Kamogelo o risu

Uno de los mayores liberadores de estrés que el Médico divino nos ha dado es la sonrisa, la risa.

31 DE JULIO DE 2016 · 18:20

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Las personas carismáticas o sanas sonríen. Es un hecho probado. Sonríen a la vida, a las personas con las que se cruzan, a quienes les acompañan en las conversaciones y a quienes no. Si nos fijamos en los “spots” publicitarios, que nos intentan vender ciertos fármacos, descubrimos que una vez expuestos los argumentos para ingerirlos –siempre con rostros dolientes- el resultado si nos los tomamos, son rostros de perfecta sonrisa y entusiasta alegría. Lo cual implica, sentirse saludable se denota en sentirse sonriente, por la misma ley, sonreír es pastilla de salud. Y es que sin duda, la sonrisa y una parte de ella es la “risa” que tiene poder sanador.

El “CARISMA COMPLEX BIBLICUS” explica bien que cuando las personas están tensas y estresadas, con dolores de cabeza, problemas digestivos y falta de energía, son síntomas de que algo no marcha bien. No se duerme bien. Y gran parte de todo esto se eliminaría si tan sólo aprendiésemos a tratar adecuadamente el estrés. 

Uno de los mayores liberadores de estrés que el Médico divino nos ha dado es la sonrisa, la risa. Es una excelente pastilla, no es extraño que el sabio escribiera “el corazón alegre constituye un buen remedio, el espíritu triste seca los huesos”. La risa nos hace sentirnos mejor, y libera salud en nuestros sistemas. Cuando nos reímos, las presiones de la vida se desvanecen y nos sentimos restaurados y rejuvenecidos.

PRECAUCIONES. Como muchos medicamentos, hemos de ejercer prudencia, consultar al farmacéutico y escuchar al Médico, pues si a todas horas tomamos esta medicación, puede perder su efectividad. Si sonreímos a todo el mundo, y nos reímos por cualquier cosa en todo momento, ninguno de los que reciben la sonrisa o escuchan su expresión, se considerarán causantes de la misma y, por lo tanto, bloquearán parte de la seducción hacia ellas. La risa sólo será especial si sale de un espíritu alegre y a sus receptores les hace sentir especiales. 

    CHEQUEO. ¿Cuándo fue la última vez que te reíste a carcajadas?; ¿cuántas veces sonríes a alguien?; ¿con qué tipo de sonrisa: flash, traviesa, de labio partido? Si ha pasado algún tiempo, ¡muy posible que tu alegría esté oxidada y haya que ponerla a punto!.

INDICACIONES. Mucho mejor te sentirás y las renovadas energías que recuperarás si avivas la alegría, controlas la sonrisa y aprendes a reírte con mayor frecuencia: no una vez por mes, no una vez por semana, sino en periódicas dosis cada día. En razón de no tomar esta medicación, experimentada por el Senador de Tarso con su disciplina de COMPLEX BIBLICUS “Regocijaos en el Señor siempre” y su receta “otra vez os digo regocijaos” muchas personas están demasiado estresadas para divertirse. Necesitan restaurar el equilibrio. Sólo trabajo y nada de diversión no es sano. Desarrollar el sentido del humor y el humor con sentido y buscar oportunidades para reír puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida. Y si piensas que no eres una persona jovial por naturaleza, la recomendación es que nos entrenemos para sonreír y reír tan a menudo como sea posible.

PRECEDENTES INTERESANTES. No tuve el privilegio de conocer a mi padre, pues murió tres meses antes de nacer yo; no obstante, mi madre –que tanto le amó‑  me habló tanto de él, que toda mi vida, creo haber sabido cómo era y de sus grandes cualidades, resaltaba su buen humor. La filosofía que trasladó a mi madre se resumía en hermosos pensamientos: “estar serios todo el tiempo no es bueno para nosotros ni tampoco para los que nos rodean” y estando ya cerca de los ronquidos de su muerte, le decía a mi madre, embarazada de mí: “Sareta (mi madre se llamaba Sara) he estado muy grave del corazón como víscera, pero no de amarte con todo él” y ya en los estertores de la marcha, aún con humor le decía: “Sareta, posa al xiquet el nom de Israel*, ell us portarà endavant, com el poble de Déu”. No tomaba el humor a la ligera. Sonreía y amaba. 

Buen humor también usó un dinámico Sacerdote de Parroquia costera, comprobando que la sonrisa construye vínculos, derriba muros. Una parroquia que en verano, con la afluencia de tantos turistas se llenaba en la misa temprana. Una mañana, antes de la reflexión del evangelio, sorprendió a la congregación formulando una serie de preguntas, que a los presentes les parecieron extravagantes: “¿creéis que la marea es tan alta hoy que llegará hasta el altar?”. “Pensáis que en la sacristía hay rocas con pozas para pescar quisquillas, gusanos coreanos, cangrejos y carraquelas?”. “¿El suelo del templo es de madera de pino o arena de la playa?”. Pues si no llegan las olas al altar; aquí no hay cebos de pesca y el suelo no es de arena ¿qué hacéis aquí con cubos, palas, flotadores, chancletas, bermudas, pareos, y alguno con sombrilla con palo y todo?; los que quieran misa, vestíos y preparaos para misa, los que quieran playa o chiringuito a la playa”. Algunos sonrieron y se quedaron; otros se fueron… pero yo pienso que ese capellán, hizo brillar con humor una verdad en medio de la oscuridad.

“CARISMA COMPLEX BIBLICUS”, no está abogando por un tratamiento de risa sin sentido, sonrisa de busto sonriente, lleva en su composición el que “el Eterno ha hecho grandes cosas con nosotros; estaremos alegres, entonces nuestra boca se llenará de risa y nuestra lengua de alabanza...” (Salmo 126:3, 2) Sí, el espíritu alegre es medicina y remedio. 

 

(*) Es por esta razón por la que fui bautizado con el nombre de Israel Roberto.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Desde el corazón - Kamogelo o risu