¿Es pecado divertirse?

La industria de la diversión es sinónimo de afluencia. Los medios informan a menudo de antros donde chicos y chicas bailan, se aturden, drogan e inmolan dejando enlutadas a sus familias.

04 DE MARZO DE 2017 · 21:30

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En ‘La Marcha del Cristianismo’ (01) hay una página en la que el autor habla sobre la actitud de los primeros cristianos frente a las diversiones ofrecidas por el Imperio Romano a sus súbditos.

Los conceptos allí vertidos llevan a reflexionar sobre esa relación en el contexto y días actuales. Las siguientes tres preguntas nos ayudarán a enfocar el tema:

¿Prohíben Las Escrituras la diversión?

¿Debe predicarse desde el púlpito que una de las características de todo buen cristiano es abstenerse de las diversiones?

¿Es pecado divertirse?

Para empezar, propongo verificar el uso que le da a ‘diversión’ el diccionario de nuestra rica lengua castellana; en él encontramos tres acepciones (02):

1. f. Acción y efecto de divertir.

2. f. Recreo, pasatiempo, solaz.

3. f. Mil. Acción de distraer o desviar la atención y fuerzas del enemigo.

Partiendo de estas definiciones comprobemos qué nos dice J.C.Varetto (03) sobre cuáles y cómo eran las diversiones en las iglesias cristianas de los primeros siglos, aún bajo el poderoso Imperio Romano:

En la época de que nos ocupamos, las diversiones estaban divididas entre el teatro y el circo. El primero era una escuela de inmoralidad, y el segundo de crueldad. Los cristianos no podían pactar con estas cosas, y no sólo que se apartaban de ellas, sino que les declaraban una guerra a muerte. No eran enemigos del arte ni de lo bello, pero cuando estas cosas, buenas en sí, se empleaban como medios de corrupción, no vacilaban en rechazarlas. El teatro, que en los buenos días de Grecia, había alcanzado a ser, hasta cierto punto, un elemento de cultura estética y artística, no tenía nada de esto en Roma, donde las representaciones eran obscenas, casi siempre sobre los amores de Júpiter o las voluptuosidades de Venus.” (03)

La definición que el autor da al ‘teatro’ y ‘circo’ de los primeros siglos pareciera ser muy cruda, por lo breve y terminante. Con el fin de constatar si son o no acertadas este autor investigó otras fuentes. Parecen muy bien informados los autores de las ‘Artes escénicas’ (04) que dictan clases desde hace bastante. Dicen en su blog:

Para los romanos pasa a ser el teatro un juego y un entretenimiento, en contra de la concepción griega, que lo consideraba un ritual. Con Roma, aparece la figura del empresario, que paga a los actores y autores, y que cobra una entrada al público. Sólo cuando el Estado se hace cargo de los espectáculos teatrales pasa a ser gratuito. Los romanos apenas cultivan la tragedia, y si lo hacen, como en el caso de Séneca, no es para representarla sino para leerla en voz alta en círculos escogidos. Sin embargo, cultivan con gran fortuna la comedia, crítica de tipos humanos y de costumbres sociales.

Dos son los autores cómicos principales en Roma: Plauto y Terencio. El primero, de origen humilde, era actor hasta que decidió convertirse en comediógrafo con gran éxito. Sus obras representan personajes ridículos por sus deformidades morales, como el avaro de Aulularia, o el soldado fanfarrón en Miles gloriosus. El segundo, que era un esclavo liberado por su amo debido a su inteligencia y talento, era mucho más refinado y recibió la influencia de Menandro, el comediógrafo griego. Su obra completa, más sus traducciones de Menandro, se perdieron en un naufragio. En Roma el teatro no tuvo el auge que en Grecia, debido a que sufrió la competencia de otros espectáculos de masas, como el circo o las luchas de los gladiadores, y a que el público selecto despreciaba los entretenimientos vulgares como la comedia, la pantomima y el mimo, artes escénicas de gran auge en Roma, lo que algunos consideran como un signo de decadencia del teatro.”

Por su parte, el erudito Arnold Hauser en su mundialmente reconocida ‘Historia Social de la Literatura y el Arte’ explica que en Grecia predominaba el ir ‘al teatro para liberarse por un par de horas de la miseria de la vida diaria y desahogarse con un lloriqueo’ o para admirar ‘el desnudo femenino con el que se intenta terminar con el tabú que excluía los temas nuevos’ (05).

No está equivocado entonces Varetto cuando afirma:

El circo, que existía en cada ciudad importante, era el gran atractivo de aquellos tiempos. El de Roma tenía asientos para decenas de miles de espectadores. Los gladiadores que se batían, eran a veces profesionales, pero la mayor parte eran infelices condenados a muerte, o cautivos traídos de las conquistas, o esclavos que eran llevados a morir luchando miserablemente en presencia de una multitud de espectadores sanguinarios.

Marco Aurelio tuvo que prohibir la venta de esclavos destinados al circo, pero no consiguió prohibir que los propios dueños los llevasen a luchar con las fieras. Eran miles de infelices que morían en la arena para apagar la sed de sangre y de espectáculos que devoraba a los romanos. Del África traían leones que largaban hambrientos para despedazar a los que combatían en el circo.” (06)

Los fieles seguidores de Jesucristo que durante siglos sufrieron martirio a causa de su fe y estilo sencillo de vida, ven de pronto que el Estado que antes los masacraba ahora les invita a ir al teatro y al circo ya no para ver burlarse de la virtud o para presenciar el martirio de hermanos y hermanas en la fe, sino el de otros pobres desgraciados.

Concluye el autor diciendo: “Los cristianos rompían con este género de diversiones, y oponían a ellas el ejemplo de su perfecta mansedumbre.” (07)

Las épocas cambian, pero el pecado predomina ampliamente. En el blog ‘Aleteia’ conducido por un sacerdote católico, leemos esta interesante definición sobre el tema:

En algunos casos, para un cristiano ir a una fiesta será un gran desafío dada la cultura y la mentalidad del mundo en que vivimos.” (08)

¿Qué dicen las Escrituras sobre la diversión?

No encontraremos en la Biblia una prohibición o una prescripción directa al acto de divertirse. Eso no necesariamente significa que no se ocupe de ello. Pablo nos dice con sabiduría:

Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Ninguno busque su propio bien, sino el del otro”. (09)

Si todo me está permitido, nadie mejor que yo para asumir la responsabilidad de usar bien esta libertad. El tiempo demuestra si hemos sido sabios cuando enfrentamos las consecuencias de nuestra elección. Los cristianos que aman al Señor tienen el privilegio de saber por anticipado si sus decisiones beneficiarán o perjudicarán su vida de relación con Dios y los demás.

Si bien todos aprendemos de nuestros errores, es mejor aprender a prevenirlos. A ello contribuye la disciplina de la vida de fe. La iglesia, lejos de ser escuela de prohibiciones, es donde mejor se aprende a perdonar, consolar y servir en el amor de Dios.

También sabemos que el púlpito sirve para presentar las ‘buenas noticias’ de Cristo y su amor; y no nos avergüenza, pues el Evangelio es poder de Dios para salvación a los que creen (10).

El Espíritu nos guía por caminos de sabiduría para enfrentar un mundo lleno de tentaciones y mentiras. Por eso mismo el apóstol nos recomienda: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (11) De donde ‘este siglo’ refiere al sistema mundano de pecado que - cual enemigo que esconde sus perversas intenciones - nos distrae para que no nos ocupemos de nuestros derechos y obligaciones de hijos e hijas de Dios.

Los que creemos en Jesucristo hemos sido ‘apartados’, ‘sacados fuera’, del sistema mundano para mostrar el camino a la Redención. Nos lo recuerda el mismo apóstol Pablo:

Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás (12) (…) Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,” (13)

Es más que obvio que esto no implica encerrarnos en las cuatro paredes del lugar de culto al que llamamos ‘iglesia’; ni en nuestras casas, como si Cristo nos llamase a vivir en guetos. Todo lo contrario; nuestro lugar es la periferia donde deambulan los perdidos, puesto que el Hijo de Dios, e hijo del hombre, no ha “venido a llamar justos, sino a pecadores, al arrepentimiento” (14).

Víctimas de los mafiosos de la droga son ayudadas por voluntarios cristianos a la salida de los antros. Esos seres anónimos salvan numerosas vidas entre los que deambulan perdidos en la madrugada de ciudades turísticas. No tienen ninguna prensa y muy poca ayuda oficial.

Por lo expuesto, a medida que avanza la descomposición social se hace más necesaria la presencia de los hijos e hijas de Dios en los poderes públicos; de ese presencia surgirán normas más efectivas y campañas de prevención en las escuelas y universidades. Pablo aconseja a quienes deseen ser ‘parte de la solución’:

Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.” (15)

No es pecado descansar. El Creador reposó tras crear todo lo visible e invisible (16). Pero Él santificó el tiempo de descanso. Este tiempo puede ser utilizado para actividades distintas a las habituales sin tener la obligación de hacerlas. En la antigua Grecia se llamaba ocio al tiempo dedicado, principalmente por filósofos, para reflexionar sobre la vida, las ciencias y la política. De donde negocio (negación del ocio) es todo aquello que se hace con un fin material.

El apóstol Pablo declara en el Espíritu que “todo lo que no proviene de fe es pecado” (17). En nosotros recae el privilegio de obrar en fe para no pecar en nada de aquello que hagamos, o dejemos de hacer.

 

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Notas

Ilustración: jóvenes bailando en las ‘discos’ actuales, típicas en casi todo el mundo. Muchos de ellos están expuestos al negocio de la droga.

01. Páginas 106, 107 del Capítulo Tercero de la obra citada. Esta serie ‘El Pensamiento Cristiano’ es sobre los libros que han ayudado al autor a ampliar su visión sobre el llamado ‘cristianismo’. Este es el libro número 22 de los ya analizados desde el 09/01/2016 (‘Ocúpate en la Lectura, la Exhortación y la Enseñanza: LEE’); si se desea leer más: http://protestantedigital.com/magacin/38280/Ocupate_en_la_Lectura_la_Exhortacion_y_la_Ensenanza_LEE

02. Diccionario de la Real Academia Española; http://dle.rae.es/?id=E0eav7y

03. Juan Crisóstomo Varetto, autor citado, historiador y escritor evangélico bautista.

04. https://arteescenicas.wordpress.com/2009/11/11/unidad-didactica-ii-primera-parte/

05. Obra citada (1957) página 130. Su autor, Arnold Hauser (1892-1978) nació en Rumania, aunque de origen húngaro y raíces judías, y murió en Austria. Su reconocida obra es utilizada en las universidades del mundo.

06. Obra citada en 01.

07. Ibíd. 06.

08. Recomiendo la lectura de este artículo cuyo autor es el sacerdote católico Henry Vargas Holguín (23/06/1967) oriundo de Tunja, Boyacá, Colombia. Ordenado en 1999 se desempeña en el Obispado de Urgell. Puede leerse el artículo completo en: http://es.aleteia.org/2016/01/13/vas-a-salir-de-fiesta-consejos-para-una-diversion-sana/

09. 1ª Corintios10:23.

10. Romanos 1:16.

11. Ibíd. 12: 2.

12. Efesios 2:1-3.

13. Ibíd. 5:15-18.

14. Mateo 9:13.

15. Colosenses 3: 6,7; y en 4:5,6: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.”

16. Génesis 2:2,3.

Importante: Si se desea saber más sobre el baile y sus efectos en la salud, este enlace puede resultar de provecho:

http://www.docsalud.com/articulo/7696/%C3%A9xtasis-los-peligros-de-la-droga-del-baile

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