Una carta contra la apostasía

La epístola de Judas para el siglo XXI.

15 DE ABRIL DE 2018 · 11:00

Imagen: NatGeoTV.,
Imagen: NatGeoTV.

Amados hermanos,

Espero que estéis bien, disfrutando del amor, la paz y la misericordia de nuestro Padre, el cual nos llamó y nos sigue santificado y guardando en Jesucristo.

Esta semana quería escribiros sobre la maravilla de nuestra salvación; sin embargo, me veo obligado a animaros a seguir defendiendo la fe de todo corazón porque hay hombres impíos y malvados que han entrado encubiertamente en la iglesia del Señor. Niegan a Dios con su nefasta teología, bautizando la perversidad en el nombre de la “gracia de Dios”.

Ante esta triste realidad, permitidme recordaros un par de cositas:

  • Nuestro Señor sacó a los suyos de Egipto. Después destruyó a los que no eran verdaderos creyentes.
  • Dentro de poco, nuestro glorioso Señor va a juzgar a los ángeles rebeldes (los cuales son mucho más peligrosos y poderosos que los falsos hermanos que hay entre vosotros).
  • Nuestro Señor destrozó las ciudades de Sodoma y Gomorra por su perversidad moral.

Podría seguir. La Palabra está repleta de ejemplos del juicio de Dios. Pero estos falsos que se hacen pasar por ‘cristianos’ no hacen nada sino hablar en contra de las autoridades y burlarse de todo lo que sea sobrenatural.

Hermanos, acordaos del ejemplo del arcángel Miguel cuando con el diablo por el cuerpo de Moisés. En ningún momento se metió con el Satanás sino que le dijo, “El Señor te reprenda”. 

Sin embargo, estos hipócritas religiosos se atreven a hablar sobre las cosas que no tienen ni idea. Se han corrompido como animales irracionales. ¿Sabéis en quiénes me hacen pensar?

  • En Caín, porque matan a los que son creyentes.
  • En Balaam, porque no aman a Dios sino la gloria de los hombres.
  • En Coré, porque son rebeldes a la voz de Dios y atacan a sus mensajeros.

 

Coré y 250 hombres se rebelaron contra las autoridades puestas por Dios. / FindTheShepherd.Com

No tienen ningún interés en la santidad de Dios. Se apacientan a sí mismos. Son nubes sin agua, llevadas de acá por allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuma su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas.

De hecho, hay un pasaje del libro de Enoc que viene como un anillo al dedo:

“He aquí, el Señor viene con millares y millares de sus santos para hacer juicio contra todos y condenar a todos los impíos por todas sus obras impías que han cometido impíamente y por todas las cosas duras que los pecadores impíos han dicho contra Dios, su palabra y su santa voluntad”.

Es gente que es carnal. Critican a los nacidos de nuevo. Hacen la pelota a los peces gordos para sacer provecho.

No obstante, mis amados hermanos, ya sabéis que los apóstoles nos dijeron que esto es lo que había de acontecer. Es lo más normal del mundo. La Palabra se está cumpliendo por medio de estos falsos hermanos.

¿Acaso no dicen las Escrituras que en el postrer tiempo habrá burladores que andan según sus malvados deseos? Estos son los que de verdad causan divisiones porque impiden que los salvos sigan la Palabra de Dios. Son humanistas. No tienen el Espíritu Santo.

Así que, vosotros, queridas ovejas del Señor, tenéis que edificaros en vuestra santa fe (sí, santa fe; no pervertida fe). Orad constantemente en el poder del Espíritu. Andad en el verdadero amor de Dios, esperando la pronta venida del Señor Jesús.

Por cierto, hay algunos creyentes verdaderos que están siendo engañados por estos falsos hermanos. Procurad rescatarlos (en la medida de lo posible) razonando con ellos a partir de las Escrituras. Sed pacientes y tened misericordia de ellos. Algunos seguramente estarán muy confundidos; pero la Palabra hará su obra. 

Y por encima de todo, dad toda la gloria al único que puede guardaros sin mancha ante su venida. Al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria, majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos.

Amén.

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