40 citas poderosas de Juan Pérez de Pineda

Una introducción al pensamiento del reformador español.

03 DE FEBRERO DE 2018 · 22:10

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El protestantismo español nació en el siglo XVI con las mismas convicciones doctrinales que caracterizaron el movimiento en Alemania y la Confederación Helvética (ahora Suiza).

Hoy, queremos avivar el legado de uno de los padres de la fe evangélica en España, Juan Pérez de Pineda (1500-67), compartiendo cuarenta citas de su famosa Epístola Consolatoria (1560).

Todas las citas están sacadas del tomo ‘Reformadores españoles del siglo XVI: Constantino Ponce de la Fuente y Juan Pérez de Pineda’ (CIMPE: Sevilla, 2016), el cual fue publicado gracias a la labor de Emilio Monjo.

CITAS DE JUAN PÉREZ DE PINEDA

1.- “Fiel es Dios que no permitirá que nadie os toque sin su expreso querer; cuya potencia es sin término igual que su voluntad, porque puede todo lo que quiere; y ninguna cosa quiere que no sirva para su honra y gloria, y para salvación de sus escogidos; el cual hace que tales cosas, por adversas que sean, les sirvan para su bien y prosperidad”.

2.- “Como al principio no pusimos nada de nuestra parte para que Dios nos formase y diese ser de hombres, sino que Él lo hizo todo, y fuimos obra puramente suya, así para que nos llamase, y llamados nos reformase y santificase, no pusimos nada. Porque, ¿qué pudo hacer Lázaro muerto de cuatro días, sepultado y hediondo, para que Jesucristo lo resucitase y le diese nueva vida?”.

3.- “Nada pudimos dar nosotros a Dios para que nos eligiese, porque no éramos cuando nos eligió, y la causa de nuestra elección estaba en Jesucristo. Y así tampoco le pudimos dar cosa alguna para que nos llamase y nos justificase”.

4.- “Si el pecado y el diablo fueron poderosos para meternos en tal condenación, contra la cual no tenemos ningún remedio en nosotros, mucho más poderosa sin comparación es la justicia de Jesucristo, para darnos verdadera y perfecta libertad de todos los males en que nos anegó el diablo”.

5.- “No sólo nos llamó Dios y nos dio su Palabra, sino también por ella, mediante la operación del Espíritu Santo, engendró fe en nuestros corazones, la cual fuese como brazos y manos con que abrazar a Jesucristo, con todos sus bienes y de esta manera nos llevó a Él”.

6.- “El ser justos no nos viene por naturaleza ni por industria humana, sino por don gratuito del Señor”.

7.- “[Cristo] sólo es el fundamento de nuestra esperanza ya que en Él y por Él somos amados de Dios como hijos”.

8.- “Toda nuestra vida ha de ser un perpetuo sacrificio de alabanzas al Señor por haber tenido piedad de nosotros; y todas nuestras obras han de ser pregoneras de su gloria y de sus virtudes”.

9.- “No debemos, pues, nosotros buscar la aprobación de ellos [los hombres]. Contentémonos con que nos aprueba Dios”.

10.- “Nadie podrá tocar a sus llamados y escogidos sin que [Dios] lo quiera y lo mande”.

11.- “Cuando nos viéramos oprimidos con diversas aflicciones, tengamos por cierto que [Dios] mismo nos aflige; Él nos encarcela y nos hace pobres; Él nos enferma y nos sana; Él nos mata y nos da vida; y que no nos puede venir cosa tan adversa que no nos sea enviada por su buena voluntad y para encaminarnos por ella a grande felicidad”.

12.- No nos detengamos, pues, ni pongamos los ojos en los que nos afligen, porque no son sino instrumentos que Dios usa, varas y ministros de su voluntad; sino miremos que nos aflige y castiga como a hijos por medio de ellos y que son diferentes los pensamientos de Dios que los de ellos. Porque lo que hace con nosotros es para bien y lo que ellos pretenden es para mal. Él nos castiga porque nos ama y ellos nos afligen porque nos aborrecen y nos querrían destruir”

13.- “Dios es el autor de nuestras aflicciones y cruz, y si las tomamos de su mano, nos serán de salud”.

14.- “Nuestra elección y la vocación con que nos llamó Dios a sí, procedieron del amor que nos tiene en Cristo”.

15.- “Son singularmente privilegiados de Dios los que sufren por su causa”.

16.- “Más útiles son las tribulaciones que las prosperidades”.

17.- “Todo lo que hace Dios es para asegurarnos de la firmeza de la salvación que nos tiene dada en Cristo”.

18.- “La palabra de la promesa [de Dios] es el refugio de los fieles”.

19.- “Yo mismo soy el que peleo por vosotros, no obstante que no lo sentís. No tengáis miedo que salgan vuestros enemigos con lo que desean. Mas vosotros saldréis con la victoria. Porque yo, yo mismo soy el que os libro y cumplo con vosotros lo que os prometí. Tan suaves y amorosas palabras habla Dios con los suyos estando afligidos en el fuego y antes que vayan a su presencia”.

20.- “Contra ellos [los apóstoles] estaba todo lo más sabio, lo santo y poderoso del mundo; todas las riquezas, la dignidad, la autoridad, la excelencia, la grandeza y fuerzas humanas, de tal manera que parecía ser una cosa invencible. No había príncipes ni señores, reyes ni reinos que no les fuesen contrarios y les hicieran cruelísima guerra. Mas ellos armados sólo de la Palabra del evangelio y de paciencia, abatieron toda la fuerza y constancia del mundo y del príncipe de él”.

#21.- “No fue tan fuerte el mundo ni tan poderoso Satanás ni tan mañosos los suyos que pudiesen impedir que el pequeñito grano de mostaza de la fe del evangelio, no naciese y creciese a semejanza de grande árbol y que extendiese sus ramas por todas las partes del mundo, tanto que las aves del cielo hiciesen nidos en él”.

22.- “Estemos nosotros armados con la armadura de los apóstoles y desechemos toda confianza humana y asegurémonos que con nuestras aflicciones y muerte, son destruidos los enemigos y contradictores del evangelio”.

23.- “Unos se fían en ser grandes, otros en ser generosos y de noble sangre y otros en otras prerrogativas semejantes. ¿Qué otra cosa es esto sino confiarse en la sombra y en el humo que se desvanece delante los ojos?”

24.- “Si miramos sólo a Jesucristo, necesariamente seremos por Él fortalecidos, para no desmayar y poder estar firmes contra todo mal”.

25.- “La verdad no depende de los hombres”.

26.- “No miremos ni descansemos en los hombres sino en Dios que da vida a los muertos”.

27.- “A los que aman a Dios, Él mismo les convierte todas las cosas en bien; aun hasta del pecado les saca grandes bienes. Como hizo a Noé, a David y a san Pedro, después de caídos, que tomada ocasión de sus caídas, les hizo grandes mercedes y mandó resplandecer la luz de las tinieblas”.

28.- “Conocido tiene Dios que los que recibe no son impecables, sino sujetos a todo pecado y habilísimos para todo mal; no obstante los acepta por suyos, sabiendo que han de caer mas no los desecha por sus caídas”.

29.- “Cuando [Dios] nos recibe, no nos recibe con condición de que nosotros haremos bien, seremos fieles y perseveraremos en la bondad, porque esto no puede ser según nuestro estado natural tan corrompido, mas nos recibe en condición de que Él será nuestra vida, nuestro perdón, nuestra firmeza y perseverancia, nuestro Médico y medicina, nuestro Maestro, nuestra salvación y perpetuo Redentor”.

30.- “No obstante que los hombres os tienen condenados como a enemigos, Dios os ama y aprueba como a hijos, y por eso os manda que vayáis a ser recreados por su Hijo, el cual, si no os amase, no andaría tan solícito por vuestro remedio. No pueden ser tan grandes vuestros pecados, cuanto es la salvación que os ofrece”.

31.- “La forma que nos enseña Jesucristo de guardar la vida, es perderla por su amor y por la confesión de su nombre. Y entonces la guardamos cuando nos la quitan, porque por tal vía la ponemos en las manos de Dios”.

32.- “[Dios] hará que esta amargura y crueldad tan pagana de que se usa contra nosotros, nos sea saludable”.

33.- “Lo que ahora padecemos es el camino para ser glorificados”.

34.- “No será estéril vuestra muerte, como no lo fue la de Jesucristo, cuyas pisadas seguís. La ceniza de vuestros cuerpos la hará Dios fructificar y ser materia de muchos hijos fieles para que muchos, oída vuestra firmeza en la fe del evangelio, vista vuestra muerte y entendida la constancia con que sois fortalecidos de lo alto para sufrirla, abran los ojos para verlo y conocerlo por Padre”.

35.- “Nada damos a Dios porque nada tenemos que sea nuestro; todo lo que tenemos es suyo y así, dándoselo todo, no le damos nada. No seamos, pues, escasos en darle lo que no es nuestro”.

36.- “La vida que vivimos está llena de tantos peligros y miserias que apenas se puede llamar vida, mas por la muerte somos como de la mano sacados de todas ellas y llevados al descanso eterno. Por eso deseaba Pablo ser desatado del cuerpo y estar con Cristo para gozar de esta cumplida libertad”.

37.- “Ignacio, obispo de Antioquía […] oyendo bramar a los leones, aparejados para ejecutar la sentencia [de muerte], dijo con alegría: Trigo soy de Jesucristo; ahora seré molido entre los dientes de los leones, para ser hecho pan limpio y suave al Señor”.

38.- “Dios sólo nos dio la vida y Él nos la quita cuando le place, porque es el Señor de la vida y de la muerte”.

39.- “A los que confían en Dios nada les puede dañar sino que todo les sirve para bien; y a los que son enemigos del evangelio, todo les sirve para mal”.

40.- “No nos espante la crueldad de los hombres, antes nos enamore la bondad y clemencia de nuestro Dios”.

41.- “Aunque somos pocos, seamos constantes, pues Jesucristo es nuestra victoria”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Brisa fresca - 40 citas poderosas de Juan Pérez de Pineda