Explorando el panteón cananeo: Baal

¿Quiénes eran estos cananeos, un pueblo cuya aniquilación ordenó Dios? ¿En qué creían, qué practicaban? ¿Por qué fue su existencia una amenaza tan grande para el antiguo Israel?

  · Traducido por Joana Morales

14 DE OCTUBRE DE 2018 · 15:00

Relieve de Baal-Hadad. Museo arqueológico de Estambul. / Marc Madrigal. ,
Relieve de Baal-Hadad. Museo arqueológico de Estambul. / Marc Madrigal.

Este artículo es el primero de una mini serie en la que exploraremos el panteón cananeo.

A menudo, los lectores de la Biblia no se fijan en la religión cananea, pero si un estudioso serio de la Biblia quiere tener una comprensión profunda del texto, el contexto es clave.

¿Quiénes eran estos cananeos, un pueblo cuya aniquilación ordenó Dios? ¿En qué creían, qué practicaban? ¿Por qué fue su existencia una amenaza tan grande para el antiguo Israel?

Nuestra principal fuente de información sobre el panteón cananeo son las tablillas ugaríticas descubiertas en 1928 en la antigua Ugarit, también conocido como Ras Shamra, en la actual Siria.

Estas tablillas contienen varios mitos en forma de obras dramáticas divididas en varias escenas. Es posible que, como parte de las prácticas religiosas cananeas, estos dramas fueran representados por los sacerdotes y sacerdotisas como un modo de asegurar la fertilidad de la tierra.

Esto quizás explicaría algunas de las leyes mosaicas sobre zoofilia, incesto y algunas leyes dietéticas. Vamos a empezar esta mini serie estudiando al dios Baal.

 

EL CICLO DE BAAL

Uno de los mitos más importantes en los cultos de fertilidad de Canaán era el ciclo de Baal. El ciclo de Baal la explica el ascenso de Baal o Baal-Hadad como uno de los principales dioses del Panteón.

Con cierto parecido al modo en que Zeus expulsó a Cronos como jefe entre los dioses, el ciclo de Baal explica el aumento del protagonismo y la popularidad de Baal entre los cananeos.

También es una manera de explicar los ciclos estacionales. En el mito, Baal es asesinado por Mot y se le considera muerto hasta que milagrosamente vuelve a la vida con la ayuda de Anat.

Este mito sirve para explicar las temporadas de sequía y proporcionar prácticas rituales para fomentar el renacimiento de Baal para que las lluvias volvieran y comenzara un ciclo fértil.

La primera parte del ciclo trata de la victoria de Baal contra Yamm, el dios de los mares y ríos. El conflicto entre Baal y Yamm reside en que ambos quieren liderar el panteón de los dioses.

Yamm envía a mensajeros a El y pide que Baal le sea entregado en régimen como esclavo. Baal se niega y en un arranque de rabia quiere matar a los mensajeros, aunque Asera y Anat le contienen.

Baal entonces hace planes para derrotar a Yamm. Le encarga dos garrotes a Kothar-a-Hasis, el dios de la artesanía. Kothar-a-Hasis le da los garrotes a Baal y predice su victoria sobre Yamm.

Baal se enfrenta a Yamm. Con el primer garrote, Baal golpea a Yamm y le hace caer de su trono. Con el segundo garrote, Baal le golpea entre los ojos y Yamm (el mar) cae sobre la tierra. Puede que esta sea una forma mitológica de explicar la gran inundación, pero no estoy seguro.

La segunda parte del ciclo habla de la misión de Baal para construirse un palacio. La escena de apertura tiene lugar en un banquete en el Monte Zafón. Asera, la madre de Baal, y sus tres hijas, Pidrai, Tallai y Arsai, se unen a Baal.

Pidrai simboliza la luz; Tallai, el rocío y la lluvia; y Arsai, la tierra. El texto es ambiguo en cuanto a si eran consortes de Baal y si tenían relaciones sexuales con él.

Quizás esto explicaría las advertencias de la ley mosaica contra las prácticas incestuosas. La vida sexual de los dioses probablemente habría influido también en los hábitos sexuales de los cananeos.

La segunda escena se centra en Anat. Anat, doncella guerrera y cazadora, se encuentra con unas tropas cerca de su casa y les mata violentamente. Les corta la cabeza y las manos, tal vez incluso usándolas como adornos. Se derrama mucha sangre, tanta que le llega hasta las rodillas.

Se ríe de su victoria, quizá bebiendo la sangre de las víctimas caídas. La celebración se detiene cuando llegan a su palacio dos mensajeros enviados por Baal: Baal la ha convocado.


(Imagen) Estatuilla de Baal. Museo del Louvre. / Wikimedia Commons

Baal le pide ayuda a Anat para poder tener un palacio propio. Anat intenta convencer a El. Baal también le ofrece regalos a Asera para abogar por su causa. Cuando Anat se acerca El sobreviene un terremoto; El aterrorizado y amedrentado, le concede a Baal su petición. También ayuda que Asera esté presente para razonar esta solicitud con El.

Una vez que se otorga el permiso, Baal convoca a Kothar-a-Hasis, que construye un palacio para él, pero tienen un debate sobre si el palacio debe tener una ventana o no. La razón es que Baal tiene miedo de que Yamm u otras amenazas pueden aprovechar la ventana para atacarlo.

Finalmente, se construye el palacio y se celebra una gran fiesta de inauguración a la que están invitados todos los dioses.

La tercera parte del ciclo comienza con Mot, el dios de la muerte. Está ofendido por la invitación de Baal. Siente que el nuevo rey del panteón es una amenaza de poder, que amenaza con matarlo. El escenario está preparado para una confrontación entre Mot y Baal.

Antes del enfrentamiento, Baal copula con una vaquilla 88 veces. Esta vaquilla, como sugiere otra tablilla, podría no ser otra que la misma Anat. De esta unión nace un toro, una especie de clon de Baal.

De hecho, el toro también es un símbolo de El. Tal vez esto sea un presagio de que Baal superará a El como jefe de los dioses. En la siguiente escena, vemos la muerte de Baal. Es difícil deducir si Baal mismo está muerto o si su clon en forma de toro fue enviado como una especie de señuelo para morir en su lugar. Sin embargo, todo el mundo cree que Baal está muerto.

El y Asera lloran su muerte lacerándose a sí mismos. Anat se llena de un sentimiento de venganza. Ella se enfrenta a Mot y lo derrota. ¡Baal aparece de nuevo! Ha resucitado, o tal vez ha salido de su escondite.

Todo el mundo se regocija. MOT está aterrorizado y le concede el reinado de los dioses a Baal durante un ciclo de 7 años. Al finalizar ese ciclo, Mot desafía a Baal otra vez, y el conflicto entre el dios de la tormenta y el dios de la muerte se renueva. Una victoria de Mot significa una temporada de sequía de la tierra, y una victoria por Baal asegura otro ciclo de fertilidad y abundancia.

Este mito es tal vez la razón de la laceración de los profetas de Baal en su confrontación con Elías en el monte Carmelo (véase 1 Reyes 18:28). Las laceraciones pueden haber sido una manera de representar el mito con el fin de animar a Baal a salir de su escondite.

Habida cuenta de las relaciones sexuales de Baal con Anat, no me sorprendería demasiado que algunas de las actividades cúlticas pudieran incluir también la zoofilia, quizás relaciones con becerras, como una manera de representar el drama mitológico.

 

LA ADORACIÓN A BAAL EN ISRAEL

El nombre de Baal aparece aproximadamente 90 veces en las Escrituras. Sin embargo, dado que el nombre Baal también llegó a ser utilizado como un título genérico que significa "Señor", no todas las referencias son específicas al dios de la tormenta "Baal-Hadad".

Algunas son referencias a deidades regionales que hacen uso de la palabra con el significado de "Señor", por ejemplo, Baal-Berit (Jueces 8:3).

Una de las razones por las que la adoración a Baal era prominente en Israel es porque los hebreos eran por lo general una sociedad agraria. La mayoría de los hebreos trabajaba en los campos. Por la tanto, cuando no llovía, en caso de que su lealtad a Jehová no diera resultado, la tentación era recurrir a Baal.

Eso es la esencia de la idolatría. No confiar en Jehová y recurrir a otros "redentores" o confiar en ellos para nuestra liberación.

Lo más probable es que la adoración a Baal comenzara poco después de que los hebreos se establecieran en Canaán. Y para la gente común, parece que la adoración a Baal existió junto con la adoración a Jehová desde el tiempo de los jueces en adelante.

No es hasta el tiempo de los reyes que comenzamos a ver el surgimiento de literatura polémica a medida que la adoración a Jehová comenzaba a ganar terreno otra vez.

Algunos estudiosos creen que tanto el salmo 29 como el salmo 82 deben leerse como poesía polémica. Ambos salmos enfatizan la superioridad de Jehová entre los dioses. El salmo 29 parece estar usando específicamente imágenes que tradicionalmente se asociarían con Baal:

Dad a Jehová la gloria debida a su nombre;
Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.

Voz de Jehová sobre las aguas;
Truena el Dios de gloria,
Jehová sobre las muchas aguas.

Voz de Jehová con potencia;
Voz de Jehová con gloria.

Voz de Jehová que quebranta los cedros;
Quebrantó Jehová los cedros del Líbano.

(Salmo 29: 2-5, RVR1960)

Sin embargo, el descenso del culto a Baal durante el primer periodo de los reyes no iba a durar. El culto a Baal se extendió una vez más bajo el gobierno del rey Acab de Israel y su mujer, la reina fenicia Jezabel.

Es durante este periodo que tiene lugar en el monte Carmelo la confrontación más famosa entre Jehová y el culto de Baal: el desafío entre Elías y los profetas de Baal.

Esta confrontación se puede leer en 1 Reyes 18. No entraré en detalles; basta decir que esta confrontación lleva a muchos israelitas a comprender que Jehová es el Dios verdadero que controla las lluvias.

2 Reyes 10:28 nos dice que el rey Jehú "exterminó a Baal de Israel." Jehú sistemáticamente persiguió y mató a los adoradores y los profetas de Baal. También montó una campaña para erradicar las imágenes de Baal de Israel. Sin embargo, a pesar de todos estos esfuerzos, cuando llegamos a Jeremías vemos que la adoración a Baal había conseguido volver a instalarse lentamente en la sociedad judía (véase Jeremías 32:29-35).

El culto a Baal parece ser una enfermedad crónica en el pueblo de Dios. Hacía falta mucho más que actos o esfuerzos externos para exterminar a Baal del corazón del pueblo judío.

Lo que hacía falta era un corazón nuevo y transformado, un acto de la gracia y el espíritu de Dios que transformaría los corazones y los deseos de la gente.

Esto es lo que Jeremías insinuó al decir: "y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí" (Jeremías 32:38-40, RVR1960).

Marc Madrigal es pastor en la Fundación de la Iglesia Protestante de Estambul en Turquía.

 

BIBLIOGRAFÍA

- Herrmann, Wolfgang (1999a), "Baal", in Toorn, Karel van der; Becking, Bob; Horst, Pieter Willem van der, Dictionary of Deities and Demons in the Bible, 2nd ed., Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing, pp. 132–139.

- Marvin H. Pope. Baal Worship. Encyclopaedia Judaica. http://www.jewishvirtuallibrary.org/baal-worship-jewish-virtual-library

- Mythologies of the Ancient World. SAMUEL NOAH KRAMER (ed.). Chicago: Quadrangle Books, Inc. 1961. https://archive.org/stream/Gordon1961CanaaniteMythology/Gordon_1961_Canaanite_Mythology_djvu.txt

- Salim George Khalaf. Phoenician Canaanite Encyclopedia. https://phoenicia.org/ethnlang.html

 

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