Mujer, ¿Por qué lloras?

¿Quién fue el primer testigo de la Resurrección?...María Magdalena, una mujer que amaba por encima de todo a Aquel que le había sacado de un pozo profundo.

26 DE MARZO DE 2016 · 22:55

Monica Bellucci como María Magdalena en La pasión de Cristo de Mel Gibson / IMDB,
Monica Bellucci como María Magdalena en La pasión de Cristo de Mel Gibson / IMDB

Hoy es Domingo de Resurrección, para todo el mundo cristiano, un día de celebración especial. Puede que muchos pasen de celebrar estos días al modo tradicional. Puede que estén pasando unos días de merecido descanso, yo lo he hecho en infinidad de ocasiones.

Pero en estos últimos años, todo mi ser me pide celebrar estos días con mucha intensidad, viviendo cada momento, paso a paso…. Recordar la Pasión de mi Cristo momento a momento…. Pero muchas personas se quedan ahí ¡Ahí! Y no se dan cuenta de que si…. “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vano es también nuestro mensaje” (1Cor. 15: 14).

Me fascina el día de la Resurrección de mi Cristo, todo lo que los romanos quisieron “dar a luz” con engaños; pero algo cuyas evidencias eran tan grandes, que todos sus inventos resultaban como querer tapar al sol con un dedo.

Pero hay algo que, como mujer, me fascina, me emociona, me hace saltar lágrimas de agradecimiento a mi Señor. ¿Quién fue el primer testigo de la Resurrección?.... ¡¡¡Una mujer!!! ¡¡¡Una mujer!!! María Magdalena, una mujer que amaba por encima de todo a Aquel que le había sacado de un pozo profundo.

Todas las miradas y críticas del mundo estaban puestas sobre ella, estaba poseída por siete demonios, para todos era una endemoniada y una prostituta. Pero mi precioso Cristo se acercó a ella rompiendo todos los cánones de la época y…. Simplemente la libertó.

Se han escrito muchos ríos de asquerosa tinta sobre la relación entre esta preciosa mujer y su bendito Señor. María era tan solo una mujer perdonada, liberada, agradecida…. Amaba mucho, porque había sido perdonada mucho.

Todo el mundo, incluidos los discípulos, se habían quedado tristes y mudos. La muerte de Cristo en la Cruz, los había dejado totalmente descolocados; sentían como si todas las palabras dichas por Jesús anunciando su muerte y resurrección no tuvieran el más mínimo sentido… Unos están tristes, otros se callan, un impulsivo Pedro niega al Señor por tres veces….

Todo parecía haberse terminado en el monte Calvario. Pero había una mujer que había bebido cada una de las palabras de su Maestro, y al tercer día, antes de que amaneciese y antes que nadie, va al sepulcro envuelta en lágrimas. Va llena de tristeza, llena de lágrimas, ¡pero va! Va y llora.

Entonces ocurre la preciosa escena del Huerto.. Un Jesús resucitado y glorificado se le aparece, pero ella no le reconoce y dice entre lágrimas….

“Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro y vio dos ángeles con vestiduras blancas…. Y le dijeron: Mujer, ¿Por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor y no sé donde le han puesto….. Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni!.....” Mr. 16: 11-16.

Me fascina esta escena ¡Me fascina! Una mujer perdonada y liberada, una mujer agradecida llena de amor, gozo, y dolor… Simplemente escucha la voz de su Amado diciendo su nombre, y se gira sobre sus talones y dice entre las más bellas y profundas lágrimas…. ¡¡Raboni!!

Dejadme que os deje algo que alguien escribió y que me encanta…

“Una lágrima: es eso que humedece los ojos del mundo. Y que el mundo se empeña en ocultar. Es eso que nos tragamos tantas veces por soberbia, por orgullo, por demostrar fortaleza y queda atorada en la garganta, apretada en el corazón, comprimiéndonos todo. Es tan profunda, que no sabemos con certeza de donde nace, ni si podrá morir alguna vez.

A veces una lágrima: cicatriza una herida, lava una pena y ablanda.

Una lágrima: es un recuerdo, una angustia, una desesperación, una interrogante. Una lágrima: puede ser a veces el comienzo del perdón, la primera luz de la rectificación que hace estrechar una mano.

Una lágrima: es a veces la gota mágica que hace cambiar por dentro cuando tenemos que pagar nuestra cuota de dolor, la lágrima ayuda. Cuando la derramamos en el corazón querido, o en la intimidad de la amistad, la lágrima une, estrecha, funde.

La lágrima transforma, enseña, disuelve los rencores, las espinas, las malas hierbas que van creciendo en la amistad e impidiendo acercarse, abrazarse, comprenderse. La lágrima descubre. El que ignora tus motivos, no te conoce.

La lágrima es un don”

Hoy, día de Resurrección, yo… Mujer….. ¡Quiero gritar!.... ¡Quiero llorar de gozo! Porque mi Raboni ha resucitado.

Podría añadir muchísimas cosas, pero no quiero, hoy sólo quiero celebrar, agradecer; porque he sido perdonada y liberada… Porque en el monte Calvario se gano mi Salvación. Pero con la Resurrección de mi Cristo, se ganó mi Justificación, las arras de mi herencia, la garantía de mi propia resurrección.

Hoy sólo quiero cantar, llorar, celebrar…… ¡¡Mi Cristo vive!!

Quiero regalaros una deliciosa canción que dice que…..”Yo creo que en una colina llamada Monte Calvario”

Sólo me resta por decir…..¡¡¡¡¡GLORIA A DIOS!!!!

 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Follas novas - Mujer, ¿Por qué lloras?