CTK: Aprender en comunidad

CTK puede prestar un servicio a las iglesias, pero al final la responsabilidad primordial será siempre de las iglesias locales y de sus equipos de líderes.

25 DE ABRIL DE 2014 · 22:00

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Sergio Rosell, Dionisio Byler y Antonio González, del CTK.

Hoy entrevistamos alos tres miembros de la Junta Directiva del Centro Teológico Koinonía (CTK), Dionisio Byler, Antonio González y Sergio Rosell. Dionisio Byler,Master of Divinity, Associated Mennonite Biblical Seminary, Profesor de Biblia y Griego en SEUT, responsable en diversos ministerios en lo que es hoy Comunidades Anabautistas Unidas de Burgos y Secretario de la familia denominacional Anabautistas, Menonitas y Hermanos en Cristo en España (AMyHCE), desde su fundación en 1996. Entre sus libros, editados por Publicaciones de la Biblioteca Menno: Hablar sobre Dios desde la Biblia; La Autoridad de la Palabra en la Iglesia; Identidad Cristiana; ¡Ánimo! Dios no nos olvida; No Violencia y Genocidio. Es director de una revista mensual, El Mensajero, de AMyHCE y profesor de Biblia y Griego en SEUT. Antonio González Fernández, Licenciado en Filosofía por la Universidad de Comillas (Madrid), Doctor en Filosofía por la Universidad de Comillas (Madrid) y Doctor en Teología por la Philosophish-Theologische Hochschule Sankt-Georgen (Frankfurt). Además, es Director de Estudios y Publicaciones de la Fundación Xavier Zubiri (Madrid) y Pastor de la iglesia de los Hermanos en Cristo de Hoyo de Manzanares (Madrid). Conferenciante y profesor invitado en distintas instituciones. Entre sus libros: Estructuras de la praxis. Ensayo de una filosofía primera, Editorial Trotta, Madrid, 1997; Teología de la praxis evangélica. Ensayo de una teología fundamental, Editorial Sal Terrae, Santander, 1999; Reinado de Dios e imperio. Ensayo de teología social, Editorial Sal Terrae, Santander, 2003; The Gospel of Faith and Justice, Orbis Books, New York, 2005. Traducción de J. Owens; Philosophie de la religion et théologie chez Xavier Zubiri, Editorial L'Harmattan, París, 2006, El evangelio de la paz y el reinado de Dios, Editorial Kairós, Buenos Aires. Ha publicado innumerables artículos en diversos medios. Sergio Rosell,Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, Licenciado en Sagrada Escritura (Universidad Pontificia de Comillas), Master of Divinity en Asbury Theological Seminary (Kentucky, EE.UU.), y Doctor en Nuevo Testamento (Universidad de Pretoria - Suráfrica). Libros: Christ Identity: A Social-Scientific Reading of Philippians 2.5-11” (Gottingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 2011), La nueva identidad de los cristianos. El himno a Cristo en la Carta a los filipenses (Sígueme. Salamanca, 2010), El arte de anunciar las buenas nuevas, Taller Teológico (SEUT-Fundación Federico Fliedner. Madrid, 2009). Es profesor de Estudios Bíblicos en CTK e investigador Asociado en Teología Bíblica de la Universidad de Pretoria, Sudáfrica. Pregunta.- ¿Cuál es el propósito de la enseñanza y la educación teológica? ¿Es la educación teológica parte de la misión más allá de la evangelización? Respuesta.- Para nosotros, la educación bíblica y teológica es una de las expresiones del ministerio cristiano, que tiene la finalidad de “formar a los santos para la obra de servicio, para la construcción del cuerpo de Dios” (Ef 4:12). De hecho, el anuncio del evangelio se solapa rápidamente con la enseñanza. La gran comisión nos insta a “enseñar a guardar” todo lo que Jesús nos ha dicho y enseñado (Mt 28:20), de modo que la educación teológica es uno de los instrumentos que tiene la iglesia para ayudar a que seamos discípulos (“aquellos que aprenden”) de Jesús el Cristo. Los discípulos necesitamos aprender de Jesús. Aprender lo que dijo y aprender a imitar su forma de conducirse en el mundo. Aunque la enseñanza no sea lo mismo que la evangelización, no hay nada más evangelizador que el testimonio de vidas transformadas por la imitación de Cristo, y en esta transformación la enseñanza juega un papel esencial. P.- ¿Cuál el papel de la enseñanza en la Misión? R.- Para responder a esto primero habría que definir la Misión. Si la misión que se nos ha encomendado a todos, comunitariamente, consiste en vivir en este mundo presente como presencia viva y dinámica de Dios —auténtico cuerpo de Cristo, templo del Espíritu Santo—, con todo lo que esto implica de transformación de nuestras personas y de nuestras mentes, la instrucción y formación es esencial para que juntos podamos crecer a la plenitud de la estatura de Cristo. Hay en esto, naturalmente, un componente importante de conceptos teológicos y bíblicos; pero es mucho más que eso. Es también formación práctica para que lleguemos a ejemplificar todos juntos en armonía, por el Espíritu, el modelo de sociedad solidaria, justa, compasiva e igualitaria, de perdón y de paz, que anhela Dios traer a la humanidad. P.- ¿Es la educación teológica solo para los líderes y pastores? R.- La idea básica de CTK se funda en el sacerdocio universal de todos los creyentes, de modo que anhelamos capacitar a todos los miembros de la iglesia, partiendo del nivel en que se encuentran. Tenemos entre nuestros alumnos personas de todos los niveles sociales y educativos, aprendiendo en comunidad. Por supuesto, los ministerios de liderato y atención pastoral probablemente se encuentran, junto con el de maestros/maestras, entre los más necesitados de una formación bíblica y teológica adecuada, para que los demás ministerios puedan cooperar armoniosamente en la misión de la iglesia, y sabiendo sin confusión hacia dónde van. En la medida que frecuentemente recaerán sobre ellos (líderes y pastores) mayores responsabilidades y su ministerio suele ser más visible, tanto más importante será que tengan una formación adecuada. Pero estos ministerios solos jamás podrían realizar la obra que el Señor de la Iglesia encomendó a toda la iglesia. P.- ¿Deben las instituciones y programas de educación teológica realizar una revisión misional de sus planes de estudio, estructuras y ética, de manera que sean los adecuados para coadyuvar a la iglesia a responder a los desafíos a los que se enfrenta en este siglo XXI? R.- Si hay algo que caracteriza tanto el currículo como la presentación de los materiales en CTK es que tenemos siempre en mente a la iglesia como agente de transformación, como comunidad llamada a vivir la realidad del reinado de Dios en el ahora. Una ventaja que tenemos en CTK es que comenzamos nuestra andadura en la segunda década del siglo XXI, sin el lastre institucional y pedagógico de otras épocas pasadas. Sin embargo, el CTK cuenta con un equipo de profesores con un nivel de formación intelectual difícil de encontrar en otras instituciones teológicas. En este sentido, nos aprovechamos de los modos de formación del pasado, aprendiendo de las generaciones pasadas. En cualquier caso, estamos capacitando hermanos y hermanas para que se sumen al ministerio de la iglesia en nuestra propia era. ¡De nada serviría capacitarlos para el ayer! P.- ¿Cómo se encuentran nuestras iglesias en materia de educación teológica, hoy? ¿Cómo implementarla a todos los niveles, en caso que no todos los creyentes tengan acceso a la misma? R.- Siempre que se pregunte esto a una institución educativa o a sus profesores, la respuesta de muchos será la de lamentar las carencias de las iglesias. Del mismo modo, quien tiene un ministerio de curaciones milagrosas tal vez lamentará la poca fe de muchos creyentes, o quien tiene el ministerio de repartir ayudas humanitarias quizás se queje de la falta de generosidad. Y todos insistirán en lo esencial de sus ministerios para la iglesia. En la tradición menonita o anabautista se cultivaba tradicionalmente un recelo de la mucha teología y la mucha dedicación al estudio (exceptuando el estudio bíblico), pensando en algunos de los grandes doctores de las iglesias mayoritarias, cuyas vidas sin embargo distaban mucho de seguir el ejemplo de Jesús. Nuestros pastores eran preferentemente granjeros como todos los demás miembros de la iglesia, que si descollaban era por su amor a Cristo y a la comunidad. En el último siglo, sin embargo, hemos aprendido que aunque los conocimientos no pueden suplir la falta de una vida ejemplar, tampoco están reñidos con ella. En este siglo XXI urbanizado, donde pretendemos que en cada aspecto de la vida nos atienda un especialista, es natural esperar que el nivel de preparación de todos aquellos que participan en el ministerio de la iglesia —es decir, cada uno de los miembros de la iglesia— se ocupen en adquirir la mejor formación posible para su servicio a Dios y al prójimo. Ahora bien, si lo que se pretende es «la mejor formación posible», siempre hay margen para mejorar y superarse. CTK puede prestar un servicio a las iglesias; pero al final la responsabilidad primordial será siempre de las iglesias locales y de sus equipos de líderes. CTK trata de hacer esta capacitación posible por medio de un sistema abierto, que apela tanto a las personas que buscan una mayor profundización en temas teológicos como para aquellas que nunca han tenido oportunidad de estudiar de forma seria. Nuestros encuentros mensuales dan fe de que esta experiencia no es sólo posible, sino necesaria, en una sociedad donde todos tenemos una experiencia que compartir. P.- ¿Cómo debe, entonces, hacer frente a estas necesidades? R.- Para hacer frente a estas necesidades necesitamos, ante todo, tener los mejores profesores que sea posible en cada momento. En CTK, gracias al trabajo voluntario, y al sistema de encuentros, tenemos una gran libertad para encontrar para cada asignatura el profesor más indicado. Y, al mismo tiempo, necesitamos profesores que estén involucrados en el ministerio, de manera que puedan conocer la realidad de los creyentes y de las iglesias de España, y entrar en un diálogo constructivo con los estudiantes. No pretendemos formar “expertos”, separados del pueblo creyente, sino servidores del pueblo de Dios. En ese sentido, nuestros cursos quieren combinar el conocimiento de los últimos desarrollos en las ciencias teológicas con la presentación sencilla de las cuestiones esenciales, estimulando en los estudiantes el interés por seguir investigando y aprendiendo. P.- ¿Cuáles las consecuencias de una falta de educación teológica, tanto para la iglesia como para la misión? R.- La educación bíblica y teológica, como dijimos, es una responsabilidad que compete en primer lugar a las iglesias locales. Las carencias en este aspecto del ministerio de la iglesia (el ministerio de formar a los fieles hacia la meta de parecernos todos, hijos de Dios, al Hijo unigénito) serían carencias fulminantes para la esencia y razón de ser de la iglesia. El CTK es un apoyo a este ministerio de toda iglesia local. La ventaja está en que CTK ha podido reunir a personas con una preparación académica y práctica, en una diversidad de aspectos de la vida y del ministerio y del pensamiento cristiano, muy superior a lo que normalmente se encontraría en ninguna de nuestras iglesias locales por sí sola. Por eso, si el CTK no existiera, habría que crearlo. P.- ¿Deben las iglesias relacionarse con seminarios o institutos bíblicos? ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? R.- Sí, pensamos que en general cada iglesia local debería relacionarse con algún centro como CTK, el cual le puede brindar el apoyo a su ministerio de formación de los creyentes, aportando un grupo diverso de personas con diferentes tipos de conocimiento, experiencia y ministerio. La forma ideal para aquellas iglesias que están agrupadas en asociaciones de iglesias con intereses o historia afín (es decir en “denominaciones”) deberían ocuparse de unir sus recursos humanos y dotarse de uno o más centros para estos fines. CTK está vinculado con varios grupos de iglesias, como AMyHCE y la AEI. Pero no sólo a ellos. Hay muchas otras iglesias que se han vinculado a nosotros, aunque no sea a través de una denominación o de un grupo de iglesias. Es un servicio fraternal que se presta con mucho gusto, y que nos enriquece enormemente. P.- ¿Cómo asegurar la centralidad de la Biblia en nuestra educación teológica pero sin dejar de lado otras vertientes de conocimiento y la realidad social en la que estamos insertos? R.- Tal vez no es tan difícil si se cuenta con un equipo adecuado de personas con diferentes tipos de interés, y diferentes trayectorias académicas y eclesiales. Algunos de nuestros profesores han estudiado ciencias sociales, bellas artes, música, medicina, consejería, psicología, filosofía, y otras disciplinas semejantes, además de sus estudios propiamente bíblicos o teológicos. El énfasis en la Biblia es una de las señas de identidad del protestantismo, desde siempre. No hay formación teológica evangélica que no sea profundamente bíblica. Y esto es posible, entre otros motivos, porque es falsa cualquier dicotomía entre el conocimiento bíblico y otros tipos de conocimiento humano y la realidad social. La Biblia se escribió para fines muy concretos y solamente sirve para esos fines. Para todo lo demás, el Creador ha dotado a la raza humana de una asombrosa curiosidad y capacidad para investigar y descubrir, analizar, idear y crear soluciones. El método científico es uno de los grandes tesoros de la humanidad, que hay que poner en valor con todo lo que aporta de conocimiento biológico, cosmológico, psicológico, médico, etc. Algunos de estos conocimientos, como la filosofía, la psicología, la sociología, la historia y la arqueología, pueden enriquecer sensiblemente las conclusiones a las que llegamos en el estudio bíblico. En los últimos siglos, de estos otros campos del saber humano han llegado yo diría que todas las preguntas y líneas de investigación bíblica más estimulantes. Hasta tal punto que se podría afirmar que, gracias a estos estudios, la Biblia enseña hoy día cosas radicalmente novedosas, en comparación con lo que las generaciones pasadas podían entender. P.- ¿Cómo ha sido su experiencia en cuanto a su propia formación? R.- Los miembros de la junta directiva tenemos trayectorias eclesiales e intelectuales muy distintas, lo cual muestra de nuevo la riqueza de CTK. Dionisio Byler fue formado en las iglesias evangélicas menonitas en América del Sur. Estudió música y otras disciplinas en la universidad, además de los estudios del seminario bíblico menonita de Montevideo. Después estudió en un seminario bíblico de Indiana, Estados Unidos, donde obtuvo su título. Antonio González estudió fenomenología y filosofía en España, y teología en Frankfurt. Sergio Rosell estudió Bellas Artes, y se ha aproximado al Nuevo Testamento a partir de los desarrollos recientes en las ciencias sociales, doctorándose en Pretoria, Sudáfrica. Esta diversidad continuaría si mencionamos a cada uno de los profesores. En cualquier caso, los títulos no son lo más significativo, sino la experiencia de continuar estudiando a lo largo de toda la vida, unida a la magnífica posibilidad que nos da CTK para aprender en comunidad. P.- Vosotros sois responsables de una institución evangélica dedicada a la formación bíblico-teológica, ¿qué retos y qué perspectivas se plantean? R.-Se supone que, como sucederá con muchas instituciones de formación bíblico-teológica evangélicas en España, un reto es el de sobrevivir sin desaparecer. En nuestros tres primeros años de existencia hemos tenido buenos resultados en este aspecto, dependiendo del cuidado de Dios y enfocados en las necesidades de las iglesias. Pero es verdad que las iglesias evangélicas en España son pocas, pequeñas y no excesivamente dotadas de medios económicos, lo que dificulta la inversión en este tipo de ministerios menos visibles. Pero eso es superficial. El reto que de verdad tenemos por delante es todo lo que se desprende de todas estas otras preguntas que venimos tratando. El reto de apoyar a las iglesias locales en su labor ineludible, de formar a cada uno de nuestros fieles para que todos juntos, comunitariamente, crezcamos a la estatura de la plenitud de Cristo, en servicio a Dios y al prójimo y a la sociedad donde el Señor nos ha puesto. P.- ¿Piensa que todas las instituciones académicas evangélicas priorizan también en sus planes de estudio el desarrollar en el alumnado un compromiso con la realidad que lo circunda? R.- No conocemos las realidades de todas las instituciones académicas evangélicas y sus prioridades. Podemos decir que en CTK procuramos dar a nuestros participantes una experiencia de comunidad teológica que les será útil en sus iglesias. Y a sus iglesias, en su ministerio en el mundo. Supongo que hay que imaginar que todas las demás instituciones análogas también lo intentan, cada cual a su manera, cada cual dentro de los énfasis característicos de las iglesias a las que sirven. Finaliza la entrevista. Gracias, Antonio, Dionisio y Sergio, por vuestra amabilidad aceptando colaborar con esta iniciativa que pretende acercarnos más al campo de la Educación Teológica en España, resaltando la importancia de que "todos puedan acceder a la mejor formación posible para su servicio a Dios y al prójimo".

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