José Hutter: No quedan políticos con visión y formación

La dimisión sistemática de los valores cristianos de la vida pública y privada en Europa lo ha convertido en un árbol que parece que está bien, pero por dentro está podrido y hueco.

01 DE NOVIEMBRE DE 2014 · 22:05

Crisis: Europa en la encrucijada, de José Hutter.,crisis
Crisis: Europa en la encrucijada, de José Hutter.

Hablamos con José Hutter, misionero en España desde 1986 y Vice-Director y profesor del Seminario Europeo de Formación Teológica y Evangelización (SEFOVAN), donde imparte Teología contemporánea, Antropología, hebreo (moderno y antiguo), griego, etc. Hutter, nacido en Ulm, Alemania, es licenciado en Teología por la Facultad Teológica Universitaria de la STH en Basilea (Suiza) y trabajó durante dos años en la Sociedad Bíblica de Ginebra. Actualmente es pastor de la Iglesia Cristiana Evangélica de Las Rozas de Madrid. Ha escrito, entre otros: Dios verdadero y hombre verdadero (Mundo Bíblico, Las Palmas, 2001); Introducción a los Salmos (Mundo Bíblico, 2010) y Crisis – Europa en la Encrucijada (Mundo Bíblico, 2013).

Hoy comentamos con José Hutter sobre su último libro: Crisis - Europa en la encrucijada (Mundo Bíblico, 2013), donde aborda la crisis que azota nuestro país, metiéndose de lleno en sus causas, y atreviéndose a hablar de soluciones en las que los cristianos deben, sin lugar a dudas, implicarse y comprometerse. Después de leer el libro, se puede estar o no de acuerdo con sus postulados. Pero difícil resulta negar que es un tema que amerita un debate.

Pregunta.- ¿Está España en crisis?

Respuesta.- No cabe ninguna duda. Pero no solamente España. Es una crisis que afecta a toda Europa y el mundo occidental en términos generales. “Crisis” por definición es un proceso que puede llevar a cambios importantes.

P.- En este sentido, ¿qué le motivó a escribir este libro?

R.- Lo que me motivó fue la envergardura de esta crisis. Mucha gente no tiene ni idea de la magnitud y del peligro de la crisis actual. El libro se dirige en primer lugar a creyentes para avisarles de lo que está en juego. Pero me consta que también personas que se definen como agnósticos o no religiosos han leído mi libro y coinciden con muchas conclusiones.

P.- ¿Estamos hablando solamente de una crisis financiera y económica, o se trata de algo más profundo?

R.- Es mucho más profundo. Precisamente forma parte del engaño de nuestra casta política y de muchos “expertos” en hacernos creer que esto solamente tiene que ver con la economía y con el sistema financiero. No es cierto. Estos fenómenos solamente son la punta del témpano de hielo. La dimisión sistemática de los valores cristianos de la vida pública y privada en Europa ha convertido este viejo continente en un árbol que parece que está bien. Pero por dentro está podrido y hueco.

P.- Sin duda alguna pasamos por una crisis económica... ¿por qué es contrario al intervencionismo del Estado en la economía?

R.- Porque el Estado no es Dios. Cuanto más intenta regular la economía y el sistema financiero, más ineficaz se vuelve. Y con cada regulación añadida, el Estado se convierte en el organismo que regula cada aspecto de nuestras vidas.

P.- Usted recalca que la crisis se desencadenó en EE.UU. en septiembre del año 2008, con un problema financiero. Entonces, ¿hablamos de crisis económica o financiera...?

R.- En primer lugar hay que aclarar lo que usted implica con su pregunta: economía y finanzas no son lo mismo. Mucha gente no entiede la diferencia. La economía tiene que ver con las decisiones y acciones del ser humano. El economista austriaco Ludwig von Mises lo explicó de forma muy coherente en su libro clásico Acción humana. En este contexto económico, lógicamente el tema del medio de pago, el dinero, es importante. De esto tratan las finanzas. Hace falta dinero para poder llevar a cabo ciertas aspiraciones y metas en mi vida. Bien. Entonces esto nos lleva a la pregunta: ¿Qué es el dinero? Y aquí tenemos un gran problema: Lehman Brothers se fue a pique en el 2008 porque los productos financieros que compraba y vendía eran ficticios. Mediante el sistema bancario que tenemos hoy en día, se crea dinero de la nada, digitalmente. Ya no hace falta usar la imprenta. En resumidas cuentas: el intervencionismo estatal en lo económico (impuestos, regulaciones laborales, regulaciones de comercio, etc.) y el fraude financiero (creación de valores artificiales, endeudamiento excesivo) han llevado a una crisis que se alimenta de ambos sectores. Pero el problema subyacente es un problema político: nuestros gobiernos solamente piensan hasta las próximas elecciones. Lo único que les importa es mantenerse en el poder a toda costa. El resultado es un endeudamiento creciente de los estados para poder financiar un sistema de bienestar público, precisamente para no perder las próximas elecciones.

P.- En el caso de España, ¿están siendo eficaces las políticas aplicadas por el gobierno para atajar la crisis? Usted dice que a pesar de los recortes y demás medidas, el endeudamiento público no para de crecer...

R.- Las medidas del gobierno no van a resolver la crisis. Solo un dato: antes de la crisis, en el primer trimestre del 2008, España tenía una deuda pública del 36%. Para finales del año vamos a estar por encima del 100% del PIB. Esto significa: el Estado español debe un billón, con “b” de Barcelona, de euros. Es un millón de euros multiplicado por un millón. Es decir: cada español debe en el momento de su nacimiento 22.000 €. En otras palabras: a pesar de los recortes aplicados, el Estado necesita endeudarse cada vez más para poder mantener el Estado de Bienestar. ¿Por qué? Porque vivimos por encima de nuestras posibilidades.

P.- ¿Qué pasa a nivel de la Unión Europea? ¿Cuál su papel en la solución de esta problemática?

R.- A nivel de la Unión Europea pasa exactamente lo mismo. Pongamos el ejemplo del estado que mejor parado ha salido en la crisis: Alemania. Con todo el superávit que había en Alemania, el gobierno prácticamente no ha reducido el endeudamiento. Sigue alrededor del 75%, o en cifras absolutas: unos dos billones de euros. En el año 2008, Alemania tenía un endeudamiento público del 64%.

El BCE (Banco Central Europeo) está fomentando este endeudamiento con su política de intereses cero.

P.- ¿Quién va a pagar el endeudamiento de los países?

R.- Fácil respuesta: el contribuyente. Porque el estado en sí solo tiene el dinero que ingresa por los impuestos. El contribuyente lo pagará a través de unos impuestos cada vez más elevados, a través de la inflación -que también es un impuesto- y a través de una expropiación continua de su patrimonio. Hablando de la inflación: aunque se niegue sistemáticamente, por supuesto hay un aumento de precios y, además, de forma continua. Algunos gobiernos europeos han cambiado 40 veces, en los últimos 30 años, su forma de medir la inflación. El BCE tiene como meta una inflación del 2% anual. Esto significa que en 20 años 100.000 € ahorrados se han reducido a la mitad. ¿Le parece poco? Al final se va a aplicar la sencilla regla: las deudas siempre se pagan. Siempre. Y solamente hay un grupo que puede pagar: aquellos que son productivos y que tienen un patrimonio.

P.- ¿Se vio venir la crisis financiera? ¿Pudo haberse evitado?

R.- Sí, se vio venir. Recuerdo que en el año 2006, en el seminario donde enseño, di una clase extracurricular sobre la crisis que iba a venir. En aquel entonces mis estudiantes me miraron con ojos incrédulos cuando les dije que el euro y todo nuestro sistema financiero realmente se basaba sobre un gran fraude, y que la burbuja inmobiliaria iba a estallar en cualquier momento.

Pero no pretendo ser ni muchísimo menos un experto en estos temas. Le refiero a los economistas de la Escuela Austriaca de economía, autores como Ludwig von Mises, Murray Rothbard y, hasta cierto punto, también el premio nobel de economía Friedrich Hayek. Ludwig von Mises ya apuntó hace décadas que el sistema bancario actual y la aplicación de las teorías de Keynes, de financiar el crecimiento económico con endeudamiento estatal, iban a conducir a un desastre. Hay una voz en el desierto aquí en España, concretamente en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid. Uno de los catedráticos es el profesor y economista Jesús Huerta de Soto, que en su libro Dinero, crédito bancario y ciclos económicos presenta una perfecta explicación de la crisis económica y financiera actual. La primera edición de su libro salió en el año 1998, es decir, 10 años antes del estallido de la crisis. Con derecho se puede decir que el Dr. Huerta de Soto predijo con todo lujo de detalles y con una coherencia inusual lo que 10 años más tarde iba a pasar. ¿Podía haberse evitado la crisis? Sin lugar a dudas. Y con una receta muy sencilla: todo el mundo –también los estados– tienen que vivir dentro de sus posibilidades y no por encima. Se puede gastar solo lo que se ingresa. Punto.

P.- Aprovecho para recordarle que usted habla en su libro que la crisis financiera causante de la crisis económica está alimentada también por una crisis política... ¿A qué se refiere?

R.- No quedan políticos con una visión. Estamos en manos de burócratas de poca monta, poca visión y escasa formación. Lo único que les interesa es el poder y sus intereses personales y partidistas. La mentira se ha convertido en lo normal, no en la excepción. Pongo algunos ejemplos en el libro. Esto clama al cielo.

P.- ¿O sea que los cristianos debemos opinar y hacer política? También votamos...

R.- Los cristianos debemos involucrarnos en la política, ¿por qué no? Tenemos que hacer todo lo posible para reintroducir valores cristianos en todos los niveles de la vida, también en la política. Pero para poder hacer esto, primero tenemos que barrer en casa. Es decir: recuperar una teología bíblica de la economía, las finanzas y de la política. No se puede combatir un mal endémico con las manos vacías.

P.- En sus reflexiones, nos habla de raíces más profundas de la crisis económica que tienen que ver con una crisis de carácter ético...

R.- Sí, pero esta crisis ética nos azota en primer lugar en nuestras propias iglesias, en nuestra propia vida cristiana. No podemos hablar de una renovación de nuestra sociedad sin que primero haya un renovación profunda de nuestras iglesias evangélicas.

P.- Y si miramos la crisis desde una perspectiva bíblica, ¿de qué causas podemos hablar? ¿Habla la Biblia de estas problemáticas?

R.- La Biblia nos da respuestas muy concretas. Solo quiero dar un ejemplo: la Ley de Moisés advierte del uso de dinero fraudulento, es decir: manipulaciones con los pesos a la hora de valorar el oro y la plata. Y es precisamente lo que ocurre hoy: el BCE o la Fed en EE.UU. manipulan el valor del dinero a su gusto. El año pasado mi hijo Samuel escribió una tesis de fin de máster en una universidad madrileña con el título “Los principios bíblicos para una moneda estable”. Sacó una nota excelente por su trabajo. Ahora, si un tribunal universitario reconoce estos hechos, tal vez los creyentes deberíamos empezar a usar el inmenso potencial que nos da la Escritura para resolver los problemas que nos azotan.

P.- ¿Tiene solución esta crisis? Usted comenta acerca de un cristianismo radicalmente bíblico porque éste está en crisis también y tiene mucho que ver con otra crisis de carácter espiritual...

R.- La solución de esta crisis empieza con un avivamiento en las iglesias. Y estoy hablando de un avivamiento espiritual nutrido por un retorno a las Escrituras. Incluso en un país como España, donde los creyentes evangélicos somos una pequeña minoría, tenemos un potencial suficientemente grande para cambiar esta sociedad. Pero el cambio tiene que empezar con la casa de Dios.

 

José Hutter.

 P.- ¿También están afectados por esta crisis (espiritual) los demás países de Europa? Si es así, ¿se han dado cuenta los líderes de las iglesias europeas de que hay un problema?

R.- Espero que sí. El que no se ha dado cuenta que tenemos un problema gordo encima vive en una burbuja. Europa es un desierto espiritual. Y lo lamentable no es solo esto. Lo lamentable es que las iglesias evangélicas cada vez más nos dejamos permear por valores seculares en vez de hacerlo al revés: influenciar a la sociedad con nuestros valores bíblicos. Las iglesias evangélicas en los países tradicionalmente tocados por la reforma en muchos casos han adaptado la predicación del evangelio a su entorno. Muchos no se dan cuenta que aquí nos estamos jugando el futuro de la fe cristiana en Europa. Dentro de una generación, en casi todos los países europeos la religión más fuerte será la musulmana. Dentro de dos generaciones Europa puede tener una mayoría musulmana. ¿Alguien en alguna ocasión se ha planteado lo que esto significa? El norte de África tenía una iglesia viva y extendida, hasta que el islam la borró del mapa hasta el día de hoy. Bizancio fue un reino cristiano durante mil años, hasta que el islam lo borró del mapa hasta el día de hoy. Europa dentro de 50 años puede estar en manos del islam si no hay una profunda renovación cristiana.

P.- ¿Se habla de estos temas en los seminarios, facultades e institutos evangélicos?

R.- No lo sé. Definitivamente se habla de esto en mis clases, pero en cualquier caso me da la sensación de que no se habla de eso lo suficiente. Los teólogos nos hemos especializado en responder a preguntas que a nadie le interesan, y además en un lenguaje que nadie entiende. Deberíamos fomentar el pensamiento bíblico que no se vea restringido por una teología del arrebatamiento inmediato. En muchas iglesias, nuestra escatología nos paraliza y no nos permite pensar más de cinco años hacia delante. Si los reformadores hubieran tenido la misma cosmovisión, no me atrevo ni a imaginarme cómo se nos presentaría el mundo de hoy.

P.- ¿Y cuál sería según usted, el papel de la iglesia, de los cristianos de forma individual, como agentes de cambio en medio de todo este entramado? O solo debemos estar centrados en los asuntos celestiales...

R.- Tenemos que repensar muchas cosas. Nuestro problema es que todo lo centramos en lo que es supuestamente espiritual. Necesitamos desarrollar una teología de la economía, de las finanzas, de la política. Necesitamos una ética radicalmente bíblica que dé respuestas a las preguntas actuales. No es suficiente recalentar los productos de los humanistas y agnósticos y bautizarlos. La Biblia habla de todos los aspectos de la vida cristiana. Lo que pasa es que nosotros la hemos silenciado cuando quiere hablar de otras cosas también.

P.- Para finalizar, qué puede decirles a los lectores para que se animen a leer su libro...

R.- No soy muy bueno en promover mis propias cosas e ideas. Pero quiero decir esto: tal vez este libro pueda abrir un debate necesario sobre los fundamentos de nuestra fe y el mundo en el cual vivimos. No espero que todo el mundo esté de acuerdo conmigo. He intentado trazar algunas líneas muy generales. Lo que espero es que este libro –sin lugar a duda provocador– provoque esto: un retorno a una cosmovisión radicalmente bíblica.

Finaliza la entrevista. Gracias, José Hutter, por estar dispuesto a dialogar sobre este tema que a todos nos atañe y preocupa, como lo es el de esta crisis económica con todas sus ramificaciones. Tenemos mucho para reflexionar...

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