Carta abierta a mi amigo cesacionista, John MacArthur

"Me gustaría responder a las ocho razones por las que estimas que mi postura continuacionista con respecto a los dones espirituales es peligrosa".

24 DE MAYO DE 2015 · 19:50

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Domingo 24 de mayo 2015

Querido John,

¿Qué tal estás, hermano? ¡Espero que sigas gozándote en el Señor como siempre! ¿Qué tal los tuyos? ¿Y la iglesia? Salúdales a todos en mi nombre.

Mil gracias por tu última carta Una carta abierta a mis amigos continuacionistas. Lo siento mucho por tardar tanto en responderte. Recientemente he estado a topé con tantas cosas. Seguro que me entenderás. Espero tener más tiempo libre en el verano.

Quiero empezar agradeciéndote por considerarme un amigo en el Señor. Como ya sabes, el amor fraternal que siento por ti es más que mutuo. No puedo expresar en palabras lo mucho que te amo y te admiro. Me alegro de que todavía haya predicadores como tú proclamando las Escrituras fiel y sistemáticamente. Siempre has sido una fuente de inspiración para mí.

Necesitamos a gente como tú en España, John. Aquí la obra del Señor va avanzando. La cantidad de iglesias evangélicas se ha duplicado en la última década. Dios está haciendo algo fresco y bonito en este país. Pero como en todos los movimientos del Espíritu, hay mucha cizaña también. Por un lado, están pegando fuerte el liberalismo teológico y un espíritu pro-gay impresionante (incluso dentro de ciertas denominaciones protestantes). Por el otro, veo a muchos hermanos más apasionados por la música y el sensacionalismo que por la sana doctrina de la Palabra. La verdad es que se me rompe el corazón al ver todo esto. ¿Qué me aconsejas que haga?

Si en algún momento quisieras venir a España por lo que sea, cuenta conmigo. Mi casa es tu casa. Sería un gustazo tenerte con nosotros. Mi mujer tiene muchas ganas de conocerte en persona. Prometo no molestarte mucho…

Pues, nada, me gustaría responder a las ocho razones por las que estimas que mi postura continuacionista con respecto a los dones espirituales sea peligrosa.

1.- La posición continuacionista le da una ilusión de legitimidad al movimiento carismático en general.

Hay muchos abusos, hermano. Es cierto. Los he visto en carne propia. Qué sepas que odio la manipulación emocional y conozco a muchos hermanos pentecostales con el mismo sentir. No obstante, no podemos negar una postura teológica porque hay extremistas que abusan de ella.

Mira, hay gente que abusa del púlpito. ¿Qué haremos? ¿Dejar de predicar? Hay gente que abusa de la Biblia. ¿Qué haremos? ¿Dejar de usar la Biblia? Hay gente que abusa de la comida. ¿Qué haremos? ¿Dejar de comer? Hay gente que abusa de la bebida. ¿Qué haremos? ¿Dejar de beber? No podemos dejar de creer una postura por una manada de falsos profetas.

2.- La posición continuacionista degrada la naturaleza milagrosa de los verdaderos dones que Dios le concedió a la iglesia del primer siglo.

Si estás hablando de los supuestos milagros realizados por los televangelistas, entonces sí, concuerdo contigo. Pero, ¿qué pasa cuando te encuentras con una persona genuinamente tocada por el Señor? Te pongo un ejemplo. El domingo pasado estuve predicando en la cuidad de Madrid y me encontré con una querida abuelita de la congregación que fue sanada de una enfermedad vertebral hace treinta años. ¿Qué le digo a ella? ¿Qué fue un engaño? ¿Qué fue una falsificación? ¿Qué Dios no la tocó? Hay muchos otros hermanos como ella en España con testimonios poderosos de sanidad.

De todas formas, si Dios sigue haciendo el milagro de milagros en nuestros días –esto es,  regalando vida eterna a pecadores arrepentidos- ¿por qué no podría seguir haciendo otros milagros menores también? Si de verdad Dios ha dejado de hacer milagros, ¿por qué crees que sigue salvando ya que la salvación es el mayor milagro que hay? ¿Me explico?

3.- La posición continuacionista limita severamente la capacidad de sus defensores para hacerle frente a otros que caen en la confusión carismática.

En este tercer punto aludes a las profecías espeluznantes de Mark Driscoll. Es cierto que ha metido la pata en muchos sentidos y está claro que ha hecho bien en renunciar al pastorado de Mars Hill. Sin embargo, su caso nos enseña sobre la necesidad de probarlo todo. Los continuacionistas creemos en el principio apostólico de 1 Tesalonicenses 5:19-21: “No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno”. Nunca creímos en la infalibilidad de Driscoll.

De todas formas, la tradición pentecostal en la cual nací de nuevo hace unos trece años se caracterizaba por grandes predicadores que denunciaban el abuso de la “confusión carismática” en términos severos. Pienso, por ejemplo, en el legado de B.H. Clendennen (1922-2009) y David Wilkerson (1931-2011). Espero que pronto oigamos voces parecidas resonando por toda España.

4.- Al insistir en que Dios sigue dando nueva revelación para los cristianos de hoy, el movimiento continuacionista le abre las puertas a la confusión y el error.

Creo que has vuelto a repetir lo mismo que en tu tercer argumento (pero con otras palabras). De nuevo, si aplicamos el principio de 1 Tesalonicenses 5:19-21 estaremos a salvo. La profecía –razona Pablo- edifica al pueblo de Dios. Y con tal de que esté conforme a las Escrituras, no veo ninguna razón para menospreciarla. La profecía actual no tiene porqué ser sinónimo de “la confusión y el error”.

En una de las reuniones después de yo haber predicado en Madrid, vino una palabra profética al pastor –un auténtico hombre de Dios felizmente casado con una familia preciosa- animándonos a “cavar nuestros propios pozos”. ¡Qué bendición! ¡Cómo nos ministró el Señor! No había ni confusión ni error, sino gratitud, lágrimas, gozo y edificación.

5.- Al insistir en que Dios sigue dando nueva revelación para los cristianos de hoy, el movimiento continuacionista niega tácitamente la doctrina de la sola Scriptura.

No. No. No. Aquí tengo que enfatizar mi desacuerdo, pastor John. Hablando personalmente (y sé que represento a muchos hermanos continuacionistas con lo que estoy a punto de decir), mi tentación nunca ha sido la de alejarme de la Biblia sino la de convertirme en bibliólatra. Amo la Biblia. La leo de día y de noche. Es mi comida diaria. Por eso he hecho tantos enemigos: porque creo la Biblia y comparto lo que dice. No tengo ningún regalo más bello que las Escrituras.

Lo que quiero decirte es que los continuacionistas en España creemos rotundamente en la sola Scriptura. ¿Qué asevera dicha doctrina? Que la Biblia es nuestra autoridad suprema para la fe y la conducta. Estamos cien por cien de acuerdo.

Aceptamos las profecías siempre y cuando respalden la doctrina bíblica. No andamos buscando ‘nuevas’ revelaciones. Simplemente hay momentos concretos cuando el Señor quiere decir algo específico a la congregación y queremos ser sensibles para que el Espíritu tenga esta libertad en nuestro medio. Para nada implica que no creemos en la sola Scriptura. Fíjate, es precisamente por nuestra fe en la Biblia que creemos que los dones espirituales son vigentes hoy en día. No tenemos ninguna razón bíblica para descartar los carismas del Espíritu.

6.- Al permitir una forma irracional de hablar en lenguas (por lo general como un lenguaje privado de oración), el movimiento continuacionista abre la puerta al éxtasis sin sentido de la adoración carismática.

Creo que te posicionas de esta manera porque no has hablado en lenguas. Para mí el hablar en lenguas en privado (nunca he dado un mensaje en lenguas en público) me ha fortalecido mucho a lo largo de los años. Hay momentos cuando las palabras humanas ya no me bastan para decirle al Señor lo maravilloso y precioso que Él es, y de repente o me encuentro en silencio o me encuentro usando palabras que no son mías.

Me dolió cuando vi cómo conectaste el hablar en lenguas con “el orgullo espiritual en la iglesia”. Querido, querido, querido hermano, las cosas no son así. Sí, hay flipados. Siempre los habrá. Pero la mayoría de los hermanos que conozco con el don de lenguas andan en el temor del Señor, llorando por el estado de nuestra nación, clamando por avivamiento y sirviendo al Señor fielmente a lo largo de la semana. Estas generalizaciones no ayudan a nadie.

Y otra cosa: ¿por qué sería el éxtasis espiritual algo malo? ¿Acaso el Señor no nos permite disfrutar de experiencias preciosas en el Monte de Transfiguración cuando le buscamos en oración y adoración? Quiero experimentar a mi Señor. Él es mi miel, mi dulzura, mi todo.

7.- Al afirmar que el don de sanidades ha continuado hasta el presente, la posición continuacionista afirma la misma premisa básica que subyace en los ministerios fraudulentos de los sanadores por fe carismáticos.

Creo que aquí hemos vuelto a tu segundo punto. Repito, entonces, otra vez lo que ya he dicho. Hay charlatanes y engañadores. Has nombrado muchos de ellos en tu libro Fuego extraño y te aplaudo por ser tan valiente. Pero ¿cómo negar el soplo soberano de Dios, capaz de obrar prodigios conforme a su buena voluntad?

Incluso me di cuenta de que estás abierto a la idea de que Dios sí nos puede sanar providencialmente mediante las oraciones de nuestros hermanos en la fe (en página 171 de tu libro Fuego extraño). ¿Entonces en qué nos diferimos? ¡Si ambos estamos de acuerdo en que Dios sí puede sanar cuando así lo desea!

Tú, por ejemplo, enseñas sobre las gloriosas doctrinas de la gracia. Pero aquí en España, hay denominaciones que confiesan esas mismas doctrinas en su declaración de fe y al mismo tiempo, celebran la homosexualidad (la IEE y la IERE). ¿Qué diremos, pues? ¿Qué hay que dejar de predicar las doctrinas de la gracia porque hay apostatas que abusan de ellas? ¡Para nada! ¡Refutemos lo falso! ¡Abracemos lo bueno! Aplico la misma regla a las sanidades. ¡Oremos por sanidad aferrándonos a la voluntad de Dios!

8.- La posición continuacionista deshonra en última instancia al Espíritu Santo, al distraer a las personas de su verdadero ministerio mientras las cautiva con falsificaciones.

Aquí argumentas que la obra principal de la obra del Espíritu es la santificación, es decir, santidad y semejanza a Cristo. Sí, señor. Así es. Pero las experiencias con Dios –en vez de desviarnos del camino de santidad- pueden estimularnos a plantearnos aun más firmemente en él. De nuevo, casi todos los continuacionistas que conozco son hermanos santificados. Aman al Señor con una pasión genuina y están involucrados en su misión en el mundo.

Ahora bien, siempre habrá sinvergüenzas y cantamañanas asistiendo a nuestras iglesias (e incluso ministrando). Pero no están únicamente en iglesias continuacionistas sino en las cesacionistas también. ¿Me pregunto cuántos herejes habrán surgido dentro de iglesias cesacionistas a lo largo de la historia de la Iglesia? ¿Sabías que hay reformados, presbiterianos, luteranos, metodistas y bautistas liberales?

Despedida

Gracias por tomar el tiempo de leer esta carta, pastor. Antes de acabar, te quiero pedir perdón por muchas críticas sinsentido que mis hermanos continuacionistas han lanzado contra ti desde el 2013 en adelante. Supongo que se sentirán dolidos por tu libro y conferencia. He oído y leído auténticas barbaridades proclamadas contra ti por la simple razón de que todavía no somos lo suficiente maduros como para recibir un poco de crítica constructiva.

Eres un varón de Dios. Has sido fiel a tu iglesia durante más de cuarenta años, fiel a tu mujer, fiel a tu Salvador y tengo ganas de ver el pedazo de corona que nuestro Señor tiene preparado para ti, hermano.

Por cierto, te deseo un muy feliz cumpleaños para el próximo 19 de junio. ¡Qué lo pases bomba! Cumplí años el viernes pasado (22 de mayo). Madre mía, ahora tengo 30 años. ¡Cómo pasa volando el tiempo! Espero alcanzarte pronto… jejeje

En Cristo,

Tu amigo continuacionista Will Graham (Córdoba)

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