El evangelio de la paz no está a la venta

Acaba de regresar a Dios el espíritu del Dr. Billy Graham. Imperfecto - nadie es perfecto - este varón ha dejado un valioso legado. Le recordaremos por lo mucho bueno que aportó para la gloria de Dios.

25 DE FEBRERO DE 2018 · 09:00

Estatua de Billy Graham en Nashville. / Duncan Holmes,
Estatua de Billy Graham en Nashville. / Duncan Holmes

Hace unos años repasaba el libro ‘Paz con Dios’ (01) del recientemente fallecido predicador y autor Billy Graham 02. En el  capítulo de cierre el Dr. Graham enumera siete aspectos clave en la vida del cristiano; son los que marcan la diferencia entre el ‘cristiano nominal’ y el ‘nacido de nuevo’ por obra del Espíritu Santo (03). Para él, ser ‘cristiano’ es haber sido transformado por el ‘poder de Dios para salvación a todo aquél que cree’ (04) que no es otra cosa que el innegociable Evangelio de Jesucristo. Toda otra interpretación del tan trillado como vilipendiado término no encajó nunca en su percepción del ‘ser cristiano’.

Invito al lector a  repasar esos aspectos.

I. La adopción. El hijo y la hija de Dios, afirma el autor, tiene “ciertos privilegios y responsabilidades que sólo la familia real puede conocer.” Le dice directamente al lector: “Por tus venas circula la sangre real mediante la adopción (05). Fuiste constituido miembro de la familia del Rey de reyes y Señor de los señores.” (06)

II. La herencia. Sobre ella nos recuerda Billy Graham: “La Biblia enseña que cuando naciste de nuevo, tu posición en Cristo te convirtió en alguien que cohereda con Él (07). Ya heredaste todas las cosas.”

III. La paz. La más importante aspiración del ser humano es alcanzar la paz; vivir en paz. Al respecto dice el autor: “Podemos experimentar la paz únicamente cuando recibimos el perdón divino, somos reconciliamos con Dios, y tenemos armonía interior con nuestros prójimos; y especialmente con Dios. No hay paz para los impíos, ha dicho mi Dios.’ (08) Por medio de la sangre de la cruz, Cristo firmó la paz con Dios a nuestro favor. Él mismo es nuestra paz.”

¿Cómo ocurre esto? Dice el predicador que por la fe “somos justificados por Dios y conocemos la serenidad interior, que el hombre no alcanza por ningún otro medio. Cuando Cristo entra en nuestro corazón, estamos libres de la obsesión del pecado.” El acto de la purificación permite enfocar la vida de manera diferente; como define el AT: ‘Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos los pone en paz con él.’ (09)

Concluye asegurando que “Aún más importante: sabemos que podemos comparecer ante Dios en la hora de la muerte, con esa misma paz y seguridad.”

IV. La vida espiritual. “En su estado natural, ningún individuo entiende todo el alcance de su iniquidad pasada; pero se da cuenta del estado mortal de su alma. Los que no están familiarizados con los términos teológicos, tal vez no puedan expresar sus pensamientos de esta manera, pero no son menos conscientes de ello. Aun la persona no regenerada se admira, a veces, de su indiferencia respecto del bien y del mal. Se siente turbada al ver con qué facilidad, frente a flagrantes injusticias, acepta los compromisos y se declara favorable a la causa provechosa antes que a la causa justa. Aun el pecador más empedernido pasa por momentos en que anhela ser mejor. El criminal más insensible y la más desvergonzada prostituta son conscientes de un anhelo profundo hacia el bien.

Los hombres y las mujeres no convertidos que tratan de llevar una vida honesta se resienten de una manera punzante al comprobar cuán alejados permanecen de su propósito. Lo trágico es que muchos de ellos ni siquiera saben que su fracaso se debe a que están muertos en pecados y transgresiones, y que para que puedan vivir según las leyes espirituales, es preciso que reciban vida por medio de Cristo. Jesús dijo: ‘Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.(10) San Pablo declaró: ‘De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.’ (11)

El nacer de nuevo en Cristo significa nacer para nuevos ideales, nuevas aspiraciones, nuevas esperanzas y nuevas capacidades de alcanzar metas nuevas y flamantes. Cristo, como Señor y Maestro, te ha dado una nueva vida. Has nacido de nuevo.

V. El gozo. “La persona convertida conoce el gozo del compañerismo cristiano” – enseña Graham  frente a la temible soledad – “La soledad es uno de los grandes terrores, de las grandes tragedias de la Humanidad. Cuántas veces hablamos de sentirnos solos en medio de un enorme gentío. Cuántos hombres y cuántas mujeres han experimentado una sensación de mayor soledad en una gran ciudad que andando por un camino solitario en el campo. Cuántas veces deseamos tener a alguien que pueda comprender y participar de nuestros sentimientos más íntimos, alguien con quien hablar, que vea la vida como la vemos nosotros, que esté impulsado por los mismos motivos, que juzgue conforme a los mismos valores.”

Si no encontramos uno que hable nuestro mismo idioma nos identificamos con el Salmista en su desolación: ‘Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; no tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.’ (12)

Tú has encontrado en Cristo el único amigo que comprende todos tus pensamientos, y cuando la comunión con Él se convierte en realidad, nunca estarás en soledad. Cuando Cristo ocupa en tu corazón el lugar que le corresponde, desaparece todo sentido de separación de Dios. Una vez más estás en la presencia de Dios. Esta comunión es un gozo inefable y lleno de gloria. Ninguna filosofía humana puede otorgar este glorioso bien.”

VI. La fortaleza.  “Al seguir a Cristo, el individuo recibe una nueva fuerza. Por sí mismo nadie es capaz de alcanzar sus propios ideales. Las leyes Mosaicas fueron establecidas como la norma mínima de conducta aceptable para Dios, y tú eres demasiado débil para cumplir esta norma sin otra ayuda. A través de la Historia, el individuo ha tomado muchas resoluciones, con la esperanza de tener el poder suficiente para cumplirlas; pero en su corazón ha entendido que lo único que puede realizar es una reforma temporal y no un cambio permanente.

Solamente por el nuevo nacimiento en Cristo puede cada persona lograr no sólo una alteración de su manera actual de vivir, sino la creación de una nueva personalidad. No hay filosofía humana que pueda lograr tales cambios ni conceder tal fuerza. Este poder está preparado para ayudarte en todo tiempo. Dios dijo: ‘No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.’ (13) “Cualesquiera que sean las circunstancias”, dice Graham “la potencia Suya será tu fortaleza en la hora de necesidad.”

VII. La buena salud. Partiendo de la condición del pecador, el predicador dice que “El pecado y el sentimiento de indignidad interior alteran el bienestar físico y mental. El sentido de impureza e inmoralidad físicas, el sentido de odio hacia nuestros semejantes, el conocer nuestra propia insuficiencia, la frustración y nuestra incapacidad de alcanzar las metas a que aspiramos, provocan enfermedades físicas y mentales. El sentido de culpa y de pecado que el ser humano lleva dentro de sí, le hace inepto para el cumplimiento de sus deberes, le enferma la mente y el cuerpo. No fue por casualidad que Jesús combinara las curaciones con la predicación y con la enseñanza mientras Él estaba en la tierra.

Existe una relación real entre la vida del espíritu y la salud física y moral. La paz con Dios, la paz de Dios en el corazón de la persona, y el gozo de la comunión con Cristo tienen en sí un efecto saludable sobre el cuerpo y el espíritu, desarrollando y preservando la fuerza física y mental.

Así, además de la paz interior, Cristo concede al cuerpo, a la inteligencia y al espíritu las mejores disposiciones. Favorece el desarrollo de la vida espiritual. El gozo y la comunión con Él, así como una fuerza nueva, provienen del nuevo nacimiento. Hay ciertos privilegios especiales que sólo el verdadero cristiano puede gozar. Por ejemplo, el privilegio de recibir la sabiduría divina y de ser continuamente guiado. La Biblia dice: ‘Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.’ (14)

 Además, quienes siguen a Cristo gozan de un optimismo verdadero.” El cristiano sabe íntimamente “que todo contribuirá a su bien.” (15) Por esa razón, afirma, el cristiano también tiene “una visión del mundo (con la que) descubre el propósito de Dios y el fin hacia el cual todos marchamos. Nos asegura de que a pesar de las guerras de unos contra otros, y a pesar de las fuerzas destructivas de la Naturaleza que parecen tenernos en sus garras, Dios todavía está en su trono y lo dirige todo. Satanás mismo se ve limitado por el poder de Dios, y le es concedida la oportunidad de ejercer su influencia maléfica sólo en el tiempo y en la forma que Dios lo estima conveniente. Las Escrituras nos enseñan que Dios tiene un plan definido para cada época de la historia, para cada nación y para cada individuo. La Escritura descubre el plan de Dios para la venida de Cristo, cuando establecerá su Reino; como ya hemos visto. Así, para quienes siguen a Cristo, la vida tiene su plan y la seguridad de que, al fin, Dios triunfará sobre toda injusticia. “

Menciona a Job cuando, tras su dura prueba,  reconoce: ‘Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo.’ (16) Y no puede menos que exclamar “¡Qué perspectiva! ¡Qué futuro! ¡Qué esperanza! ¡Qué vida! No la cambiaría yo por la del hombre más rico e influyente del mundo. ¡Prefiero ser un hijo del Rey, un coheredero con Cristo, un miembro de la familia real de los cielos! Sé de dónde he venido, sé por qué estoy aquí, sé a dónde voy y tengo paz en mi corazón. ¡Su paz inunda mi corazón y embarga mi alma!”

Y finaliza su tan leído libro con una anécdota que involucra a un pajarillo. Una impensada como feliz coincidencia con el caso del pajarillo que viene cada mañana a cantar cerca de nuestra ventana: “En una pintura famosa la tempestad arreciaba; el mar enfurecido se estrellaba en enormes olas, contra las rocas. Relampagueaba y tronaba, azotaba el viento; pero un pajarillo estaba en la hendidura de la peña y dormía profundamente, con su cabecita debajo del ala. He ahí lo que es la paz: ¡poder dormir durante la tempestad!  En Cristo tenemos reposo y paz en medio de las confusiones, extravíos y perplejidades de esta vida. La tempestad azota, pero nuestros corazones reposan. Hemos hallado, por fin, la paz.”

Esto es solo posible si nos aferramos al Evangelio que no está a la venta: el de Jesucristo.

 

Notas

Ilustración original: http://www.prensalibre.com/internacional/muere-el-predicador-evangelista-billy-graham-a-los-99-aos

01.  En Magacín del 13/03/2016, enlace: http://protestantedigital.com/magacin/38845/Estas_en_paz_con_Dios

02.  William ‘Billy’ Franklin Graham Jr. (7 de noviembre de 1918 - 21 de febrero de 2018) nacido en Carolina del Norte, EE.UU, donde acaba de morir, fue uno de los más renombrados predicadores y escritores cristianos del siglo XX y lo que va del XXI.

03.  Solo tres veces se menciona el vocablo ‘cristiano’ en la Biblia: Hechos 11:26; 26:28; 1ª Pedro 4:16. Comparar con Juan 3.

04.  Romanos 1:16.

05.  Ibíd. 8:15, 23; 9:4; Gálatas 4:5; Efesios 1:5;

06. 1ª Timoteo 6:15; Apocalipsis 17:14; 19:16.

07. Romanos 8:17; Efesios 3:6.

08. Isaías 57:21; comparar con Efesios 2:14. Comparar con Juan 14:27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo.”Jesús a sus discípulos antes de ir a la cruz.

09. Proverbios 16:7.

10. Juan 10:10; comparar con Lucas 12:15 y Romanos 5:17.

11. 2ª Corintios 5:17.

12. Salmo 142:4.

13. Isaías 41:10.

14. Santiago 1:5.

15. Romanos 8:28; 1ª Corintios 2:9.

16. Job 19:25.

Las notas y énfasis en negritas son del autor de este artículo.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - El evangelio de la paz no está a la venta