Creyendo en el futuro de Dios para la generación joven

Los 26-28 de octubre se celebró en Orlando, Florida la Convención Internacional de Liderazgo Juvenil de Especialidad Juveniles. El lema para la convención fue Resistencia: No se conformen a este mundo con enfoque en Romanos 12. Más de 1500 pastores y líderes juveniles se dieron cita desde todos los países del mundo de hablar hispana. Siempre que participo en estas actividades tengo un encuentro de emociones. Por un lado, me siento viejo. Estar entre tanto joven me recuerda que yo ya no lo soy. Pero también me siento muy esperanzado. Veo a una generación nueva de jóvenes que quiere seguir a Cristo Jesús y dirigir a otros en el camino del Señor. Dios sigue llamando a obreros para su mies. Este año me tocó hablar con ellos sobre la importancia de su propia formación teológica. Por supuesto que hubo conciertos y actividades de ese tipo. Pero también hubo un énfasis fuerte en la importancia de la formación para el servicio. Cientos de jóvenes participaron en talleres donde les ayudamos a reflexionar sobre su formación espiritual y ministerial. Estar entre tanto joven me reta a reconocer que la responsabilidad de formar a una nueva generación no es una tarea cualquiera. Nos toca pasar a otros lo que nosotros lo que nosotros recibimos de los testigos que nos formaron a nosotros. Estos jóvenes estarán sirviendo en un mundo que está experimentando cambios profundos. No necesitan un “recetario” de ministerio juvenil, siendo que todo “método” pasa de moda para cuando lo podemos presentar. Lo que nos toca a nosotros es ser sus mentores, ayudándoles a tomar en serio su relación con Dios, a conocer la Palabra y a ser intérpretes de su realidad, conectando el mensaje divino con su realidad cambiante. Los jóvenes que llegaron a esta convención ministrarán en un mundo muy diferente al que conocí cuando yo tenía su edad. A veces me inquieto al pensar en el mundo que ellos tendrán que enfrentar. Pero ellos tienen la confianza de que Dios va con ellos y que El los va a utilizar. Su entusiasmo y compromiso ha sido una muestra concreta del futuro de Dios. ¡Gracias, jóvenes, por recordarme que Dios sigue levantando a mujeres y hombres que escuchan el llamado y aceptan el reto de servirle!