¿Qué creen los evangélicos sobre Dios?

Un análisis de lo que creen las denominaciones evangélicas españolas sobre Dios.

23 DE ABRIL DE 2016 · 09:40

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Hoy seguiremos con nuestra serie sobre: ‘¿Qué creen los evangélicos?’

La semana pasada estudiamos lo que los evangélicos españoles creen acerca de la Biblia y vimos que hay mucha unidad dentro de la familia protestante. Todos creen en ‘Sola Scriptura’, esto es, que la Biblia es la suprema norma de fe y conducta porque ha sido inspirada por Dios. Asimismo todos celebran la perspicuidad de la Biblia y minimizan otras autoridades.

Las únicas posibles áreas de tensión serían sobre si la Biblia es total o parcialmente inspirada por el Espíritu y si la Biblia es la Palabra de Dios en el sentido pleno de la Palabra o si simplemente la contiene. Identificamos tres denominaciones que tienden hacia el concepto de una Biblia parcialmente inspirada y la idea de que la Biblia “contiene” la Palabra, a saber, la Iglesia Evangélica Española (IEE), la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE) y la Iglesia Metodista Unida.

Las denominaciones que estamos estudiando en esta serie son las siguientes: la Iglesia Evangélica Española (IEE), la Iglesia de los Hermanos, la Federación de Iglesias Evangélicas independientes de España (FIEIDE), la Iglesia Metodista Unida, el Cuerpo de Cristo, la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE), la Iglesia de Dios, los Menonitas, la Iglesia de Cristo, las Iglesias Evangélicas Biblia Abierta, Asamblea Cristiana, el Ejército de Salvación, la Iglesia Salem, las Iglesias Buenas Noticias, la Federación de Asambleas de Dios de España (FADE) y la Unión Evangélica Bautista de España (UEBE).

Hoy, nos enfocaremos en la Teología propia, la Cristología y la Pneumatología, esto es, la doctrina de Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo respectivamente. Así como en nuestro primer estudio, veremos que los evangélicos están bien unidos en cuanto a sus creencias sobre la deidad.

 

I.- DIOS

Las iglesias evangélicas de España son explícitamente trinitarias. La declaración de fe del Ejército de Salvación resume bien las ideas centrales de las demás confesiones, “Creemos que hay un solo Dios, quien es infinitamente perfecto, Creador, Preservador y Gobernador de todas las cosas y que es a Él solo a quien se debe rendir culto religioso. Creemos que la deidad se constituye de tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, indivisas en esencia e iguales en poder y gloria”.

Evidentemente las demás declaraciones de fe no emplean las mismas palabras que el Ejército de Salvación; pero expresan exactamente la misma idea. Dios es uno en esencia; tres en persona. Y es Él quien ha creado todas las cosas y quien sigue sosteniéndolas en el presente por lo tanto es digno de todo honor, gloria y alabanza. Se ve cómo la familia evangélica en España sigue la confesión del Credo Apostólico y el Credo de Nicea. En este sentido, están cien por cien de acuerdo con los católico-romanos y los ortodoxos.

 

II.- JESUCRISTO

En cuanto a la Cristología, hay unanimidad evangélica también. Las diferentes declaraciones de fe están todas dentro de la marca de la ortodoxia cristológica establecida por los concilios universales de Éfeso (431) y Calcedonia (451). Confiesan que Jesucristo, además de ser la segunda persona de la bendita Trinidad, se hizo carne y por lo tanto es cien por cien Dios y cien por cien hombre. En palabras del Concilio de Calcedonia: “Todos a una voz enseñamos que ha de confesarse a uno solo y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en divinidad y el mismo perfecto en humanidad, Dios verdaderamente y el mismo verdaderamente hombre de alma racional y de cuerpo, consubstancial con el Padre en cuanto a la divinidad y el mismo consubstancial con nosotros en cuanto a la humanidad, semejante en todo a nosotros, menos en el pecado; engendrado del Padre antes de los siglos en cuanto a la divinidad, y el mismo, en los últimos días, por nosotros y por nuestra salvación, engendrado de María Virgen”.

 

Concilio de Calcedonia (451).

De acuerdo con el texto del Concilio de Calcedonia, los evangélicos españoles interpretan la venida del Hijo de Dios al mundo en términos de la historia de la salvación. El Hijo desciende a la tierra con un fin salvífico.

Así que Jesús es Hijo de Dios desde la eternidad; pero se hace Hijo de hombre cuando se encarna. Y se hace Hijo de hombre para salvar a su pueblo escogido.

A la luz de la historia de la salvación, se explican los grandes eventos de la vida de Jesús: su encarnación y nacimiento virginal, su obediencia al Padre, su crucifixión y resurrección corporal, su ascensión a la diestra del Padre y su promesa de volver por segunda vez para salvar a los suyos y condenar a los impíos. Dada su naturaleza única, sólo hay salvación a través del Dios-hombre. Las únicas denominaciones que no estipulan textualmente que Jesús sea el “único” Salvador o Mediador son las Iglesias de Cristo, el Ejército de Salvación, la Iglesia de los Hermanos y la Iglesia de Dios (aunque se sobreentiende que sí creen en la doctrina de la exclusividad de salvación en Cristo).

En estos puntos cristológicos esenciales, pues, las denominaciones evangélicas están en perfecta armonía. No hay discrepancia alguna. Tanto en la Teología propia como en la Cristología, los evangélicos españoles dicen lo mismo.

 

III.- ESPÍRITU SANTO

En tercer lugar, llegamos a la Pneumatología, es decir, la doctrina del Espíritu Santo. Como en el caso de la Teología propia y la Cristología, los evangélicos comparten las mismas convicciones acerca del Espíritu de Dios.

Para empezar, el Espíritu es una persona divina. No es una simple fuerza impersonal como la electricidad o el aire sino que es una persona con voluntad, emociones e intelecto. Encima, el Espíritu es divino también, de la misma esencia que el Padre y el Hijo. En este punto todas las declaraciones de fe evangélicas son perfectamente ortodoxas.

En cuanto a las obras del Espíritu, hay conformidad doctrinal también. El Espíritu convence al pecador de pecado y le regenera, es decir, le hace nacer de nuevo. El Espíritu concede al hombre un conocimiento genuino de Dios a través de Jesús y las Escrituras. Mora en los creyentes a partir de su conversión y los santifica para que se asemejen cada vez más al Señor Jesús. Igualmente, regala dones a los creyentes con el fin de que edifiquen la Iglesia y promuevan la misión de Cristo en el mundo. Y finalmente, el Espíritu es quien unifica la Iglesia del Señor.

 

Un punto de tensión sobre el Espíritu

El único posible punto de tensión sobre el ministerio del Espíritu Santo sería sobre el asunto del ‘bautismo en el Espíritu Santo’. Por un lado, hay denominaciones tales como la FIEIDE, la Iglesia Menonita y la Iglesia de los Hermanos que creen que el Espíritu bautiza a todo creyente uniéndolo a la Iglesia. Esto quiere decir que el bautismo en el Espíritu tiene que ver con la conversión. Por el otro lado, hay iglesias como Biblia Abierta, FADE, Salem, Buenas Noticias y la Iglesia de Dios que recalcan que el bautismo en el Espíritu es algo que sucede después de la conversión. La Iglesia Biblia Abierta lo expresa de la siguiente manera: “El bautismo en el Espíritu Santo es una obra divina, actual, aparte de la conversión, para que el creyente reciba el poder necesario para vivir una vida santa, llevando el testimonio a todo el mundo a su alrededor”.

Aunque Biblia Abierta no haga ninguna mención de señales visibles acompañando semejante bautismo en el Espíritu, tanto FADE como Salem, Buenas Noticias y la Iglesia de Dios expresan su convicción de que la evidencia del bautismo en el Espíritu Santo es el hablar en otras lenguas. Según FADE, “Creemos en la promesa del Padre, el bautismo en el Espíritu Santo por el que los creyentes son investidos de poder, para ser testigos de Jesucristo, servir a Dios y vivir en santidad. La evidencia inicial es hablar en otras lenguas”. La Iglesia de Dios dice: “Creemos en [el] hablar en otras lenguas, como el Espíritu dirija a la persona, lo cual es la evidencia inicial del bautismo en el Espíritu Santo”. La Iglesia Salem y Buenas Noticias no hacen mención textual de las lenguas pero la idea sí está implícita en lo que confiesan: “Creemos en el bautismo en el Espíritu Santo para todos los creyentes con las señales mencionadas en el Evangelio según san Marcos capítulo 16 versículos 17 y 18 y en Hechos de los Apóstoles capítulo 2”.

En España, entonces, hay ciertas familias denominacionales que interpretan la metáfora del bautismo en el Espíritu a partir de Pablo (1 Corintios 12:13). Y luego hay otras que la interpretan a partir de Lucas (Lucas 3:16; Hechos 1:5; Hechos 11:16).

 

CONCLUSIÓN

De la misma manera que hay un consenso claramente evangélico sobre la bibliología, también lo hay en cuanto a la doctrina de Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo.

En cuanto a Dios, los evangélicos siguen el Credo Apostólico y el Credo de Nicea confesando que Dios es uno en esencia y tres en persona, que es el Creador de todo y que sólo Él es digno de adoración.

En cuanto al Hijo, los evangélicos siguen los Concilios de Éfeso y Calcedonia resaltando la doble naturaleza de Jesucristo y su papel como el único Mediador en virtud de su obra expiatoria en la tierra.

En cuanto al Espíritu, los evangélicos confiesan fe en su divinidad y personalidad y creen que el Espíritu es quien convence de pecado, regenera, ilumina, santifica y unifica a los creyentes. El único punto de divergencia sería sobre la doctrina del ‘bautismo en el Espíritu’. Algunos dicen que se refiere exclusivamente al momento de la conversión cuando uno llega a formar parte de la Iglesia de Cristo; otros aseveran que se trata de una experiencia después de la conversión que concede poder al creyente para ser un testigo de Cristo y que está acompañando de la señal inicial de hablar en otras lenguas.

La semana que viene (parte 3):

¿Qué creen los evangélicos sobre la salvación?

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