Primera crítica a la hermenéutica osmaniana
Una evaluación del libro 'Sólo un Jesús marica puede salvarnos'.
21 DE ABRIL DE 2019 · 06:10
Antes de arrancar con esta serie de cinco artículos criticando el contenido del libro ‘Sólo un Jesús marica puede salvarnos’; me gustaría elogiar al autor por dos razones.
En primer lugar, agradezco a Carlos Osma porque escribe lo que cree. Es cierto que no estoy de acuerdo con sus planteamientos hermenéuticos; no obstante, me parece loable que haya sido tan directo y sincero.
Respeto a Osma por su honestidad, virtud que falta en varios líderes que se mueven dentro del mundo conservador escondiendo sus convicciones pro LGTBIQ por temor a ser descubiertos.
En segundo lugar, agradezco a Osma porque escribe con lenguaje claro y sencillo. Donde hay honestidad, hay luz.
Lutero condenó a Erasmo con las siguientes palabras, “Si entendí mal esta cuestión, la culpa es suya Erasmo, por no haber escrito con más claridad”. Pero tal censura no se puede aplicar a nuestro autor.
Así que, doy las gracias a Osma por su honestidad y sencillez.
Hoy simplemente haré diez observaciones sobre la introducción al libro y a lo largo de las próximas cuatro semanas, Dios mediante, criticaré los cincuenta y dos capítulos de Osma en cuatro pasos:
- Una crítica a los capítulos 1-11 (redactados entre el 2007 y el 2010).
- Una crítica a los capítulos 12-26 (redactados entre el 2012 y el 2014).
- Una crítica a los capítulos 27-40 (redactados entre el 2015 y el 2016).
- Una crítica a los capítulos 41-52 (redactados entre el 2017 y el 2018).
La idea es que esta pequeña serie sirva como una ayuda para los creyentes, los estudiantes y los pastores evangélicos en la península ibérica.
Sé que, como siempre, seré tachado de todo por publicar estos artículos –fundamentalista, homófobo, intolerante, intransigente, etc.- pero pronto os daréis cuenta, amados lectores, que mi crítica tiene que ver con el contenido del libro y no con la persona de Osma.
Si alguien persiste en lanzar insultos (sobre todo si se esconde detrás de una cuenta anónima), habría que reconocer que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Comenzamos, pues, con diez breves críticas sobre la introducción al libro.
UNA CRÍTICA A LA INTRODUCCIÓN
1.- Osma y la heteronormatividad
“Soy un hombre de 45 años, gay desde que decidí romper con el chantaje de la heteronormatividad”.
Nada más empezar el libro, Osma emplea dos términos peyorativos para aludir a la obra de Dios en la creación: “chantaje” e “heteronormatividad”. De esta manera convierte la preciosa voluntad de Dios en algo desagradable y opresor.
Donde el Señor generosamente proclama que, “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás” (Génesis 2:16-17); la serpiente solamente cita la parte negativa del mandato divino, “¿Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3:1).
A lo bueno dice malo; a la luz dice tinieblas; a lo dulce dice amargo.
En ambos casos –la introducción de Osma y el Edén- encontramos la misma falsa deducción: que si Dios de verdad nos amara, nos dejaría hacer lo que nos da la gana. En términos teológicos: el amor y la ley son antagónicos. Un Dios que da mandatos no puede amar.
2.- Osma y la homosexualidad
“Soy un hombre de 45 años, gay”.
No es por casualidad que el libro esté escrito por un homosexual. Hay intereses ideológicos detrás de su publicación. Osma no aspira a hacer exégesis de las Escrituras sino a reinterpretarlas a través de una lentilla gay.
En términos edénicos, el libro es como un delantal de hojas de higuera; una obra de auto justificación.
3.- Osma y el protestantismo
“Soy un hombre de 45 años… protestante en un país de tradición católica”.
Osma se hace pasar por protestante; sin embargo, tendría que ser más específico y llamarse un liberal.
Metodológicamente hablando, el protestante está sujeto a los principios de Sola Scriptura y Sacra Scriptura Sui Ipsius Interpres; pero la hermenéutica de Osma deriva de dos fuentes bien distintas: sus experiencias subjetivas y sus opiniones personales.
En este sentido, Osma sigue la tradición filosófica de Schleiermacher, Hermann y Tillich; y no la escuela de Lutero, Bullinger, Calvino y Zuinglio.
4.- Osma y la subjetividad
“¿Qué significa para ti eso que has leído?”
Osma explica que el origen de su libro fue una pregunta lanzada por su madre hace cuarenta años, “¿Qué significa para ti eso que has leído?”
El problema con esta pregunta es que es una pregunta liberal/ moderna; no protestante.
Los reformadores corregirían la pregunta de la madre de Osma destacando que sobran dos palabras en ella, a saber, “para ti”.
Estas pequeñas palabras demuestran el triunfo de la subjetividad en nuestra época post-kantiana. Nuestros antepasados protestantes simplemente no pensaban en tales términos osmanianos.
Es por causa de esta subjetividad hermenéutica que se distorsionan tantos versos bíblicos en nuestros círculos evangélicos hasta el día de hoy, por ejemplo, “No juzguéis para no ser juzgados”, “La letra mata mas el espíritu vivifica”, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, etc.
Así que la pregunta que un protestante se hace al leer el texto bíblico no es, “¿Qué significa para ti eso que has leído?”; sino, “¿Qué significa eso que has leído?”
5.- Osma y su supuesto acto heroico
“Una acción, esa de leer la Biblia en familia… era un acto de resistencia heroico”.
Leer la Biblia no es un acto de resistencia heroico; sino el obedecerla y proclamarla al estilo de los profetas y los apóstoles sabiendo que te van a tachar de todo por hacerlo.
6.- Osma y el dogma
“Esa forma tan natural y poco dogmática de leer la Biblia, casi se quebró un día de mi adolescencia”.
A lo largo del libro, Osma se da a conocer como un estudiante no dogmático de la Biblia. Sin embargo, su tomo está repleto de frases dogmáticas.
Y hay que recordar que, según hemos visto en el tercer punto, nuestro autor profesa ser protestante.
¿Un protestante no dogmático? ¿Qué es el protestantismo sino el redescubrimiento de la justificación por la sola fe? ¿Y qué diremos de las gloriosas cinco solas?
Hablar del protestantismo no dogmático equivale a decir “Miel no dulce” o “Círculo no redondo”.
Una vez más, la línea de Osma es liberal, no protestante. Procura reemplazar el protestantismo bíblico con otro sistema ‘teológico’ fundamentado en la experiencia humana. Nuestro autor es más dogmático de lo que se cree.
7.- Osma y la Biblia
“A mis once o doce años interioricé que la Biblia no era mi aliada sino mi enemiga”.
Osma cuenta que un día su abuela leyó 1 Corintios 6:9-10 donde Pablo condena la homosexualidad. A partir de aquel momento, las Escrituras llegaron a ser la “enemiga” de Osma.
Sin embargo, el apóstol podría preguntar a nuestro autor, “¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo por deciros la verdad?” (Gálatas 4:16). El problema no está en la Biblia ni en Pablo; sino en nosotros y en nuestro pecado.
8.- Osma y la autoaceptación
“Necesité varios años y un proceso de autoaceptación para volver a reencontrarme con ella [la Biblia]. Y fue entonces cuando empecé a releer los textos bíblicos preguntándome qué me podían aportar como hombre gay”.
Aquí se percibe un claro contraste entre la vida de Osma y el llamamiento de Jesucristo al arrepentimiento. Bien dice el Salvador, “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo [no acéptese a sí mismo] y tome su cruz y sígame” (Mateo 16:24).
Autobiográficamente hablando, yo también fui confrontado con la Palabra cuando era un poco más mayor que el joven Osma; sin embargo, aquella confrontación condujo a mi conversión (no a un proceso de autoaceptación).
Y esta falta de arrepentimiento explica la hermenéutica pro gay de Osma. Esto quiere decir que el libro de Osma es, en última instancia, fruto de una vida no arrepentida. Y por lo tanto, no es un tomo cristiano ni protestante; sino liberal.
9.- Osma y los “cristianas y cristianos LGTBIQ”
“Aunque me dirija principalmente a cristianas y cristianos LGTBIQ…”
Por un lado, es verdad que un cristiano puede ser tentado por una amplia gama de pecados; sin embargo, pelea contra ellos con todo su ser. Pero por otro lado, no justifica su pecado. Lo confiesa abiertamente y le pide perdón al Señor por haber metido la pata.
Consiguientemente, la expresión “cristiano LGTBIQ” es fundamentalmente errada. Es como decir “soltero casado” o “cerdo araña” o “cristiano no arrepentido”. No hay tal cosa.
El cristiano verdadero no defiende el pecado.
10.- Osma y el cristianismo encarnado
“El cristianismo… se parapeta a menudo tras lecturas, interpretaciones y reflexiones dogmáticas, dejando el mundo real y las personas que en él viven, huérfanas de un cristianismo encarnado que siga los pasos de Jesús”.
Antes que nada, daros cuenta de que el análisis anti dogmático de Osma no deja de ser profundamente dogmático. Osma afirma categóricamente que el cristianismo deja a muchas personas “huérfanas de un cristianismo encarnado”.
¿Qué es un cristianismo encarnado? Un cristianismo que sigue las pisadas de Jesús.
Es aquí donde nos topamos con dos errores liberales que caracterizan todo el libro de Osma: primero, la fabricación de otro Jesús, en este caso, un Jesús pro LGTBIQ.
El Jesús bíblico, sin embargo, se sometió a la ley de Moisés (y también al libro de Levítico) y defendió la creación heterosexual de Dios el Padre.
Segundo, la noción de que el cristianismo tiene que ver, principalmente, con un estilo de vida y no el anuncio de un mensaje. La primera palabra del cristianismo (a diferencia de la filosofía griega) no es “ética”, sino “evangelio”.
Y la vida cristiana es solamente posible para aquellos que han abrazado la noticia de Cristo a través de la fe y el arrepentimiento (no la autoaceptación).
Punto aparte: el anuncio del cristianismo no deja para nada “el mundo real” porque es realista, diciéndonos las cosas claras: que somos malvados pecadores necesitas del evangelio y del arrepentimiento.
Conclusión
La semana que viene, empezaremos a criticar el libro en sí; pero bastantes convicciones clave de nuestro autor han salido nombradas en la introducción.
Para recapitular, he lanzado diez críticas a la introducción de Osma:
- Osma da entender que la ley y el amor son enemigos.
- Hay intereses ideológicos pro LGTBI detrás de su libro.
- Osma no es un heredero de la Reforma sino del liberalismo.
- Su hermenéutica es subjetivista (y por lo tanto, liberal).
- No es heroico leer la Biblia sino obedecerla.
- Osma es dogmático en su anti dogmatismo.
- El problema no está en la Biblia; sino en nosotros y nuestro pecado.
- No hace falta autoaceptación, sino arrepentimiento.
- La expresión “cristianos LGTBIQ” es un oxímoron.
- El Jesús y el cristianismo de Osma son fabricaciones liberales.
¡Seguimos, si el Señor quiere, el domingo que viene!
La semana que viene: Segunda Crítica A La Hermenéutica Osmaniana
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Brisa fresca - Primera crítica a la hermenéutica osmaniana