Esteban Muñoz de Morales: los niños, la iglesia del presente

No entendemos el Reino de Dios sin la cooperación con el resto de nuestros hermanos en la fe de las diferentes denominaciones evangélicas

24 DE MARZO DE 2013 · 23:00

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Hoy hablamos con Esteban Muñoz de Morales, vicepresidente de FADE (Federación de las Asambleas de Dios de España) y miembro del Comité Lausana España. FADE acaba de celebrar su 50 Aniversario, evento que congregó a más de tres mil personas y contó con la asistencia de representantes de algunas instituciones como FEREDE o la Fundación Pluralismo y Convivencia. De dicho encuentro y de otros asuntos nos hablará Muñoz de Morales en esta entrevista. Pregunta.- Hace algún tiempo, en una entrevista colectiva sobre el III Encuentro de Lausana en Ciudad del Cabo, le pregunté su parecer sobre el mismo. Ahora es miembro del Comité Lausana España, ¿esta situación le ha llevado a comprometerse aún más en la difusión de los puntos de esa hoja de ruta que de Ciudad del Cabo trajo la comitiva española? Respuesta.-Sí, no cabe duda. El gran impacto que produjo el Congreso de Ciudad del Cabo lo estamos intentando mantener fresco en la memoria los que asistimos. Sobre todo, en el Comité de Lausana en España estamos comprometidos en la difusión de cada uno de sus 34 puntos descritos en el Compromiso de Ciudad del Cabo, y ya están saliendo publicados en Protestante Digital diferentes artículos de cada uno de los puntos del manifiesto. Así mismo, pronto estará a disposición videos y estudios dirigidos tanto a adultos como a niños, para conocer y aplicar el pensamiento del movimiento de Lausana. P.- ¿Piensa que realmente hay una toma de conciencia por parte de los líderes evangélicos a nivel mundial en cuanto a aplicar un evangelio integral, incorporar nuevos focos de atención como, por ejemplo, los pueblos no alcanzados, la niñez, los jóvenes, los guetos, las ciudades? ¿Serán capaces de vivir en humildad y sencillez? ¿De orientar a sus congregaciones para que evangelicen en su lugar de trabajo? Etc., etc. R.-El soplo del Espíritu Santo es constante en la historia de la Iglesia, pero por desgracia no todos son permeables a ese fluir divino, por lo que Dios usa a personas o acontecimientos para promover la renovación en la iglesia y enfocarla en el propósito para el que ha sido constituida. Muchos cristianos están descontentos con un estilo de cristianismo religioso, que no tiene propósito ni significado social. Cuando la iglesia pierde la perspectiva, surgen desenfoques en las doctrinas, abusos en la economía y actitudes ególatras en algunos de sus líderes. Pero el soplo del Espíritu Santo es anhelado y recibido por muchos, no importa el contexto denominacional ni la etiqueta teológica. Éstos sí quieren cumplir el propósito por el que fueron llamados, proclamar un evangelio integral de “buenas noticias”, atender las necesidades sociales, proclamar un evangelio de justicia y vivir glorificando el nombre del Señor sin buscar protagonismos personales. Podemos dar gracias a Dios que en nuestro país hay muchos hombres y mujeres con estas características y que, además, tienen un genuino deseo de influenciar a las diferentes congregaciones, de las que son parte, a vivir y proclamar un Evangelio integral. P.- Usted es Pastor, y eso me lleva a preguntarle cómo debe ser el buen pastor al estilo de Jesucristo. ¿Piensa que éste es el estilo que siguen sus homólogos en esta época? R.-Es cierto lo que dice el dicho español que “cada maestrillo tiene su librillo”, pero lo que nos dice Jesús en el Libro con mayúscula, que es la Biblia, es que el buen pastor es el que ama a sus ovejas, el que no se enfoca en sí mismo, el que tiene claro a dónde ir y cuenta con las habilidades necesarias para influenciar y motivar a las ovejas para llegar a ese lugar. Pienso que el pastor debe “oler” a oveja y no sólo a oficina, biblioteca o sala de reuniones de comités. Pero también el pastor debe entender el contexto donde vive para poder aplicar con fidelidad el mensaje de la Palabra, sin falsearla o adaptarla a sus criterios o ideología. Una de las cosas que más tristeza me produce es ver la enorme influencia que la ideología política ejerce en muchos de mis colegas, vinculándose a planteamientos mundanos que le inhabilita para la proclamación del mensaje profético. Esa tensión de estar en este mundo pero no ser del mundo debemos mantenerla a toda costa. Sin embargo, no cabe duda que esto último no es lo que más predomina. Es impresionante ver la cantidad de verdaderos siervos del Señor que le entregan su vida como buenos pastores. P.- Para los que no conozcan, ¿qué significa FADE? R.-Federación de las Asambleas de Dios de España, que se constituyó como Federación hace nueve años, pero que hunde sus raíces en las Asambleas de Dios de España, entidad que se constituyó hace medio siglo en nuestro país y 99 años a nivel mundial. P.- ¿Cuáles las raíces doctrinales de FADE? R.-La FADE tiene su origen doctrinal en el inicio del movimiento pentecostal, surgido a principios del siglo XX, con el famoso avivamiento de la calle Azusa, de Los Ángeles (California), en 1906. Posteriormente se constituyeron diferentes movimientos pentecostales, entre ellos, el de Asambleas de Dios en 1914; es decir, estamos próximos a celebrar el primer centenario. P.- Tengo entendido que una de vuestras vertientes es la Acción Social. ¿En qué consiste esta labor? R.-La proyección social siempre ha estado presente en muchas de las diferentes iglesias que componemos la FADE; por ejemplo, nuestra iglesia de Córdoba tiene abierta la Comunidad Terapéutica Peniel, para la rehabilitación de drogodependientes, desde el año 1984. Y desde el año 2005 se creó el Departamento de Acción Social (DAS), que ha contribuido al desarrollo de la visión social en las iglesias locales, al asociacionismo y la formación de voluntarios, al impulso de proyectos internacionales, especialmente con la respuesta rápida a catástrofes nacionales e internacionales, como las de Lorca o Haití. Especialmente en este tiempo de crisis, nuestras iglesias, al igual que una inmensa mayoría de congregaciones evangélicas, han sido sensibles a las necesidades creadas por el desempleo y han podido repartir toneladas de alimentos; han creado roperos y han sabido prestar un hombro de consuelo y proveer un abrazo de amor a todo aquel que lo ha necesitado, sin distinción de raza, creencia o sexo. P.- Entonces estará de acuerdo en que la misión que nos dejó Jesús es integral… O sea que se preocupaba por la totalidad del hombre. R.-No veo otra opción en las Escrituras. Tenemos que andar en las buenas obras que Dios preparó de antemano. La iglesia del primer siglo pudo crecer y tener relevancia social porque cumplió con su cometido de atender a las viudas y a los huérfanos. Jesús no rehuyó de atender a los excluidos sociales de su época, como cuando se le acercaban los enfermos de lepra. Pienso que la pobreza y la injusticia de este mundo son consecuencias del pecado, por lo que como Iglesia tenemos la misión de aplicar el mensaje de salvación y restauración en todas las áreas, incluida la acción social. P.- Acabáis de celebrar vuestro 50 Aniversario. ¿Podría hacernos un balance del mismo? He leído que incluso los niños y jóvenes tuvieron su propio encuentro. ¿Es esto normal en las iglesias evangélicas? R.-Llevábamos mucho tiempo preparando este Congreso y habíamos puesto mucha ilusión, pues 50 años es una fecha muy significativa que, además, entendíamos podría ser un punto de inflexión desde donde el Señor nos quiere llevar a otra nueva etapa. La asistencia de más de 3.000 personas avaló el trabajo de más de 200 personas involucradas en la estructura organizativa. Ha sido una labor preciosa de todos; con una actitud de servicio, sin protagonismos personales, dando la gloria al Señor. Nos sentimos muy honrados por cada uno de ellos. El lema fue “Identidad y Pasión” y lo que buscábamos era honrar a “nuestros mayores”, con el propósito de trasladar esa historia e identidad heredada a la nueva generación, para que con pasión pueda seguir avanzando en la extensión del Reino, hasta que el Señor venga. Por ello organizamos simultáneamente el Congreso Nacional de Jóvenes, al que asistieron unos mil jóvenes. Fue muy impactante ver a tantos jóvenes en la sala donde tenemos habitualmente cada año las sesiones convencionales de FADE, pero duplicando la asistencia de los ministros y delegados de iglesias. La lectura es que la siguiente generación toma el testigo, pero que además nos duplican en número. ¡Y luego algunos hablan de generación perdida! Por otra parte la asistencia de más de 200 niños nos hizo preparar un programa específico para ellos, pues no creemos que los niños sean la iglesia del mañana… lo son del presente. Muchos ministerios y pastores recibieron su llamado siendo niños y no podemos perder nunca el enfoque y la prioridad de la infancia. También nos sentimos muy honrados en el Congreso con las visitas institucionales del Subdirector General de Relaciones con las Confesiones, Ricardo García y el Director de la Fundación Pluralismo y Convivencia, José Manuel López, además del Tte. Alcalde de Gandía. También pudimos contar con la presencia de los máximos representantes de la FEREDE. P.- ¿Existe la cooperación de la FADE con iglesias de otras denominaciones? R.-No entendemos el Reino de Dios sin la cooperación con el resto de nuestros hermanos en la fe de las diferentes denominaciones evangélicas. Mantenemos líneas de comunicación y relación fluidas con ellos, tanto con los que son pentecostales y carismáticos como con los que no lo son. La presencia de FADE en FEREDE, consejos evangélicos, Comité de Lausana, y muchos de nuestros ministerios involucrados en la Alianza Evangélica, nos hace mantener puentes estrechos de hermandad y colaboración, tanto a nivel denominacional como a nivel de las mayorías de las iglesias locales que componen la FADE. P.- ¿Enviáis misioneros a otros puntos del orbe? R.-Desde 1992, en el que se inició la andadura del Departamento de Misiones de Asambleas de Dios (DEMADE), hemos podido desarrollar trabajo y/o enviar misioneros a países como Rumanía, Cuba, Marruecos, Bolivia, Perú, Burkina-Fasso, Dinamarca, Sierra Leona y Guinea Ecuatorial. En este Congreso, siguiendo con el ideario de nuestra fundación de Asambleas de Dios, pudimos reconocer tres nuevas familias a desarrollar obra misionera en Holanda, Perú y Honduras. P.- No obstante, en España se dice que los obreros son pocos y la mies mucha… Hay numerosos pueblos y ciudades de más de 5.000 habitantes donde no hay testimonio. R.-Es un reto enorme y no podemos mantener el mismo ritmo de crecimiento, de plantación de iglesias. Hay un adagio que dice que el súmmum de la locura es, haciendo siempre lo mismo, esperar resultados diferentes. La Iglesia tiene que cambiar de estrategia, pero, sobre todo, tiene que creer realmente a Dios. Esto es lo que nos ha impulsado a desarrollar el proyecto Alcance 2020, con el propósito de iniciar en esta década mil nuevos puntos de predicación que se conviertan posteriormente en iglesias locales. Para eso hay que formar bíblica y teológicamente a los ministerios que Dios llame, por lo que estamos potenciando la Facultad de Teología de las Asambleas de Dios que se encuentra en La Carlota (Córdoba). Hay más de 70 estudiantes preparándose en forma presencial y unas mil personas en los diferentes formatos de extensiones, online y proyecto Berea. P.- Entiendo que en América Latina hay un crecimiento espectacular de las Asambleas de Dios. ¿Es así? R.-Así es, en Brasil se cuenta por millones; hay un crecimiento impresionante en países como Argentina o Venezuela, pero también en otras latitudes como Nigeria en África o Corea del Sur y Singapur en Asia. Se nos dijo en este congreso que cada 45 minutos se planta una iglesia AD en el mundo. P.- ¿Cuál es la misión de la Iglesia en este siglo XXI? R.-Al igual que en el siglo primero, la misión debe ser la proclamación de la Buenas Nuevas, donde Jesucristo sea verdaderamente revelado y el poder del Espíritu Santo actúe para transformar las vidas. El contexto social cambia, la forma de comunicar el Evangelio debe evolucionar indefectiblemente, pero la necesidad de Jesús en cada persona sigue siendo la misma, por lo que la Iglesia ha de aplicar los principios bíblicos que son atemporales e in-culturales. En la medida en la que Jesús sea predicado con fidelidad a la Biblia y haya una Iglesia que realmente le crea y le obedezca, ésta tendrá sentido en medio de un mundo hostil al Evangelio. P.- ¿Piensa que los cristianos debemos pronunciarnos en el foro público en asuntos que nos atañen, tales como la familia, la educación, la pobreza, la injusticia, la corrupción? R.-Pienso que es una necesidad urgente para este mundo que la iglesia pueda proclamar el pensamiento bíblico con valentía y determinación. Por desgracia seguimos sin posibilidad de tener una plataforma mediática adecuada, salvo honrosas excepciones como Protestante Digital, pero se requiere tener elementos que sean verdaderas cajas de resonancia para la expresión de un mensaje que necesariamente ha de ser profético, que nos ayude a entender los tiempos que vivimos y qué es lo que dice Dios al respecto en Su Palabra. Creo que vivimos en un tiempo que se requiere de nosotros que seamos valientes, con cierta dosis de intrepidez. No podemos estar ajenos o en silencio ante un mundo que sufre injusticia y opresión. P.- ¿Cuál debe ser la respuesta de los evangélicos frente a la crisis? R.-En primer lugar tenemos que hacer una autoevaluación individual para ver de qué manera hemos participado de la cultura del consumismo desbocado de estas últimas décadas. Por otra, aplicar la Palabra y tener “contentamiento” con lo que recibimos de Dios, sin dar lugar a la codicia o avaricia. En la medida que perdemos la perspectiva de la eternidad que Dios ha puesto en nosotros, los cristianos nos arraigamos en esta vida con una mentalidad mundana y dejamos de marcar diferencias. Tenemos que ser referentes de un estilo diferente de vida, que con sencillez se sepa disfrutar de la pobreza o enfrentar la pobreza, pero sabiendo que nuestras vidas tienen como prioridad el ser fieles al llamado del Señor en nuestras vidas. P.- ¿Cómo conoció a Jesús? R.-Al ser criado en un hogar con fundamento religioso, tuve conciencia siempre de la presencia de Dios en mi vida. En el contexto católico en el que me movía en ese tiempo, tenía inquietud de conocer más y más del Señor y de la Biblia, por lo que, junto a un amigo, visitamos diferentes grupos para satisfacer esa necesidad. Durante tres años estuve en los grupos neocatecumenales y en la renovación carismática católica. Los primeros me enseñaron a amar la Biblia y los segundos a tener una relación personal con el Espíritu Santo. Pero la falta de solidez bíblica de estos grupos me hizo buscar a Jesús en una iglesia evangélica de Córdoba, donde me integré en el año 1983. Ahí fui consciente de mi pecaminosidad, lo que me llevó a entender la Gracia y el Amor de Jesús. Desde entonces mantengo y cuido la relación con mi amigo. Finaliza la entrevista. Gracias, Esteban, por su amabilidad y tiempo dedicado en darnos unas pinceladas sobre lo que otros hermanos están realizando en distintos puntos de nuestra geografía y en pro de la extensión del Reino de Dios.

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