La misión, razón de ser de la iglesia local

La gente que es llamada y apartada del mundo, lo es para ser enviada a servir en el mundo.

13 DE MAYO DE 2018 · 10:00

Escena de la marcha estudiantil de protesta por el fallo judicial del caso ‘La Manada’, en Palma de Mallorca. Foto subida a redes sociales por la madre de una de las niñas participantes. / Zoraida García Rivera.,
Escena de la marcha estudiantil de protesta por el fallo judicial del caso ‘La Manada’, en Palma de Mallorca. Foto subida a redes sociales por la madre de una de las niñas participantes. / Zoraida García Rivera.

Venimos diciendo en esta serie que la iglesia de Dios que edifica Jesucristo es una nueva familia; un edificio en construcción donde cada piedra viva ocupa el lugar que Él ya tiene preparado; un cuerpo inclusivo cuyos miembros tienen por cabeza única al Hijo de Dios (01).

Él es el primer hombre que ha entrado al lugar Santísimo; pero también está presente por el Espíritu Santo en cada creyente, cualquiera sea el lugar geográfico donde viva (02). Por estar aún en la tierra, la iglesia es desafiada por el sistema mundano con situaciones que demandan respuestas coherentes a la vida de fe. A través de los siglos se repiten olas de violencia, autoritarismos de todo tipo, reclamos de justicia, protestas callejeras y silencio oficial. Los nuevos enfoques políticos, económicos y sociales inventan lenguajes, pintan paisajes distintos, y tapan la verdad. Caemos cíclicamente en la cuenta que todo sigue igual, e inclusive, peor.

La exclusividad con que cada individuo, cada grupo y cada nación se manejan a lo largo de la historia genera confrontaciones salvajes, sin compasión. En tal contexto los gobernantes, los legisladores, y los jueces fracasan en mantener la paz social y el estado de Derecho.

Mientras escribo este artículo los chicos de institutos de enseñanza secundaria no van a clase en nuestra ciudad, en repudio por la decisión judicial en el caso del crimen perpetrado por ‘La Manada’, el grupo que en ‘San Fermín’ atacó salvajemente y dio muerte a una joven mujer (03).

Los adolescentes - chicos y chicas - salieron a responder públicamente al juez que creyó en el relato de los culpables y les redujo el castigo merecido. Nuestros hijos, aún no desarrollados como adultos, se pusieron en el lugar de la víctima denigrada por ese juez. Entonces, vale la pena preguntarnos: ¿cuál ha sido nuestra respuesta como iglesia al respecto?

Esta pregunta no es ociosa, ni capciosa. Algunos responderán – tal vez – con otra pregunta:

¿Y qué tiene esto que ver con la misión de la iglesia?

Se sostiene que no es de personas educadas responder replicando con una nueva pregunta.

Pero, Jesús usó este método para exponer y corregir el falso concepto de autoridad que ejercían sus bien ilustrados cuestionadores.

Él demostró que la autoridad no es de quienes se apropian de ella para imponer, sino de quienes la emplean para servir. (04)

Ya vimos que muchas iglesias locales desde el siglo I fueron adoptando formas, ritos y liturgias infiltradas desde el contexto mundano. La influencia de la cultura pagana fue permeando a las iglesias durante el período apostólico y más aún, después. Nos guste o no, somos el resultado de veinte siglos de la constante influencia mundana en la iglesia.

Entonces resulta difícil reconocer que no todo lo que hay en el programa, o interpretaciones que aceptamos como propias de la iglesia, se ajustan con el propósito para ella en la tierra.

Los que concurren al lugar de culto son obligados a mirar a un punto central que está al frente, Este diseño no es caprichoso; no se adoptó para diferenciarse de la sinagoga judía, ni de las casas donde se reunían los primeros creyentes. No. Lo hemos heredado de la autoridad que lo impuso y era pagana. El púlpito usado por el orador, es parte del moblaje diseñado por los paganos para marcar diferencias entre la autoridad del soberano y la sumisión de los súbditos. Lo usaron falsos maestros para impartir el gnosticismo con discursos inflados de humana sabiduría. Con la creación de la iglesia imperial romana, el prominente altar y oropeles que rodeaban al César (dios Sol) magnificando su poderosa autoridad terrenal, es adoptado luego con distintas variantes, llegando a ser típico de las iglesias cristianas de Roma y Oriente.

Esta manera axial de reunirse contribuye a imprimir en la mente un concepto espacial-temporal ligado a formas de dependencia de autoritarismos exclusivistas. Es replicado hoy por políticos, gobernantes, jueces; y por sacerdotes de las iglesias arraigadas en sus tradiciones greco-romanas, como hizo Constantino al fundar su iglesia imperial.

Con el paso de los años la organización de tipo vertical dio lugar a recompensar a laicos devotos con el diaconado, en virtud de su fidelidad al modelo eclesiástico (cualquiera fuese su denominación, inclusive en algunas iglesias reformadas). Hay una estrecha relación entre esta tradición y el veto a la mujer, lo que tampoco era extraño en grupos heréticos.

El lugar de autoridad en la iglesia local no puede ser ocupado por la mujer, confirman algunos historiadores, porque a sabiendas o no, las enseñanzas apostólicas y bíblicas impartidas en las iglesias locales - independientes unas de otras - fueron transmitidas, con algunas pocas excepciones, por esas costumbres paganas a través de los siglos. De allí que este tema no fuese discutido en congregaciones donde a la mujer no se le permitía hablar (05).

Conversándolo con mi esposa, desde su óptica femenina ella me compartió su opinión respecto de la admonición paulina: “Nosotras tenemos un campo de observación más amplio que el masculino. Somos espontáneas y deseamos comunicar todo lo que percibimos; pero, al intentar transmitirlo - con excepciones - carecemos de la practicidad necesaria. Es probable que el Apóstol haya tenido experiencias que lo obligaron a exhortar a las mujeres para beneficio del conjunto.”

Además, es innegable que en el mundo secular la autoridad - aun ejercida por una mayoría masculina - es desafiada cada vez más intensamente por fuertes minorías feministas. Las consecuencias de incorporar a la mujer al púlpito allí donde aún no se le permite, deben ser evaluadas con sumo cuidado. Comencemos por preguntarnos:

¿Existe una relación entre la reivindicación de los derechos de la mujer y la doctrina bíblica?

¿Debe permitirse a la mujer subir al púlpito porque el cuerpo de Cristo se beneficiará con ello?

¿En qué medida inciden en la decisión final los factores externos que excluyeron a la mujer?

Es necesario regresar a la iglesia constituida por muchos miembros con diferentes funciones en un solo cuerpo, unidos a una cabeza que no es terrenal, que “es el todo y en todos”. (06) Apelar a otras causas o prácticas democráticas, resultará en una burda imitación de la figura bíblica de la esposa de Cristo; una poco feliz réplica de la unidad en el Espíritu Santo.

He tenido el privilegio de escuchar o compartir prédicas del Evangelio en casas de familia desde mi niñez; en residencias estudiantiles cuando cursaba la universidad, a la luz del día a orillas de un arroyo, o de una fogata encendida por las noches, siendo campamentista del grupo de estudiantes universitarios evangélicos (ABUA); en las plazas de mi ciudad natal; en el Hyde Park Corner, en Londres donde cualquiera puede decir al aire lo que se le antoje, pero subido a una tarima, aislado del suelo, para no deshonrar a Su Majestad la Reina. También escuché personalmente al doctor Martyn Lloyd Jones en una sala de conferencias abarrotada, con gente sentada a los lados del bendecido predicador o apoyada en vanos de puertas y ventanas. Para los bautismos nuestra congregación va al mar Mediterráneo; y la reunión en la playa es un círculo de creyentes dirigido desde el perímetro por los encargados.

El llamado a ser testigos de Jesucristo comienza en Jerusalén, sigue en toda Judea, Samaria, y hasta lo último de la tierra. (07) Por lo arriba apuntado, hay creyentes que ‘aun viven en Jerusalén’; se reúnen entre ellos disfrutando de la comunión uno o más días a la semana; pero no se ven más hasta el próximo encuentro.

Puede que todavía no hayan salido de la ciudad (Jerusalén) al campo (toda Judea). Su lugar de reunión está en un barrio, pero ellos no conocen a nadie en ese barrio. Puede que vengan desde muy lejos, y por urgencias de tiempo, distancia y movilidad como vienen se van. Se espera (o no) que sea el cartel al frente del edificio el que atraiga a los vecinos. A pesar de ello, algunas de esas iglesias envían misioneros ‘a Samaria’ o aún más lejos. Mientras no olvidamos orar por los países sin Cristo ¿qué hacemos con nuestros vecinos de barrio?

Misión es la acción de enviar a alguien con una tarea o responsabilidad a ser cumplida en un lugar determinado. El primero que la puso en práctica es nuestro Dios al enviarnos al mundo a Su Hijo unigénito, el mesías prometido al Israel antiguo, con el fin de redimir a la humanidad de la esclavitud del pecado, y restablecer la comunión entre Dios y sus escogidos. Algunas voces esclarecidas de nuestro tiempo nos hacen ver que el hablar y el actuar van juntos en la misión.

John Stott decía que misión es un concepto bíblico; es Cristo enviando a su pueblo a hacer en el mundo; a testificar y a servir; así como hace Dios. “Él es el creador, redentor y Padre que se preocupa por el bienestar espiritual y material de todos los seres humanos y de toda su creación. Así también debe ser nuestra misión como iglesia." (08)

René Padilla nos recuerda, cada vez que puede, que nuestra misión como iglesia está orientada a satisfacer en la gente la necesidad de Dios y "las necesidades básicas del ser humano (…) de amor, alimento, techo, abrigo, salud física y mental, y sentido de dignidad."(09)

Daniel J. King dice que "La misión integral se hace cuando se da a la gente una visión que la apasione (…) y la ayude a tener un aporte significativo en su propia comunidad." (10)

Harold Segura C redondeando el concepto: "Un enfoque misionero (es el que) nos invita a cumplir la tarea por medio de nuestras palabras (lo que enseñamos), nuestra vida (cómo vivimos) y nuestras obras (lo que hacemos para expresar el amor de Dios al mundo).” (11)

La doctrina y práctica de la misión están claramente enseñadas en la Biblia. En esa misión está demostrado que el varón y la mujer son uno en Jesucristo; tanto por ser salvos por gracia como por ser testigos fieles de esa salvación al mundo. No hay discriminación por sexo.

Cuando Jesús se encuentra con la mujer junto al pozo de Jacob (12), le dice que Dios no busca adoradores por un lugar pre establecido, sino porque le adoren “en espíritu y verdad”. La mujer dejó todo para avisar en la comunidad sobre su encuentro. Después, los varones le dijeron que ya no necesitaban creer en sus dichos (porque la discriminaban) sino porque ahora lo habían comprobado personalmente. Sin saberlo, aquella mujer cumplió con la misión. Y porque Él no puede recibir adoración sin un compromiso con la justicia de nuestra parte, mejor es ser como esa mujer; para que los que por cualquier motivo no nos crean, igual lleguen a conocerle (13).

A manera de conclusión, digamos que iglesia y misión no pueden estar separadas. La gente que es llamada y apartada del mundo, lo es para ser enviada a servir en el mundo. No hay tal cosa como separar por sexo lo que hace al maravilloso Plan de Redención divino. Tanto para acudir al llamado de Jesucristo, como para ser enviados por Él, el sexo no cuenta. El Espíritu Santo nos guía siempre a toda la verdad. (14).

 

Notas

01. http://protestantedigital.com/magacin/44485/El_servicio_cristiano_es_paradigma_de_igualdad

http://protestantedigital.com/magacin/44535/es_jerarquico_el_servicio_cristiano_biblico

http://protestantedigital.com/magacin/44594/Mujeres_que_ministraban_en_la_naciente_iglesia

02. Hechos 2:33; 7:55,56. Hebreos 8:1; 12:2.

03. https://elpais.com/tag/caso_la_manada/a

04. Mateo 21:23-27.

05. 1ª Corintios 14:34.

06. Colosenses 3:11.

07. Hechos 1:8.

08. “La Misión Cristiana Hoy”, John R. W. Stott, Editorial: Certeza, 1977. Traducido por David Powell.

09. “El proyecto de Dios y las necesidades humanas”, C. René Padilla y Tetsunao Yamamori, Ed. Kayrós, 2006.

10. https://es.scribd.com/document/125344556/La-Mision-Integral-Comienza-Conmigo

11. “Ser iglesia en la era del vacío”, Harold Segura, ISBN: 9780311290178

12. Juan 4:1 - 42.

13. La víctima del ataque de ‘La Manada’ no pudo defenderse; está muerta. Sea cual fuere el motivo que la llevó a padecer a manos de sus asesinos, no hay justicia humana que le devuelva la vida. La iglesia de Cristo en misión predica a una generación de violentos a los que la vida del otro no les importa.

14. Juan 16:13.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - La misión, razón de ser de la iglesia local