La luz no prohíbe la oscuridad: ¡la vence!

Dos mandamientos de Dios resumen toda la ley: amarás al Señor tu Dios, y amarás a tu prójimo. Ama quien obedece. Desobedecer a Dios es transformar sus mandamientos en prohibiciones sin amor.

24 DE MAYO DE 2015 · 16:29

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Con esta nota completamos la anterior, y transitamos el último tramo de nuestro análisis sobre la sorprendente afirmación de Jesús a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo” 1.

También considero que esta será una buena manera de concluir con la serie ‘El Evangelio vs Doctrina de hombres’ comenzada ocho meses atrás2.

Una de las razones que me llevaron a iniciar la serie allá y entonces es esta alarmante realidad de los que se dicen ser ‘cristianos evangélicos’ pero son permeables a falsas doctrinas que ‘líderes’ avaros mezclan astutamente con la doctrina de Jesucristo.

Pertenezco a una cultura en la que no abundan los que se abstienen de opinar. Por lo que se puede comprobar en las redes sociales, en los chats y también al pie de los artículos de P+D diría que esta ‘cultura de opinadores’ reúne a muchos que creen ser dueños de la verdad.

Es triste decirlo, pero las falsas doctrinas encuentran terreno propicio en sectores sociales de bajo nivel en lectoescritura. Se lee cada vez menos y se lee cada vez peor.

Pero, también se escribe con errores que, al no ser señalados por los lectores, quedan allí como verdades. Renglón aparte merecen los que defienden sus errores como si fuesen verdades; y los que contraatacan o cambian de tema al quedar en evidencia. El valor de los pocos que se atreven a reconoce un error es lo que me alienta a seguir escribiendo.

Gracias a la libertad de opinar que concede a sus lectores P+D sale a luz la carencia del discipulado bíblico. No son pocos los hermanos y hermanas en la fe que revelan en sus aportes la común y urgente necesidad de mayor luz.

Confieso que esa libertad también generó en mí un deseo irrefrenable de profundizar en el estudio de las Escrituras y de compartir la luz que el Espíritu desee revelarme.

 

Mandamiento divino vs Prohibiciones humanas.

Ciertas interpretaciones de las enseñanzas del Evangelio de Jesucristo y de prácticas eclesiásticas en boga están impregnadas del espíritu judaizante del primer siglo de la iglesia3.

Veinte siglos después se defiende la idea de que Dios prohíbe. La hacen los que dicen que los Mandamientos son prohibiciones; que Dios ordena pero también prohíbe.

Basta con ir a un buen diccionario de la lengua española para comprobar que ‘mandamiento’ y ‘prohibición’ no son sinónimos4. Los autoritarios que cuestionan la soberanía de Dios se le rebelan señalando a los que dicen creer en Él pero lo niegan con sus actos cotidianos5.

Al inicio de la serie compartí que la rebelión de Satanás y sus huestes significó la aparición de la mentira y posterior desobediencia de Eva y Adán; que la humanidad heredó el espíritu de desobediencia y se rebeló contra Dios. El NT lo confirma al presentar al Israel del AT como figura de la pecaminosidad en que estaba la humanidad al nacer el Hijo de Dios en Belén.

En el libro de Números leemos que el pueblo de Israel se quejó en el desierto, provocando la ira de Dios, que Moisés –no sabiendo qué hacer - le pasó la queja a Dios y que Dios instruyó a Moisés para organizar la vida del pueblo de Israel con auxilio de 70 ancianos6.

De los diez mandamientos dados a Moisés por Jehová, los israelitas dictaron cientos de normas de todo tipo. Fueron interpretadas como necesarias para organizar la vida de un pueblo que había vivido sometido por siglos bajo el poderoso imperio egipcio y ahora peregrinaba rumbo a la tierra prometida.

Como decíamos allá y entonces: el texto bíblico sólo se usaba para dar orientación e inspiración a los supuestos de maestros humanos. Por tal motivo fue necesario tener un Midrash para lo histórico-dogmático (Haggadá o ‘expresión’) que se exponía en las sinagogas y un Midrash para lo legal (Halaká o ‘camino’) que se enseñaba en las escuelas religiosas. Muchas de las reglas que se imponían llevaban en sí la pretensión de ser parte de la Ley entregada en el Sinaí a Moisés en forma oral. De hecho sólo eran imposiciones humanas. Los fariseos y escribas con los que confrontaba Jesús eran de la corriente ‘halákica’ y se ufanaban de tener una vida religiosa y secular escrupulosamente fiel a esas normas.” 7

Ese inmenso bagaje legal fue el origen del espíritu judaizante que llegó hasta el día de hoy. Como resultado, se toman los mandamientos de Dios como prohibiciones, no como órdenes. Entonces, es habitual escuchar cuestionamientos como

¿Por qué permite Dios que haya tantos pobres?”; o frases como

Dios me tiene que perdonar porque no le hago mal a nadie”;

Dios prohíbe matar pero igual hay gente que mata”,

Dios prohíbe jurar pero te juro por Dios que yo no fui quien hizo tal cosa”.

Los que así hablan no saben lo que dicen; y no todos reconocerán su error si se les mostrase.

Si la mayoría lo hace, ¿por qué tengo que ser yo la excepción?”- se justifican.

 

No hay comunión entre la luz y las tinieblas

Para finalizar veamos cuatro citas del Evangelio que enfatizan el contraste entre los discípulos de Jesucristo y los que aún viven en tinieblas.

1. Los hijos de luz no son sagaces. Jesús revela esta característica en la parábola del mayordomo infiel:

los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.” 8

Solo he de señalar de esta enseñanza que en esta época en que la cantidad es un dios resulta fácil atraer a multitudes con la doctrina de la prosperidad material. Sin embargo, no se entera uno de que vayan miles a escuchar del Señor Jesucristo poniendo como ejemplo a sus siervos que le han sido fieles en lo poco9.

¿Por qué? Porque es más fácil atraer al que tiene hambre y necesidades materiales con falsas promesas que decirle que todos somos igualmente pecadores y necesitamos de Jesucristo para comenzar una nueva vida. Los políticos parecen haber copiado muy bien aquella prédica.

No se trata entonces de la cantidad de fe que Dios otorga a sus hijos e hijas, sino de lo que se hace con ella en cada día de nuestra vida. Pablo lo ordenaba así:

Pero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias.”10

 

2. Los hijos de luz creen en la luz. A pesar de hablarles claramente, citando las profecías y alumbrando el camino para que entendiesen, los contemporáneos de Jesús no creían en Él como el enviado de Dios.

Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.” 11

El Evangelio, tan explícitamente declarado al pueblo por Jesús, es actualmente oscurecido con doctrinas erróneas y prácticas religiosas impuestas por hombres y mujeres que se creen luz sin creer en Jesucristo; pues si creyeran en Él no falsearían Su doctrina.

 

3. Los que antes andaban en tinieblas ahora andan como hijos de luz. Los apóstoles a menudo recordaban a los creyentes la manera en que vivían antes de ser alcanzados por la liberación redentora de Jesucristo. Lo hacían para que nadie añorase la esclavitud de la vida mundana, como añoraban los israelitas las comidas de Egipto cuando cruzaban el desierto.

Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.” 12

El que tiene la luz de Cristo disfruta de Sus mandamientos como algo agradable y digno de obedecer 13. No se le pasa por la cabeza compararlos con las prohibiciones propias de seres humanos ávidos de ganancias deshonestas.

 

4. El Señor llama a los hijos de luz a velar. Mientras el mundo en tinieblas vive al día comiendo y bebiendo, comprando y disfrutando de los bienes perecederos, el que cree en el Señor Jesucristo y en su Palabra espera confiadamente Su regreso. El que cree está en luz.

Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.” 14

Algunos asocian esta advertencia de Jesús con la profecía de la destrucción de Jerusalén ocurrida en el año 70. Este hecho no invalida que también se refiera a su segunda venida. Según la Palabra ni el propio Señor Jesucristo conoce el día y la hora en que el Padre le dirá que venga a buscar a su amada esposa, la iglesia 15.

¿Estamos con un pie en las tinieblas y otro en la luz? Eso se llamaría en Física ‘estado de equilibrio inestable’. Es decir: más próximo a caernos que sostenernos. Te aliento hermano, hermana, a poner tus pies sobre la Roca que es Jesucristo, a irradiar su luz que es también la nuestra. Entonces habrá menos oscuridad en el mundo y veremos más próximo Su regreso.

 

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Notas

 

01. Mateo 5:14.

02. Esta serie comenzó a principios de octubre de 2014 y llegó a treinta y tres notas. La primera de ellas se tituló ‘¿Quién salva al pecador?’ http://protestantedigital.com/magacin/34079/Quien_salva_al_pecador

03. Romanos 2:17-29; Gálatas 2:14,16;3:24; 4:5; 5:4,20; 6:13;Apocalipsis 2 y 3 permiten conocer cómo actuaban los judíos en las iglesias cristianas. Recomiendo leer ‘Los judaizantes? (Herejías antiguas y modernas) por Daviel de Paz. http://davieldepaz.blogspot.com.es/2009/05/los-judaizantes-herejias-antiguas-y.html

04. Mandar. 1. tr. Dicho del superior: Ordenar al súbdito.2. tr. Imponer un precepto. Prohibir: tr. Vedar o impedir el uso o ejecución de algo. Mandar es una acción positiva; prohibir es una acción negativa.DRAE.

05. Es conocida la frase de Ghandi: ‘No soy cristiano por causa de los cristianos’.

06. Números 11. En este capítulo se puede apreciar la manera en que obra la carne frente al obrar del Espíritu. Dos varones (Eldad y Medad) que no eran del grupo de setenta ancianos recibieron como aquellos el espíritu de Moisés. Fueron prontamente denunciados con intención de que se les prohibiera profetizar.

07. ‘Las tradiciones no salvan a nadie’. http://protestantedigital.com/magacin/34153/las_tradiciones_no_salvan_a_nadie

08. Lucas 8:8; se recomienda leer del 1 al15.

09. Mateo 25:21. “Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”

10. 1ª Corintios 7:17.

11. Juan 12:35,36.

12. Efesios 5:6-8.

13. Salmos 19:8; 112:1; Romanos 7:12.

14. 1ª Tesalonicenses 5:2-6.

15. Mateo 24:36.

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