(E)lecciones de Andalucía

Que este suelo se convierte en adelantado de lo que se cierne sobre España en cuanto nueva situación política, esto es lo único en lo que parece que existe acuerdo.

29 DE MARZO DE 2015 · 14:20

Votando en las elecciones.,
Votando en las elecciones.

De nuevo Andalucía como pizarra donde la Historia cursa lección. Escribo esto justo al día siguiente de las elecciones al Parlamento. Y dejo una semana al bueno de Lutero, que luego lo encontraremos en su experiencia con el Dios Libre. Puede ser un buen diálogo, y que nos coloca en perspectiva para el próximo centenario de su clavado de tesis. Y nos servirá para seguir pensando en la libertad de Dios.

Que este suelo se convierte en adelantado de lo que se cierne sobre España en cuanto nueva situación política, esto es lo único en lo que parece que existe acuerdo. Y el acuerdo práctico de las elecciones es que el desacuerdo es bastante evidente. No pasa nada, pero eso impondrá una nueva, o renovada, modalidad de actuación de los políticos.

Impresión de alguien que está por aquí; de la noche electoral y del lunes siguiente. En nuestra pequeña iglesia, somos solo unos cuantos, ni hace falta libro de miembros, algunos votaron Podemos, otros Ciudadanos, otros Socialistas, otros en blanco; y somos muy pocos. Con todo, el Partido Socialista puede conservar el gobierno, y van treinta y pico de años, seguidos. El discurso sobre Andalucía es toda una lección: el de una periodista en medio muy de derechas puede servir de ejemplo: los andaluces, ya sabemos, votan pita… pita… pita… [es el onomatopeya con el que se dice a las gallinas que comen el pienso de sus dueños]. Pues muy bien. Aquí gana el partido que da de comer a las gallinas; también llaman a eso el voto cautivo. Muy bien, pues qué se puede esperar de un pueblo como el andaluz (puede valer algo el ejemplo también para los extremeños –yo estoy perdido, porque nací en la linde de las dos comunidades--). Extraña que los de la derecha no caigan en que echando pienso a los cautivos tendrían plaza permanente en este suelo. Sigan.

Los de Izquierda Unida, “Hundida” dicen en Extremadura desde que por su apoyo gobierna la derecha allí. Derecha allí que hizo flaco favor a la de aquí con video burlesco burlándose de la condición de andaluz. Por aquí se dice que no hay más malage que un malage que se cree chistoso. Sigan, y siguen. Son de los que dijeron sacando pecho que cómo iban a consentir que gobernara en Andalucía un partido que lo preside un tal Albert, y que tiene su sede en Cataluña. Lo dijo el delegado del Gobierno de la nación. Siguen. Dejaron solo al candidato en la noche del fracaso; miserables.

Podemos no pudo, y puede que podamos conocer un poco mejor para poder valorar en equilibrio. Buena gente arrimada, o al menos, con buenas intenciones, indignados; pero mala fuente: marxismo. Su discurso se torna en herramienta para poder obtener el poder, piensan que pueden. Podemos asumir que se les ha unido mucho desencanto, y buenas intenciones. Pero ya podemos ver algo más. Andalucía es pizarra de lección en estas elecciones. Sacaron un buen resultado, 15 diputados, pero pudieron ser más si pudieran crear la Historia (eso lo pretende el marxismo). Su cabeza de lista afirmó, con cara de que no pudieron, que con ellos había entrado en el Parlamento la ciudadanía, la gente. Vaya. ¿Qué será lo que entra con los votos del Partido Popular, o el Socialista, o Izquierda Unida, o Ciudadanos? Mal asunto. Podemos ver la fuente; y es mal asunto cuando podemos ser ciudadanía o gente solo si nos representan ellos. Su segundo nacional dijo que ellos devolverían la soberanía al pueblo. Vaya. De dónde la habrán sacado, ¿cómo llegó a sus manos? Podemos ver la fuente debajo del discurso. Pero somos soberanos para votar, incluso podemos hacerlo a ellos.

Ciudadanos es un partido que sacó 9 diputados. Sin hacer casi ni un mitin. De estudio. Esto no es solo de pizarra andaluza, es para verlo. Sin conocer a nadie, o muy poco, la ciudadanía, la gente, les votó bastante. Su cabeza, Juan Marín, tiene un partido en la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, y formó alianza con el Socialista para gobernar.

Y ya que estamos en Sanlúcar, donde se encuentra al palacio y archivo de la Casa de Medina Sidonia, vamos a hablar de lo nuestro, de la lección de Andalucía en la Historia, en este caso a final del XV y principios del XVI. La Andalucía de la Reforma. Nos han engañado. Han presentado una Historia falsificada, con medias verdades. Se dice que en 1492, con la toma de Granada, se produce la reunificación de España, basada, además, en la uniformidad religiosa. No es así.

Unificación religiosa no había. Lo que se produjo es una unidad en caminar en una dirección, basada en el profetismo apocalíptico que reclamaba la aceleración del tiempo, del tiempo final, con la victoria sobre el Anticristo. Eso implica conquistar Granada, para seguir hacia Jerusalén. De eso se trata. Aquí no hay sociedad unida, sino un buscar la unidad, la construcción nacional, por medio de la guerra, aunque sea “santa”. Y esa guerra no es contra lo de allá; se libra primero acá. El moro está en Jerusalén, pero la lucha está dentro, contra los que contaminan este suelo, sin lo cual no puede venir el tiempo apocalíptico. Hay que limpiar. ¿Les suena? Limpieza de sangre. Expulsión del suelo los que el suelo contaminan. La miseria de las expulsiones. Y luego la acción contra el cristianismo que no es puro, el contrario al papado, al contrario a la Inquisición. Ahí están los nuestros. Lección de la Historia. Podemos aprender.

Antes que la rebelión de las comunidades castellanas, que algunos muestran como algo propio de un cuerpo unido, una incidencia discordante sin trascendencia, propia de la existencia de una nación unida. Antes, Andalucía es pizarra. Aquí se produce una verdadera guerra civil. [Lo ha tratado José Luis Villacañas, La Monarquía Hispánica, 2008.] Existen casas de la nobleza que tienen sus propios territorios, y se enfrentan tanto al rey Fernando, como a la propia Inquisición, su brazo político. Asunto muy ocultado, pero que es lección si queremos leer la Historia.

No se trata de unidad nacional en 1492. Andalucía es un campo libre, con todo lo malo o bueno que ello implica. Ejemplo: en 1508, el rey lanzó sus tropas contra Sevilla, y queda el recuerdo especial de esas incursiones en la ciudad de Niebla, arrasada (centro de los Medina Sidonia). Se realizaron algunas intervenciones de recuerdo en 2008, pero nada. Seguimos ocultados, secuestrados. Ahora podemos ser gente libre.

Y ya que pongo “gente libre”, recordemos el caso de Navarra. Nada de unidad en 1492; queda todo un reino independiente, que será conquistado y anexionado a Castilla en 1512. Allí se canta “de pie, gente libre”, como lema de libertades. De libertades que nuestra reina Juana de Albret defendió, y que tantos quieren ocultar. Es tiempo de que la gente libre esté de pie. Al final vamos a poder.

En esta nuestra Andalucía se dieron libertades, conflictos, sentimientos religiosos. Los conversos, los cristianos de la Reforma, los jerónimos. Mucho que ver. La Inquisición, sus oponentes en estas nuestras ciudades, hasta que triunfó contra nuestras libertades, también sociales. No era de suyo natural de aquí, la trajo el Falsario (así llaman a Fernando en Navarra porque la robó con bulas falsas del papado, siempre el papado). Eso lo seguimos estudiando, publicando. Y seguiremos, d. v., con nuevas energías. Para ver la Reforma en España, la del XVI y antes la del XV, y la España de la Reforma. Acabaron con una y otra. Después de Trento, después de los autos de fe con los que confiesan a su padre los del santo padre, nos quedamos sin Reforma y sin la España que la hizo posible, la España de libertades. De pie, gente libre, que ahora podemos.

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