios ampliar el negocio.

Esta idea fue rechazada por no considerarse alineada con los objetivos de la empresa y por la convicción de que el café se debía preparar en casa. Finalmente tras años de negociación, en 1987 consiguió convencer a varios inversores para comprar la compañía y crear un local en el que se creara un ambiente familiar para tomar café.

En sólo 5 años consiguió abrir 161 tiendas propias y a partir de 1990 fue plenamente rentable. «Cuenta tu historia y no dejes que otros te definan. Usa experiencias auténticas para inspirar.

Sé fiel a tus valores, que son tu fundamento. Sé decisivo en tiempos difíciles. Sé ágil. Busca la verdad en los ensayos y aprende de tus errores. Sé responsable por lo que ves, escuchas y haces. Cree”.

 

Walt Disney

Walt Disney comenzó su carrera como dibujante creando anuncios para revistas y cines. Allí conoció a Ubbe Iwerks, con el que se lanzó a crear su propia compañía, que no consiguió demasiados clientes y tuvo que cerrar poco después.

Tras unos años, Disney volvió a emprender de nuevo con un negocio propio realizando cortometrajes animados, pero no tuvo éxito y llevó la empresa a la bancarrota.

Tras tener que vender su cámara para obtener dinero, Disney decidió probar suerte en Hollywood. Allí consiguió que una distribuidora contratara a su estudio y obtuvo su primer éxito con las historias de Oswald el conejo afortunado, éxito que no pudo saborear y que fue acaparado por la distribuidora, que además le robó a la mayoría de sus trabajadores.

Sin desanimarse, Disney volvió a empezar y creó un nuevo personaje: el ratón Mickey Mouse, que presentó en un cortometraje mudo. Éste tampoco logró despertar el éxito del público hasta que no fue incluido en una película con sonido.

Poco después, Disney se lanzó a la producción del primer largometraje animado: Blancanieves, proyecto que fue bautizado como “la locura de Disney”, porque todos en el mundo de la animación pensaban que le arruinaría.

Aunque tuvo que pedir un crédito al Banco de América para terminar su producción, la película se convirtió en el mayor éxito de taquilla del año con unos ingresos que superaron con creces los costes de la producción y sentaron las bases de su imperio de animación.

Todos nuestros sueños pueden convertirse en realidad si tenemos el coraje de perseguirlos”.

 

Stephen King

Stephen King empezó a escribir desde niño, cuando acostumbrada a vender a sus amigos historias suyas en el colegio. Desde los trece años comenzó a enviar sus trabajos a diferentes revistas, sin recibir ninguna respuesta hasta los dieciocho, cuando su primer relato fue publicado en la revista Comics Review.

Tras graduarse en la Universidad, comenzó a escribir un gran número de novelas. Llegó a sentirse tan frustrado, que tiró su novela Carrie a la basura, sin embargo su mujer la rescató y le animó a continuarla.

Recibió un adelanto de 2.500 dólares por ella, aunque poco tiempo después los derechos del manuscrito se vendieron por 400.000 dólares. Según un reportaje de la BBC en 2006,

Stephen King ha vendido actualmente más de 350 millones de copias.

Lo he dicho antes, y lo diré de nuevo. Cuando encuentras algo en lo que eres realmente talentoso, haces esa cosa (lo que sea) hasta que tus dedos sangren

Simplemente he tomado la historia de cinco vidas, de cinco personas; aunque podría encontrar cuatrocientas mil. Unas bien conocidas por todos, tal como estas, otras.. Absolutamente anónimas.

Pero vidas difíciles, personas en las que nadie creía, personas que en algún momento de sus vidas, tal vez sin saberlo, pulsaron el botón del reinicio. Incluso me atrevo a decir, que lo tuvieron que pulsar en unas cuántas ocasiones de su vida.

He tomado vidas y personas seculares, podría haber tomado ejemplos bíblicos, lo he hecho deliberadamente; porque en demasiadas ocasiones, nos encerramos en algunas cosas que tienen un valor tremendo para los que somos cristianos, en este caso cristianos evangélicos.

Es nuestra amada, incomparable y preciosa Biblia… Absolutamente incomparable… Incomparable… Pero en ocasiones, demasiadas ocasiones, cerramos tanto el círculo, que nos olvidamos que hay un mundo ahí afuera que no podemos obviar; a la vez que un mundo que nos necesita, nos necesita a nosotros; porque somos embajadores del Reino inconmovible de nuestro Dios.

Y sigo pensando en la idea del reinicio, en mi propia vida, en mi propia vida que ama al Señor mi Dios sobre toda las cosas, y por encima de todo.

No sé lo que tu tienes que reiniciar en tu vida, lo desconozco, en cuanto a mi… Hoy quiero una vez más en mi propia vida, pulsar el botón del reinicio, y ante mi Señor…

- Reinicio entrega…

“Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Gálatas 2: 20.

- Reinicio pasión…

“Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste……….Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito………...Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude”. Jeremías 20: 7-9.

- Reinicio perdón…

“Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: ―Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? ―No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces —le contestó Jesús”. Mateo 18:21-22.

- Reinicio gozo…

“Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza”. Nehemías 8: 10.

Desconozco con qué tipo de personaje secular te puedes identificar, o con qué personaje bíblico que todos conocemos a la perfección, podrías identificarte.

Tampoco sé, con qué tipo de reinicio por mi parte puedes sentirte identificado. Sólo sé, lo que yo vuelvo a decidir con toda mi alma, algo que he hecho una y otra vez en mi vida, una y otra vez, pulsando mi botón del reinicio…

“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. Josué 24:15.

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