Protestantes, católicos y la Palabra de Dios

Las similitudes y diferencias entre Roma y el protestantismo.

17 DE AGOSTO DE 2019 · 20:55

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En cuanto a la bibliología, los católicos y los protestantes tienen bastantes cosas en común. No obstante, existen desacuerdos también.

Empezaremos considerando tres similitudes antes de enfocarnos en tres grandes diferencias.

SIMILITUDES

La primera similitud es la doctrina de la inspiración de las Sagradas Escrituras. Tanto los católicos como los protestantes creen que el Espíritu Santo habló por medio de los autores humanos de la Palabra escrita de Dios. De allí la convicción cristiana tocante a la veracidad de la Biblia.

La segunda similitud es la naturaleza progresiva de la revelación de Dios. Por ejemplo, Abraham disfrutó de más luz que Adán.

Pero los santos del Nuevo Testamento son más iluminados que Abraham. La revelación posterior no anula ni contradice la anterior sino que la complementa y la completa.

La tercera similitud es la convicción de que la revelación general (el conocimiento de Dios por medio de la naturaleza y la conciencia) no es suficiente como para conceder el don de la salvación.

Hace falta revelación especial, concretamente, el anuncio del evangelio apostólico tocante la muerte expiatoria de Cristo y su resurrección literal al tercer día.

 

La revelación general o natural no concede un conocimiento salvador de Dios.

 

DIFERENCIAS

Con respecto a las diferencias, el gran debate que divide los campos católico y protestante es la autoridad concedida a la tradición.

Donde los romanos creen que la tradición y la Palabra disfrutan del mismo peso en cuanto a cómo determinar la revelación de Dios, los evangélicos defienden a ultranza el principio de Sola Scriptura, esto es, que la Biblia es la suprema norma de fe y conducta.

Una segunda diferencia tiene que ver con el canon bíblico. La Biblia protestante cuenta con 66 libros mientras que, a partir de Concilio de Trento, la católica contiene 73 (debido a los siete libros deuterocanonicos o apócrifos que no forman parte de la Biblia hebrea).

 

Una Biblia en alemán con los libros apócrifos o, en términos católicos, deuterocanónicos.

La tercera diferencia se centra en la hermenéutica del texto. Aquí residen dos discrepancias:

Primero, Roma no profesa fe en la perspicuidad de las Escrituras, por lo tanto, entrega la tarea de la interpretación de la Biblia al Magisterio de la Santa Madre Iglesia.

El creyente católico tiene que creer lo que la autoridad mediadora del Magisterio le enseña.

El protestantismo, puesto que cree en la claridad de la Palabra, está convencido de que los creyentes pueden entender las Escrituras sin la autoridad del Magisterio.

No obstante, Dios ha dotado a la iglesia de pastores y maestros preparados que ayudan a los feligreses a crecer en su conocimiento de la Escritura.

Segundo, la hermenéutica romana sigue distinguiendo entre cuatro sentidos en su interpretación bíblica desarrollados en la época medieval -el sentido literal, el alegórico, el moral y en anagógico- mientras que el protestante favorece la lectura literal fundamentada en la exégesis histórico-gramatical del pasaje.

CONCLUSIÓN

En última instancia, el sistema teológico adoptado tocante a la bibliología será condicionado por la respuesta a la siguiente pregunta en lo referente a la relación entre la iglesia y la Palabra de Dios:

¿Es la Palabra una creación de la iglesia (postura romana)? O, ¿es, más bien, la iglesia engendrada por la Palabra (postura protestante)?

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Brisa fresca - Protestantes, católicos y la Palabra de Dios