El nuevo pacto

Selecciona: Isabel Pavón.

26 DE JULIO DE 2013 · 22:00

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Vanidad. Todo en el mundo es vanidad. La ciencia, los placeres, la intelectualidad. La fama, la fortuna, aún la maldad, Vanidad de vanidades, ¡todo es vanidad!. Perdidos vamos por la vida, sin dirección, sin rumbo, como nave que navega sin señal, envueltos en la vanidad del mundo, sin pararnos un momento y meditar. Cuando por fin, cansados de vagar por el desierto de nuestra vida yerta, vacíos, solos, desconsolados, tristes, clamamos al Señor: ¡Oh, Señor, toca a mi puerta! ¡Toca, Señor, mi corazón, toca mi vida! ¡Toca, Señor, mi alma que está muerta! Su dulce mano entonces, en Su gran misericordia, se posa con amor en nuestros pechos, haciéndonos sentir toda Su paz, toda Su gloria, como a los ciento veinte de Los Hechos! Nos arrebata con amor y fuego, ardiente amor, calor que el pecho quema con gran poder, es fuego, viento, trueno. Es indecible la emoción que embarga luego gozo tan grande que nadie imaginar podría, tan grande, que embarga nuestra alma de alegría. Al impacto de su toque ¡gran milagro! Queremos postrarnos rostro en tierra, para alabar a Dios, para adorarle, pues somos, gracias a Él, ¡Los seres más felices de la tierra! Es un milagro, ¡Un gran milagro! Es un contacto divino, celestial, es comunión con Dios ¡agua de vida! Es sublime emoción y sentimiento, es algo indescriptible, pero real. Es el Espíritu de Dios, que llega a nuestras vidas con amor, que llega a morar en nuestras almas, como Jesús lo prometió. Es Jehová cumpliendo la promesa, que dio a Jesús en Nuevo pacto, de enviar su Santo Espíritu a los hombres en la Tierra, para ayudarnos a luchar contra el pecado. Es nuestro Padre Celestial, que en Su gran misericordia, nos da todo su amor, su paz, su gloria, ¡Porque nos ha escogido, sellado y perdonado! ¡Hemos sido con fuego bautizados! ¡Hemos sido con Dios reconciliados! ¡Hemos sido, por gracia y por fe, justificados! ¿Podrá el mundo comprender por fin un día, el gran misterio que en la cruz se encierra? ¿Podrá el mundo comprender por qué, por quién, cual cordero expiatorio,en el Gólgota ofrendó Jesús su vida? ¡Fue por amor!, sí ¡Fue por amor! Para lavar nuestras culpas y pecados con Su Sangre, que Jesús se inmoló, en la Cruz, en el Calvario. Cumpliendo el Padre así, la promesa que antes diera de enviar Su Santo Espíritu a los hombres en la Tierra, y hacerlo a Él, Jesús, nuestro Juez, nuestro Abogado ¡Gracias Jesús! Porque nos enseñaste, que somos hijos de Dios y muy amados. ¡Gracias Cristo!, porque nos redimiste porque por nosotros intercedes y por ti habremos de ser juzgados. ¡Gracias, Señor! Por ser nuestro redentor, nuestro Juez, nuestro Abogado! Hizo Moisés pacto con Dios en el Monte Sinaí, y le dio Dios las Tablas de su Ley. Éste, el Pacto Antiguo es. Hizo Jesús con Dios un Nuevo Pacto, en el Getsemaní Y lo selló con Su sangre en el Calvario, ¡PARA SALVARME A MÍ! ¡PARA SALVARTE A TI!

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Poe+ - El nuevo pacto