Pedro, la roca y las llaves

¿Respalda Mateo 16 la Doctrina del Papado? La interpretación de este pasaje se ha debatido acaloradamente durante siglos.

12 DE SEPTIEMBRE DE 2015 · 17:55

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La prueba más citada y evidente para la doctrina del Papado son las conocidas palabras de Cristo a su siervo: “Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mt. 16:18). Este versículo se considera la piedra angular de la doctrina Bíblica del Papado y es la fundación del desarrollo doctrinal y eclesiástico que conformó el Papado como lo conocemos ahora. Estas palabras aparecen en el interior de la Basílica de San Pedro en un maravilloso mosaico, justo donde el Papa celebra sus oficios.

La interpretación de este pasaje se ha debatido acaloradamente durante siglos y su significado es una cuestión de continua discusión entre lectores con conocimiento de la Biblia. i Algunos comentaristas críticos argumentan que este discurso de Jesús fue introducido por el partido Petrino en la iglesia primitiva para dar soporte al papel y al liderazgo de Pedro sobre el partido Paulino y el partido Jacobita. Los antecedentes de esta hipótesis se refieren a las contiendas entre Pablo y Pedro en Ga. 2:11-21, y el reconocimiento de Pablo de la existencia de facciones en la iglesia de los corintios que mencionaban después los nombres de los apóstoles (1 Co. 1:11-12).ii No obstante, este punto de vista impone a la Biblia canónica una lucha de poder entre los líderes de la iglesia primitiva, la cual se caracterizó ciertamente por varias tensiones en el círculo interno de los creyentes, pero no alcanzaron el nivel de utilizar los escritos apostólicos como armas para luchar entre ellos.

La interpretación católico romana estándar ve en este pasaje la etapa embrionaria de la doctrina del papado que fue más tarde desplegada en su forma completa. En la misma Jesús da a la persona de Pedro (y en consecuencia a sus sucesores) un papel fundacional en la construcción de Su Iglesia. Posteriores tradiciones y prácticas continuaron desarrollando este rol hasta que emergió finalmente el papado. Es difícil, sin embargo, ver el vínculo orgánico entre lo que dice el texto y la función del papado con su sucesión del ministerio Petrino a las ulteriores generaciones (que no es lo que Jesús dice aquí), con la importancia fundamental atribuida a la Sede de Roma (la cual no se menciona aquí), y con la forma imperial que tomó el Papado (que no está en absoluto implícita en el texto).

La confesión de Pedro que precede a lo que Jesús le dice en Mt. 16 se relata en los tres Evangelios Sinópticos y está en el contexto de Jesús anunciando Su pasión, las instrucciones a Sus discípulos y la narrativa de la Transfiguración (Mt.16:13-17:23; Mc. 8:19-9:33; Lc. 9:18-45).iii Solamente el Evangelio de Mateo, no obstante, añade a este discurso las palabras: “Tu es Petrus…” [“Tú eres Pedro…”]. El contexto es que al acercarse la muerte de Jesús, es necesario un paso hacia el cumplimiento de la misión del Mesías como Salvador y Señor. Como llega el momento de su muerte, Jesús pregunta a Sus discípulos quien dicen los hombres que es El, y después, quien creen ellos que es El. En este punto, Pedro pronuncia sus palabras, acaso las más famosas: “Tu eres el Cristo. El Hijo del Dios Vivo”. Sin embargo, estos términos no proceden del mismo Pedro. Jesús inmediatamente replica que vienen de una revelación de Dios. No hay nada intrínsecamente petrino en la confesión de fe de Pedro. Es Dios quien lo ha revelado y Pedro lo ha hablado. La iglesia (ekklesia), la comunidad de los discípulos de Jesús, será construida sobre la verdad (la roca) que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios Vivo. Jesús subraya el hecho de que “mi” iglesia será edificada de esta forma. No es la iglesia petrina; es la iglesia de Jesús, fundada por Jesús como el Mesías. “Levantaré mi iglesia”, dice Jesús. Jesús es el Fundador y el Constructor de la Iglesia, mientras que Pedro es un testimonio, un portavoz especial de esta verdad Divina que le fue revelada por Dios. Además, no hay indicación de que Pedro tuviera sucesores que tomaran su lugar. Es Jesús quien construirá Su iglesia, no Pedro o alguien más después de él.

Al amplificar la confesión de Pedro, Jesús dice que dará a Pedro las llaves del reino (16:19). El significado simbólico de las llaves ha sido excelente para la identidad del Papado, especialmente en lo que se refiere a su autoridad. El Papa es considerado como el que tiene el poder de guardar las llaves de la iglesia y de ejercer el control supremo sobre la misma. En la imaginería popular, a Pedro se le retrata como el que permanece en la puerta del cielo abriendo y cerrando su puerta. De todos modos es importante que las “llaves” a las que se refiere Jesús sean puestas en el contexto bíblico correcto. Al mencionarlas, Jesús cita Is. 22:22 donde Sebná, el mayordomo del rey Ezequías, está a punto de ser reemplazado por Eliaquím, sobre cuyos hombros serán puestas las llaves de la casa de David. Abrir y cerrar las puertas con las llaves es un papel subordinado del administrador en nombre de su rey. No es un poder absoluto ni autoreferencial en sí mismo. No es algo que el mayordomo pueda hacer como si fuera el rey. Así, cuando recibe las llaves del reino, Pedro será un siervo de Dios el Rey que las usará como un mayordomo de la iglesia que Jesús edificará. “Atar y desatar” es otra expresión que Jesús utiliza para definir lo que Pedro será llamado a hacer (16:19). Es un dicho judío que involucra el ejercicio del discernimiento (p.e. prohibir y permitir) que conduce a la decisión. En realidad Pedro formará parte de varios de los procesos de toma de decisiones en el desarrollo de la iglesia que afectarán la vida de la comunidad de Jesús.

Según continua la narración Jesús anuncia Su inminente pasión y muerte. Pedro contesta de acuerdo con su “carne y sangre” y reprende a Jesús por hacer eso (16:22). Claramente Pedro no posee infalibilidad, ni ejerce un papel divino asignado que esté más allá de la necesidad de una continua reforma espiritual. Jesús llama a Pedro “satanás”, alguien cuya mente no ve las “cosas de Dios” sino las “cosas de los hombres” (16:23). Estas palabras arrojan luz a todo el pasaje, especialmente si se interpreta como un apoyo al retrato papal de Pedro. Pedro está a salvo cuando sigue la revelación de Dios y vive bajo Su autoridad. Pedro está por completo inseguro cuando actúa según su propio entendimiento y quiere que prevalezca sobre la voluntad de Dios. La cuestión es que no se le da ningún papel de liderazgo más allá de su espiritualidad. No se le da un cargo separado de la condición de su corazón. No se le asigna ningún oficio divino que lo ponga en un nivel diferente al de los demás líderes cristianos. Pedro es y permanece un pecador salvado que Dios usará para sus propósitos en la medida que oye la Palabra de Dios y la obedece. Mateo 16 puede verse como la base bíblica del Papado únicamente si la doctrina del Papado ha sido ya establecida aparte de la escritura y posteriormente y de forma retrospectiva se ha exprimido dentro de la misma. Tal vez es justo decir que el Papado creó las consecuencias papales de “Tu es Petrus…”, no a la inversa.

 

Notas

 

Este texto es un fragmento de mi libro, A Christian’s Pocket Guide to the Papacy [Guía de Bolsillo del Papado para los Cristianos] (Fearn: Christian Focus Publications, 2015).

http://www.christianfocus.com/item/show/1617

i El estudio estándar de la interpretación de este pasaje es el volumen de O. Cullmann, Peter: Disciple, Apostle, Martyr. A Historical and Theological Study [Pedro: Discípulo, Apóstol, Mártir. Un Estudio Histórico y Teológico] (Filadelfia: Westminster Press, 1962). Discusiones más recientes son analizadas por M. Bockmuehl, Simon Peter in Scripture and Memory. The New Testament Apostle in the Early Church [Simón Pedro en la Escritura y la Memoria. El Apóstol del Nuevo Testamento en la Iglesia Primitiva] (Gran Rapids, MI: Baker Academic, 2012).

ii Esta lectura fue recientemente defendida por M. Hengel, Saint Peter: The Underestimated Apostle [San Pedro: El Apóstol Subestimado] (Gran Rapids, MI: Eerdmans, 2010).

iii Para las discusiones exegéticas extendidas en el pasaje, cfr. W. Hendriksen, Matthew [Mateo] (Edinburgh: The Banner of Truth Trust [Edinburgo: Historia del Estandarte de la Verdad], reinpreso 1989) pp. 641-652¸The Gospel of Mattew NICNT [El Evangelio según Mateo NICNT] (Gran Rapids, MI: Eerdmans 2002) pp. 611-628.   

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