Serenidad

Acércate a Dios, Él promete que se acercará a ti.

16 DE SEPTIEMBRE DE 2017 · 21:40

,

“Le pedimos a Dios que nos de 

serenidad, paz, tranquilidad,

en medio de situaciones de la vida 

que están fuera de nuestro alcance de cambio.

 Habrá cosas que aunque quiera 

ya no podré cambiar,

como la familia donde nacimos, 

la edad que tenemos…

En algunos casos, el país donde vivimos,

y algunas otras condiciones.

No nos queda más que confiar en Dios para atravesar

por esa situación, para rogarle que nos ayude,

que si está dentro de su voluntad se haga el cambio,

y si no, que nos de la fuerza para seguir.

 

 Cuando hay posibilidades de cambiar 

necesitamos valor, valentía y buena actitud.

La sabiduría nos ayudará a entender las cosas,

a aclarar dudas y a temer a Dios”.

             Mery Bracho

Desde muy chiquita me encantó Nat King Kole. Recuerdo aquellas tardes de sábado, escuchando en un disco de vinilo y recostada sobre el pecho de mi padre canciones inolvidables de un hombre de color, cuyas canciones, letras, e inolvidables recorridos con todo su cuerpo sobre el piano al más bello ritmo de Jazz, todavía hoy me hacen estremecer.

Hay una canción muy especial que todos conocemos…. “Aquellos ojos verdes”, dejadme entresacar simplemente unas palabras de esa bellísima canción para llegar a donde quiero ir….

“Aquellos ojos verdes

De mirada serena

……………………….

………………………

De besos y ternuras

De todas las dulzuras

Que sabían brindar.

 

Aquellos ojos verdes

Serenos como un lago

En cuyas quietas aguas

Un día me miré…."

Os ruego  ¡por favor! que nadie me mal interprete. Estoy tomando palabras sueltas de una bellísima e inmortal canción que todos conocemos. Es secular y referida a un amor humano. Pero, por alguna razón, siempre quedó en mi alma desde que era muy chiquita. Cada vez que la vuelvo a escuchar, me retrotrae a muchos recuerdos de mi más profunda infancia, además de llevarme a pensamientos de la mas absoluta serenidad y relajación en medio de momentos difíciles.

Alguien escribió que después de volcar de una manera demasiado torpe su vaso en la barra de un restaurante, el líquido comenzó a derramarse por el borde hasta el piso. La vergüenza que le produjo tratar de atrapar el agua haciendo un hueco por las manos, sus esfuerzos inútiles, ya que toda la bebida se le escapó entre los dedos; apenas quedó una pequeña cucharadita, mientras que sus pies estaban en medio de un charco.

En multitud de ocasiones, nuestra vida es algo muy parecido. Luchamos por resolver problemas, pasamos detalles por alto, e intentamos controlar las situaciones por nosotros mismos. Pero por más que lo intentamos, nuestras manos no son capaces de contener y recoger el líquido que se nos escapa, y las circunstancias que nos desbordan.

Admiro de corazón a esas personas que parecen imperturbables cuando la vida se torna dura, y son capaces de hablar y obrar de un modo completamente sereno, cuando confieso que a mi me resulta muy difícil.

Pero hay alguien que es capaz de hacerlo mejor que nadie en este universo, ¡es nuestro Dios! Dice el profeta Isaías que es capaz de medir todas las aguas del planeta en el hueco de Su mano. Resultamos de lo más absurdo intentando hacerlo por nosotros mismos, cuando Él es el único capaz de hacerlo.

Cuando las circunstancias nos superan, cuando parece que nuestra propia serenidad se va al traste, recordemos….

Lo único que podemos hacer, es dejar en Sus poderosas y benditas manos todas y cada una de nuestras preocupaciones, reales o producto de nuestra propia angustia.

Alguien escribió:

“Podemos confiar en que Dios maneje todo aquello que nos abruma”

Y aquí vuelvo a las viejas palabras de la canción….. “Aquellos ojos.. Serenos como un lago…”

En toda mi vida no he podido encontrar otros ojos de mirada más serena que los de mi bendito Dios. Puedo atravesar las circunstancias más difíciles que puedan existir en esta vida; cuando miro Sus ojos, mi alma se vuelve serena y llena de paz. Una paz ganada a precio de sangre en la cruz del Calvario. ¿No querrías sentir tú lo mismo?

Simplemente acércate a Dios, El promete que se acercará a ti, entonces podrás cantar…

“Tengo paz como un río, tengo paz como un río, tengo paz como un río en mi ser…”

Isaías 26:3

“Tú guardarás en completa paz, a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Follas novas - Serenidad