Los últimos días y la destrucción del templo

Un análisis de Mateo 24. Sólo Cristo le da verdadero sentido a la historia de la humanidad

14 DE SEPTIEMBRE DE 2013 · 22:00

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Vamos a realizar un análisis del capítulo 24 del Evangelio según San Mateo, en tres artículos sucesivos. 1. “Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? (1) 4. Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores. Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. Más ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes. Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas (2). 29. E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada (3). 42. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.”(4) El capítulo 24 del evangelio escrito por Mateo ha sido motivo de extraordinarias predicaciones y enseñanzas. Por ellas muchos han recibido al Señor Jesucristo. Pero también ha dado lugar a no pocas malas interpretaciones y controversias, por las cuales muchos son engañados tal como el Maestro de Galilea predijo que ocurriría. El respetado comentarista (5) Matthew Henry comenta este capítulo en cuatro secciones, en las que interpreta los tres importantes anuncios proféticos de Jesús. En base a su bosquejo D.M. hemos de abordar nuestro tema del título en tres artículos sucesivos; el paréntesis indica los versículos que abarca cada sección: a) La destrucción del templo (1-3) Ilustración: En el año 70 d.C., el emperador Vespasiano encargó a su hijo Tito sofocar la violenta revuelta que desde hacía cuatro años sacudía Judea. Tras un duro asedio, Tito logró conquistar Jerusalén y destruyó y saqueó el Templo. Esta escultura está en el Arco de Triunfo erigido en memoria del general romano Tito, en Roma; en ella se puede ver a los saqueadores llevándose la Menorá (Candelabro) y el Arca del Pacto , entre otros elementos robados del templo. (National Geographic España) b) Los acontecimientos previos a la destrucción de Jerusalén (4-28) Ilustración:“Jerusalén bajo el fuego” Litografía de Robert Davis, del siglo XIX, que recrea la conquista de Jerusalén por las legiones romanas al mando de Tito, en el año 70 d.C. (National Geographic España). c) Las señales y desgracias del fin del mundo (29-41) Ilustración: el 11 de septiembre de 2001se cometieron simultáneamente varios atentados terroristas suicidas en varios sitios de EE.UU. por miembros de la red yihadista Al Qaeda, causando la muerte a cerca de 3.000 personas y heridas a otras 6.000, así como la destrucción del entorno del World Trade Center en Nueva York (las Torres Gemelas) y graves daños en el Pentágono, en el Estado de Virginia´ Este episodio precedería a la guerra de Afganistán y a la adopción por el Gobierno estadounidense y sus aliados de la política denominada ‘Guerra contra el terrorismo’. (www.lapatilla.com) El capítulo termina con la recomendación del Señor de estar preparados para enfrentar esas situaciones (42-51). INTRODUCCIÓN Han pasado veinte siglos desde la palabra profética del Señor, mucho de lo cual ya se cumplió, otro tanto está sucediendo mientras escribo estas líneas y todavía más ocurrirá en cumplimiento del Plan divino de Redención. Para ubicarnos en nuestro ‘aquí y ahora’ a la luz de la palabra inerrante de Dios, convendría preguntarnos: ¿Qué es lo que se cumplió de todo lo profetizado por el Señor? ¿Cuándo y de qué manera? ¿Qué es lo que se está cumpliendo en nuestros días de esas profecías? ¿Qué habrá de ocurrir de aquí en más? ¿Podemos calcular las fechas? Finalmente: ¿Cuál es para nosotros, hoy día, la más importante de todas las enseñanzas del Señor en este capítulo? Intentaremos responder a estas preguntas, a continuación. Las dos primeras preguntas nos llevan a acontecimientos de los que fueron testigos algunos de los doce apóstoles del Señor, y muchos de los primeros convertidos, tanto en Jerusalén como en el cercano Oriente, en los años de florecimiento de las primeras comunidades de fe conformadas por los seguidores del Señor Jesucristo. LA DESTRUCCIÓN DEL TEMPLO JUDÍO La majestuosidad de los edificios del templo asombraba a los discípulos; por esa razón, su maestro los llama a la realidad informándoles que ninguno de ellos quedaría en pie; que ninguna piedra sobre piedra quedaría sin ser derribada. El Señor advierte sobre lo inútil que es valorar en exceso lo terrenal; así como los hermosos cuerpos vuelven al polvo, todo magnífico edificio - obra humana al fin - termina en una montaña de escombros. La gloria mundana desaparece tan rápido como nuestra admiración por ella. Debemos, por lo tanto, cambiar nuestro enfoque. La primera profecía de Jesús, ya fue cumplida.No tenemos información sobre la inmediata reacción de los discípulos, tras la tajante respuesta del Señor. Pero, podemos suponer que en el tiempo que transcurrió hasta que se reunieron en el Monte de los Olivos, seguramente habrán cavilado sobre lo que habían escuchado de boca del maestro. Tal vez recordaran que este era el segundo templo, puesto que el primero y mucho más imponente, era el que había sido construido por Salomón (960 a.C.), sobre las instrucciones de Dios a David, su padre (6). Ese primer templo fue destruido en 586 a.C. por Nabucodonosor II (630-562 a.C.) luego de lo cual llevó a la mayoría de los habitantes del reino de Judá a vivir en Babilonia como cautivos del Imperio Caldeo (7). El nombre de Zorobabel, no les resultaría ajeno, pues había sido quien lideró el sacrificado retorno a Jerusalén de los judíos deportados a Babilonia,descrito por Esdras (8). También podemos leer que, ante un emocionado pueblo, se pusieron los cimientos del segundo templo en 535 a.C.(9) La tremenda importancia que tuvo este hecho para el pueblo hebreo, también dio lugar a recuerdos y sentimientos encontrados en su momento (10). En el segundo año del reinado de Darío (523 a.C.) se retomaron los trabajos de reconstrucción del templo hasta su finalización, bajo el estímulo y consejos de los profetas Hageo y Zacarías, hasta quedar listo para ser consagrado en la primavera de 516 a.C., más de veinte años después del regreso del cautiverio (11). Más fresco estaría en las mentes de los discípulos el hecho de que Herodes el Grande, sobre las ruinas de aquel edificio arrasado y varias veces saqueado, había decidido renovarlo y expandirlo en 19 a.C. Algunas veces llamado Templo de Herodes, los antiguos rituales de sacrificios volvieron a celebrarse en el segundo templo renovado (12). Ya en el Monte de los Olivos, en el sitio apartado del resto donde solían reunirse, los discípulos vuelven a la carga con la triple pregunta del versículo 3. Jesús no responde a la primera parte: no les da fecha de los acontecimientos; pero, les bosqueja el orden de los tiempos: respecto de los judíos hasta la destrucción de Jerusalén; y respecto de la Humanidad hasta el fin del mundo. Desde el diálogo entre Jesús y sus discípulos pasarían menos de treinta años para que esta profecía se cumpliese. En el 66 d.C., la población judía se rebeló en contra del Imperio romano, cansada de tener que quemarle incienso al César y molesta por la constante intromisión romana en sus cultos. Cuatro años después, el 70 d.C., las legiones romanas bajo las órdenes de Tito reconquistaron y luego destruyeron la mayor parte de Jerusalén y el Segundo Templo. El arco de Triunfo levantado en Roma para conmemorar la victoria de Tito en Judea contiene una obra que representa a los soldados romanos llevándose los objetos sagrados y demás tesoros del templo, cuya reproducción ilustra arriba esta primera sección. En días de gran confusión y aflicciones, como son estos que vivimos, poder confiar en alguien de palabra es una garantía de tranquilidad. Los discípulos de Cristo tuvieron en su maestro a alguien en quien podían confiar y tener paz. Necesitaban de Él porque su misión no era nada pequeña, como ya sabemos y veremos en adelante. Jesús no los defraudó, en el tiempo que vivieron tras la partida a la gloria del Señor Resucitado ocurrirían todas estas cosas que hemos visto en esta sección, y muchas más que ellos recordarían; solo así crecerían en fe, su espíritu se fortalecería y su voluntad se enfocaría en cumplir con la misión única y transformadora a ellos encomendada por su amado Señor: evangelizar y hacer discípulos Suyos en todas las naciones, enseñándoles a guardar todas las cosas que de Él habían aprendido. Lo lograron, porque el Espíritu los guió a toda verdad. Él nos ayude a dar razón de nuestra esperanza a toda persona que nos inquiera acerca de nuestra fe. ¡Qué inmenso privilegio tenemos nosotros de hacerlo, contando con estos maravillosos documentos! Si el Señor lo permite, próximamente continuaremos con la segunda parte de la serie ¿Vivimos en los últimos días?: ‘Los acontecimientos previos a la destrucción de Jerusalén’, otra de las profecías de Jesucristo cumplidas. Hasta entonces, con la Paz del Señor. ------------------------------------------------------------- NOTAS 1. Mateo 24: 1-3 2. Ibíd. 4-28 3. Ibíd. 29-41 4. Ibíd. 42-51 5. Matthew Henry, Comentario de la Biblia, descargar gratis el libro en versión pdf: http://lasiglesiasdecristo.files.wordpress.com/2009/10/comentario-de-la-biblia-matthew-henry.pdf 6. 2ª Samuel 7:13; 1ª Reyes 5:3-5; 8:19; 1ª Crónicas 17:4; 22:8; 28:3; 2ª Crónicas 6:9 7. 2ª Reyes 25:8 8. Esdras, capítulo 2; nótese que es el mismo nombre que aparece en las genealogías de Jesús de Mateo 1:12,13 y Lucas 3:27 9. Esdras 3:10-12; Salmos 116:17-19 10. Zacarías 4:9,10 11. Esdras 6:15 12. Yuval Baruch, arqueólogo, junto con la Autoridad de Antigüedades de Israel, anunciaron el 25 de septiembredel 2007su descubrimiento de una cantera, la que proporcionaba al Rey Herodescon las piedras para la reconstrucción del templo. Fueron encontradas monedas, alfarería y postes de hierro, los que entregaron la fecha aproximada de 19a.C.El arqueólogo Ehud Nesher confirmó que el monarca lo trató como a un proyecto público masivo en el que –sin duda alguna- trabajaron cientos de esclavos, únicos que podían manejar las enormes dimensiones de las rocas descubiertas. De todo ello solo queda el ‘muro de los lamentos’

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