Él también está entre los pucheros

Aprecié de nuevo otras cosas: que las pruebas se pueden superar, pero lo más importante, que convivo con un montón de gente estupenda, que tienen a Jesús en su corazón, y que por tanto, me puedo encontrar con Él todos los días.

28 DE ABRIL DE 2018 · 11:00

,

Creo que muchos de mis lectores conocen el famoso dicho de la magnífica Teresa de Jesús, cuando dijo a sus monjitas de claustro: Jesús también está entre los pucheros; autora de escritos tales como: Vida, Camino y Perfección; Meditaciones sobre Cantares; Exclamaciones del alma a Dios y otros que son una delicia leer. Pero lo máximo que la gente en general recuerda de la “Doctora de la Iglesia”, sin necesidad de inventarse un “Máster”, es la popular frase mencionada. Teresa quería recordar a sus discípulas, ante su reticencia a los trabajos de cocina, con la excusa de tener que hacer sus rezos, que el momento de fregar los cacharros también era un buen momento para conversar con Dios. Que posiblemente les pareciera un tiempo menos solemne que la oficial hora de los rezos, pero no menos verdadero.

Cuando escribo este “Desde el Corazón”, me siento berrinchudo, molesto, apesadumbrado y una mezcla de rabietas más; pues así, de pronto y sin indicio alguno, se ha roto mi “disco duro externo” y con ello, todo mi material de estudios; archivos; mensajes; artículos; las lecciones de años de clase en la Facultad… todo; y a la postre que me recuerden mi negligencia en no hacer copias de seguridad, me encuentro tan de malhumor, que para no pagarlo con nadie, opto por retirarme a un rincón y ponerme a pensar en positivo… y así me vino la frase de: “Jesús también está entre los pucheros” queriéndome contentar con una descabellada idea: “Jesús, también está entre los problemas” y casi riéndome de mí mismo, por mi poca imaginación bajo tal desánimo, aún me abatí más, pensando que además había perdido todo el trabajo para el Retiro de Iglesia del 2018.

En mi pobre soliloquio, me repetía: “como tú mismo proclamas: saca lecciones de la desgracia, aprende de lo sucedido…” y sí, algo he aprendido: “haré copias de seguridad de todo” y en estas vacilaciones andaba cuando no sé si soñé un cuento o despierto soñéme a mí mismo: “Jesús, más que estar entre los pucheros, está entre las personas”.

“Érase un Pastor que estaba preocupado por querer realizar un Retiro en el que la piedad de sus congregantes estaba un tanto de capa caída. No es que los congregantes fueran malos, ni perezosos, ni soberbios, pero sí que no parecían muy felices; les faltaba espontaneidad y cierta alegría en su forma de hablar a Dios y mayor amor entre los hermanos. Así que el Pastor se fue a consultar a un Anciano siervo de Dios, en lugar de uno de los muchos libros de autoayuda, adiestramiento y eso que llaman coaching y que está de moda. El viejo Pastor le dijo: “la causa, hermano, está muy clara: hay en vuestra congregación un desliz. Resulta que entre vosotros, vive Jesús, camuflado; disfrazado y ninguno se ha dado cuenta”, el Pastor joven, si dormido o soñando despierto, no lo sabemos, se puso a pensar: ¡cosas de viejos espirituales!; ¿cómo puede decir que en mi grupo está Jesús disfrazado?... ya sé que Jesús está entre su pueblo, pero ¿cuál de mis hermanos puede ser un Mesías disfrazado?; ¿será alguno de los hermanos que tienen ministerios de servicio?; trabajan bien, pero no tanto como para ser Jesús, ni pensarlo. ¿Y los que cada Domingo alaban, oran o participan en el culto?; imposible, son serviciales, pero tanto como el Mesías no; ¿y los miembros que oran, visitan a los mayores, y colaboran como todos en las ofrendas?; son activos pero no perfectos, no puede ser uno de ellos el Jesús. Y así fue repasando particularmente todos los reunidos en el Retiro y los que se quedaron sin poder asistir, y a ninguno encontró sin defectos. ¡Claro! pensó “Desde el Corazón” si el Mesías estaba disfrazado, podría estar disfrazado detrás de algunos defectos aparentes, pero ser por dentro el Mesías.

Así que compartió con los reunidos el pensamiento del veterano Pastor, y todos se pusieron a pensar quién de ellos podría ser Jesús disfrazado y todos prácticamente llegaron a la misma conclusión que el Pastor. Pero, por si acaso, comenzaron a tratarse mucho mejor, no fuera el caso de ofender a Jesús y éste se diera cuenta de sus defectos. Y empezaron a descubrir que sus hermanos tenían más dones de los que ellos sospechaban. Y, poco a poco, para aprovechar bien el tiempo de convivencia, la comunidad fue llenándose de amor, de solidaridad, de comprensión, de admiración unos por otros y comenzaron a ser verdaderamente felices amando, eliminando las cosas que impedían ser amados y sintiéndose amados”.

Me pasó el berrinche, amaneció un nuevo día, y sin saber bien si soñé durmiendo o despierto soñé, aprecié de nuevo otras cosas: que las pruebas se pueden superar, pero lo más importante, que convivo con un montón de gente estupenda, que tienen a Jesús en su corazón, y que por tanto, me puedo encontrar con Él todos los días. Que los detalles que pueda tener hacia ellos, el afecto, interés, la amistad, la solidaridad, en suma: el amor, son cosas que las estoy haciendo como para el Señor.

Y mira por donde “Desde el Corazón” mi congregación se me está convirtiendo en un templo de gozo, pues “Jesús también se mueve entre los hermanos”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Desde el corazón - Él también está entre los pucheros