El camino de la cruz

Al recordar la muerte y resurrección de Cristo, la cruz nos recuerda que la victoria del Cordero viene al morir por otros. El camino de los que seguimos a Cristo no es la imposición o el poder

01 DE ABRIL DE 2018 · 07:00

Eberhard Grossgasteiger / Unsplash,cima cruz, sol cruz
Eberhard Grossgasteiger / Unsplash

Una de las lecciones claves durante semana santa cada año es el recordatorio de que no se puede llegar de la alabanza y expectativa del domingo de ramos a la victoria de la resurrección sin pasar por la cruz, la muerte y la tumba. La cruz es la obra de Cristo, pero también el recordatorio de que todos nuestros planes e intenciones quedan cortos mientras no estemos listos a caminar por la senda de la cruz.

Nos gusta la expectativa del domingo de ramos y queremos celebrar la victoria de la resurrección. Pero el Señor nos invita a la cruz. Es una métafora rica que enfoca en lo que significa seguir a Cristo. Debemos vivir “crucificados con Cristo.” Necesitamos salir fuera del campamento y sufrir el vituperio que sufrió Cristo. Se nos invita a morir a nuestras pasiones y pecados. También se nos llama a darnos por otros en nombre de Cristo.

La resurrección de Jesús es la señal de que el futuro se cumplirá. Creemos en la resurrección de los muertos, en nuestra propia vida más allá de la muerte y tenemos las primicias de la promesa en la obra de Cristo. Pero hoy todavía estamos de este lado de la resurrección final. Hemos de vivir a la luz de ese futuro, pero a la manera de Cristo, quien estuvo dispuesto a sufrir el vituperio porque sabía lo que venía.

Por eso me acerco a la cruz. “Yo sólo espero ese día.” Por eso quiero vivir juntamente crucificado con Cristo hoy. Hoy quiero vivir en santidad personal, hoy quiero darme por otros, hoy quiero estar dispuesto a sufrir en nombre de Cirsto. En este día de resurrección recuerdo que tengo que denunciar la injusticia, predicar las buenas nuevas, caminar con los marginalizados, liberar a los cautivos, servir a los necesitados, sanar a los enfermos, caminando sin temor a la muerte, sabiendo que la muerte no tiene la última palabra. 

Al recordar la muerte y resurrección de Cristo, la cruz nos recuerda, de nuevo, que la victoria del Cordero viene al morir por otros. El camino de los que seguimos a Cristo, no es el de la imposición o del poder. Cristo nos llamó al camino de la cruz. La victoria del cristiano es la de darse por otros, de servir, de estar listos a dar nuestras vidas por la causa de Cristo.

Para resucitar tenemos que haber muerto. Para poder vivir en la victoria del poder del Espíritu Santo tenemos que pasar por la cruz. Tal como dice Hebreos 13:13-14: Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.

Al celebrar la resurrección, recordemos el camino de Jesús y estemos dispuestos a seguirle a la cruz. Nuestra victoria no depende de nuestra fuerza, de nuestros recursos, del tamaño de nuestras iglesias, no depende de ninguna medida de éxito humano. Nuestra victoria es la de la cruz. Cristo nos invita hoy a estar dispuestos a caminar por la senda de la cruz.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Caminando con el pueblo - El camino de la cruz