Mecanismos de defensa ante la angustia

Existen mecanismos de defensa frente a la angustia que podemos clasificar en “normales” y “psicopatológicos”.

01 DE MAYO DE 2016 · 07:05

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En el artículo anterior hemos expuesto, de manera sucinta, el devenir psicopatológico del hombre y la angustia que subyace en el fondo de sus trastornos.

La angustia es un ingrediente psico-emocional que acompaña al ser humano a lo largo o corto de su vida. Es una experiencia humana universal.

Existen unos mecanismos de defensa frente a la angustia que, a efectos didácticos, podemos clasificar en “mecanismos de defensa normales” y “mecanismos de defensa psicopatológicos”.

Los mecanismos de defensa descubiertos por Sigmund Freud, y posteriormente perfeccionados por su hija Ana Freud son imprescindibles para entender la conducta humana en su salud y en su enfermedad. A los más habituales los denominamos normales y a los menos frecuentes anormales o psicopatológicos.

Entre los primeros encontramos a los siguientes:

• Represión

• Regresión

• Transformación en lo contrario

• Introyección o identificación

• Sublimación

Y entre los segundos:

• Formación reactiva

• Aislamiento

• Anulación

• Proyección

Antes de entrar en describir las características que configuran la entidad de cada uno de ellos, es necesario manifestar que suelen darse varios, al unísono, en un mismo conflicto.

Los mecanismos de defensa son recursos a los que recurre el YO para que los sentimientos de culpa y la angustia que ellos desencadenan sean superados.

El término “mecanismos de defensa” determina las luchas del YO contra contenidos inconscientes que podrían invadir el campo de la CONCIENCIA y desestructurar su homeostasis psico-emocional.

El SUPER-YO O CONCIENCIA DEL BIEN Y DEL MAL, se opone a que determinados contenidos del subconsciente puedan ascender a niveles conscientes y por consiguiente su acción represora actúa para dichos contenidos sigan reprimidos a nivel subliminal.

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