Del Padrenuestro del arzobispo de Toledo al de David Bowie

Para mí, lo que está absolutamente claro es que Dios es Grandioso, que habita en los cielos y en la Tierra porque todo es suyo.

06 DE FEBRERO DE 2016 · 17:30

David Bowie en el concierto tributoa Fredie Mercury,
David Bowie en el concierto tributoa Fredie Mercury

No sé si contra la soledad o simplemente para disfrutarla, cada cual lucha como puede. El amor suele ser una fuerza milagrosa; la oración otra. No sólo el amor como emoción, o la oración como inmanencia, cuando tiene su fin dentro del mismo ser, sino ambos como algo que se comparte, que nos relaciona, que nos pacifica y que enriquece la vida así como sosiega en la muerte, cuando como creyente se ama y confía en la realidad de una eternidad feliz.

Cuanto más enmudece en estas vivencias de amar y orar nuestra sociedad, más brota –aunque no lo reconozca  del interior del hombre la invocación de poderes y la invocación de lo sobrenatural.

Ahí estuvo el definido tras su muerte de mil maneras: “un alienígena multimillonario”, un hombre que se reinventaba en los escenarios, en el maquillaje y la música, un hombre hábil en los negocios, un paradigma del “Pop” del “Rock” y de la moderna música y espectáculo, y muchos otros mundanales aspectos; es decir, el que recientemente murió: David BOWIE, el que sin pretenderlo, posiblemente sorprendió a millones de telespectadores de todo el mundo, cuando al final del concierto en memoria de Freddie MERCURY, que murió de sida, y como colofón del final de la actuación de BOWIE, comenzó a recitar el Padrenuestro en el estadio y todos los asistentes compartieron con él cada una de las palabras. ¡Claro que una cosa es rezar el Padre nuestro en momentos de emoción, y otra cosa es conocer al Padre que está en los cielos!.

“Desde el Corazón” esta anécdota del famoso cantante, me llevó a recordar cuando la Comisión Episcopal de Liturgia, comandada por el Cardenal Marcelo GONZÁLEZ, presidente de la mencionada Comisión, presentó a la prensa, el nuevo texto de la oración modelo, que había sido remodelado en 1988, el cual Padrenuestro sería obligatorio en España el 27 de Noviembre de 1988, y en los restantes países, en 1992, y que el Arzobispo declaró que era una importante contribución a los actos que tenían lugar sobre el V Centenario del Descubrimiento y evangelización de América.

Me certifica la quizá estudiada recitación de BOWIE, sea como la religiosidad que usa de cualquier truco para aliviar soledades, temores y quedar muy bien ante la masa con el fin de hacer de un espectáculo algo intimista y religioso.

Como me confirma que retocar el texto original, que es divino por su autor, Cristo: bello, breve, profundo, ceñido al plan de Dios, completo, inspirador, para hacerlo asequible al hombre y a su tiempo, es demostración que el hombre hace a sus dioses y sus rezos a su imagen y semejanza. Los configura como una ampliación de sí mismo, y luego se reconoce a imagen y semejanza de ellos, con lo cual él, por reflejo, se engrandece.

En el fondo no se alteró el contenido de la oración –estaría bonito, que los catoliquísimos romanistas supieran más gramática que Dios ; sólo transformaron algunas expresiones que no lo mejoraron, por mucho que la Comisión dijera que los cambios: “son muy gratos al oído”.

En tal texto, grato al oído, “los Cielos” se sustituyen por “el Cielo” por lo que se percibe que los muchos Arzobispos no tenían idea de las deletéreas teorías de Pablo, ni de las 347 veces que en la Biblia se mencionan “los cielos” ni pensaron que un Cielo solo, no podría desvelar toda la majestad de Dios, que el cantor rey de Israel, mucho mejor que el cantante de Brixton, enriqueció con su estrofa salmódica cantando: “los cielos cuentan la gloria de Dios”; la expresión comparativa “así como” se suprime y con ello, se descuida que el modelo para hacer las cosas en la tierra, es como se hace en los Cielos.

Del “pan nuestro de cada día dánoslo hoy” se pasa a una contundente petición: “danos hoy nuestro pan de cada día”, como le agrada a los oídos del hombre, “ordeno y mando” y en cuanto al perdón de nuestras deudas, la Comisión de la Liturgia, creyó que “deudas” era un término muy bancario, sin la mínima reflexión, a que hombre, que ha recibido tantos dones y talentos, si no los invierte en los propósitos de Dios, está en deuda con Él.

Y transforma la petición en: “perdónanos nuestras ofensas” y siguiendo sin el “así como” enfatiza “como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” y “Desde el Corazón” me digo, esto sí que no lo entiendo, ¿qué hace ese “también”?; ¿qué pinta ese reto?; ¿se está chantajeando a Dios?; como nosotros perdonamos,

Tú también has de perdonarnos. ¿Es que acaso son equiparables las ofensas a nosotros como las a Él asestadas”, ¡cuánto infantilismo!. ¿No demuestran estos quehaceres tan bobos de puesta al día que mucha religión es cosa de hombres y no de Dios?, ¿y no es evidencia que usar una sublime oración para embellecer sentimentalmente un espectáculo es también una desesperada vacuidad del hombre?; para mí, lo que está absolutamente claro es que Dios es Grandioso, que habita en los cielos y en la Tierra porque todo es suyo. Y además es misericordioso, porque, si no, nos mandaría a todos por necios al infierno. Y a no pocos arzobispos y cantantes, los primeros.

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