Crimen sin castigo

La educación acierta cuando acostumbra la mente a ver los objetivos acertados y disciplina la voluntad para que los elija con preferencia a los equivocados.

26 DE ABRIL DE 2015 · 12:50

,

En una reunión de la Asociación de Padres de un popular Colegio, una madre preguntó al Jefe de estudios: “¿por qué nuestros educadores no hablan casi nunca de sacrificio, sudor, esfuerzo, lágrimas, castigos, disciplina, y mucho de los premios, de los derechos, de los viajes culturales de fin de curso, de sus libertades, y de los éxitos que tendrán si terminan sobresalientes en sus notas?; esta pregunta representaba un amplio pensamiento de no pocas personas que conocen la vida y la psicología, para saber que ninguna sociedad, colectiva e individualmente no consigue mucho que valga la pena si no es con abnegación, sacrificio y disciplina.

Desde el Corazón” no me es sencillo interpretar unos hechos como los acontecidos un Lunes de Abril en el Instituto Joan Fuster de Barcelona. Así sin más, en un momento, un alumno de 13 años desempacaba sus armas preparadas silenciosa y minuciosamente, para golpear, donde más duele, en el corazón de un centro educativo y causar el peor de los impactos. La muerte de un profesor; las heridas físicas y psicológicas de maestras y condiscípulos, el dolor de unos padres –los suyos mismos  y en el conjunto de la comunidad educativa del claustro… ¿por qué? ¿qué desencadena tal comportamiento? ¿qué circunstancia personal puede dar pie a pensar y llevar a efecto tan trágico destino? ¿tiene algo que ver su perfil gore en la red social de Facebook? Con tantas horas de televisión de la serie “The Walking Dead” ¿no habrá influido esa sobreexposición de fenómenos violentos a la concepción de un virus interior destructivo? ¿podría pensar M.P.C. sin nombres ni apellidos –que bien se diferencian de los corruptos adultos como R.R., es decir, Rodrigo Rato  que siendo menor, no habría ni imputación, ni arresto, ni cárcel, pues hay que proteger a los menores aunque sean asesinos, es decir sin castigo? menores: delitos menores. A Adán, por comer una fruta prohibida se le disciplinó seriamente.

Soy consciente “Desde el Corazón” de la excepcionalidad de este hecho y que por tanto, una tragedia aislada al menos debería servir para extremar la prevención, y como el pobre ministro del interior declaró: “debemos reflexionar todos sobre qué tipo de sociedad estamos construyendo, qué tipo de valores estamos inculcando a nuestros jóvenes” y pensando en tan trágico suceso, recordé la pregunta de aquella madre de la Asociación de Padres.

El admirado historiador TOYNBEE escribió que entre las diecinueve civilizaciones que se hundieron en la decadencia desde el principio de la Historia, dieciséis se corrompieron desde dentro. LINCOLN dijo una vez que no temía que América fuera vencida por extranjeros, pero que podía derrumbarse por dentro. LENIN opinaba que América se desplomaría a fuerza de gastar; y hoy nos damos cuenta que la sociedad en este tiempo es cruda, supersticiosa, podrida o roída como por el cáncer… las creencias auténticas parecen habernos abandonado… la enseñanza proverbial de: “enseña al niño en el camino que debe andar… y cuando sea viejo no se apartará de él…” como esta otra perla de las muchas que hay: “el que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección tiene entendimiento”.

En nuestras grandes ciudades pululan tramposos, pícaros, falsos maestros, sean respetables o no… en la vida elegante prospera la frivolidad, los amores tibios, las infidelidades débiles, los pequeños objetivos, o la falta de objetivos que no sean los del placer, la vida sin sacrificios y el deseo rey de matar el tiempo. Es como si estuviésemos dotados de un body 10 que no tiene alma, o tiene muy poca. La falta de respeto a la autoridad –consecuencia de la estúpida aserción de que todo individuo puede ser juez de lo justo y lo injusto, y que en el fondo no hay correspondientes castigos- se ha tornado ahora en una epidemia de ilegalidad.

Algún día todos aprenderemos y reconoceremos ciertos hechos básicos acerca de los menores y también de la juventud: 1) que la juventud tiene intelecto y voluntad. El intelecto es la fuente del conocimiento; la voluntad el manantial de sus decisiones. Si sus elecciones son erróneas, el muchacho obrará mal por mucho que sepa. 2) La educación mediante la comunicación del conocimiento no hace bueno a un muchacho, y hasta es concebible que haga demonios instruidos en vez de diablos imbéciles. 3) La educación acierta cuando acostumbra la mente a ver los objetivos acertados y disciplina la voluntad para que los elija con preferencia a los equivocados.

Y “Desde el Corazón” asumo que la mayor responsabilidad recae en los maestros y padres cristianos, cuyo mensaje debe responder a lo que la mujer citada deseaba de los educadores. Urge el clarín que anuncie la hora de restringir las malas influencias y poner en pie de lucha la disciplina, la responsabilidad de los propios actos, el amor a los hombres y en especial a Dios.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Desde el corazón - Crimen sin castigo