La revolución de los muertos vivientes

Nuestros hijos, nietos y nuevas generaciones se van a encontrar un mundo cada vez más deshumanizado.

01 DE MAYO DE 2016 · 18:45

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Hoy como nunca antes, se están produciendo gran cantidad de series televisivas y cinematográficas acerca de los muertos vivientes, muchas de ellas inspiradas en diversas novelas de terribles pandemias, apocalipsis y resurrecciones masivas de legiones de zombis que quieren apoderarse del planeta entero y contaminar con su espíritu de muerte a toda la raza humana aún no contaminada con el infernal virus de la muerte en vida. Mientras que estos siniestros seres con expresión más cadavérica y demoníaca que humanoide se convierten en una horrible pesadilla para los supervivientes de la terrible plaga de los muertos vivientes (The Walking Dead).

Esta macabra afición a la necrofilia narrativa se convierte hoy para nosotros en una radiografía social popularizada, que viene a reflejar en forma alegórica nuestra peor realidad espiritual a través de una expresión abstracta de nuestro subconsciente colectivo acerca del mundo de las tinieblas. Este espíritu de muerte a la vez que una degradante desnaturalización de la verdad esencial de las cosas más elementales y de la vida misma en su comprensión más primaria de la conciencia universal (excepto de los que no tienen sentido común, ni tampoco el más común de los sentidos como es el orden moral que nos asemeja a nuestro mismo Creador) esta implantándose cada vez más sinuosamente en el imaginario colectivo. 

Esta nueva casta de personajes en el nuevo escenario de esta terrible humanidad con la conciencia alterada, esta rompiendo el consenso que en muchos aspectos nos había humanizado y contenido en multitud de perversiones de todo tipo, subvirtiendo el natural orden antropológico del concepto sagrado de la vida al igual que el falseado concepto sobre la identidad de género e incluso el sentido trascendente de la misma muerte que se esta trivializando y hasta mercantilizando con toda esta caterva de siniestros y fantasmagóricos personajes de ultratumba. O sea que el mundo de las tinieblas entre estos y otros relatos más salvajes todavía de la narrativa onírica más estrafalaria está inoculándose en la conciencia social incluso en muchos centros educativos como una forma de entretenimiento y evasión de las crudas realidades de la vida cotidiana y de los viejos tabús y clasismos sociales imperantes que según algunos reprime la libre imaginación de lo más horribles seres que podamos llegar a imaginar y que algunos definen como nuestros propios demonios de prejuicios morales que debemos de liberar y expulsar cuanto antes.

Desgraciadamente existe una nueva generación de libre pensadores que nos proponen sexo público sin ningún pudor ni recato y al más puro estilo animalesco. Así como pornografía furtiva de lo más salvaje y denigrante que podamos llegar a imaginar. Otra de las expresiones de esta generación zombí es la impresionante explosión de redes de pedofilia infantil que consumen millones de personas que están enfermas de sexo hasta la misma coronilla.

Las buenas prácticas y las buenas costumbres se están trucando cada vez más con los nuevos legionarios de la muerte convertidos en los actuales ingenieros sociales que están construyendo una autentica amenaza mundial de lesa humanidad para la auto destrucción de la civilización humana. Nuestros hijos, nietos y nuevas generaciones se van a encontrar un mundo cada vez más deshumanizado y expuesto a las locuras y horrores más sofisticados de este mundo perdido que ha erradicado a Dios de sus proyectos colectivos y se ha alejado completamente del temor de Dios.

Nuestro mensaje final y rotundo para los hombres y mujeres de esta generación es “El Reino de los Cielos se ha acercado, arrepentíos y creed en el Evangelio de Jesús”, porque esta es la única esperanza posible para no sucumbir ante la imparable espiral diabólica de esta conspiración mundial de los muertos vivientes.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - La revolución de los muertos vivientes