Grandes inconvenientes de la doctrina de Hobbes

Actualmente la sociología considera que el contrato social es una ficción que utilizan determinadas teorías políticas para justificar la obediencia al poder.

27 DE OCTUBRE DE 2012 · 22:00

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A pesar de que el mito del contrato social repitiera ciertos planteamientos religiosos propios de la teología protestante de la alianza, inspirada en el pacto de Dios con Abraham, lo cierto es que la hipótesis propuesta por Hobbes presentaba importantes diferencias con el primitivo acuerdo bíblico. Si en el Antiguo Testamento todos los que participaban de la nueva alianza, es decir los descendientes de Abraham, eran iguales delante de Dios y por tanto debían comportarse entre sí como hermanos, en la doctrina de Hobbes, por el contrario, todos los hombres tenían forzosamente que renunciar a sus derechos individuales en beneficio del monarca. La sociedad que se establecía así era necesariamente autoritaria ya que el contrato no se realizaba, de hecho, entre individuos iguales. El soberano estaba en la cima de una estructura jerárquica y exigía la sumisión absoluta del pueblo, cosa que anulaba por completo la igualdad entre todas las personas. Es lógico que tales ideas despertaran notable oposición sobre todo entre antimonárquicos y republicanos. Otra de las inconveniencias del contrato es que estaba planteado entre hombres libres. En principio esto parecía correcto. No obstante, el problema surgía cuando se explicitaba quiénes eran éstos hombres y se llegaba a la conclusión de que sólo los ciudadanos poseedores de bienes materiales podían considerarse hombres libres. Quienes no fueran amos de la tierra, ni dispusieran de posesiones, no serían tampoco amos de su destino y no habría que considerarlos como personas libres. Lo que a primera vista podía parecer un acuerdo que garantizaba la justicia social y la igualdad entre los hombres, resultaba ser un sistema que perpetuaba las injusticias y las desigualdades sociales. Actualmente la sociología considera que el contrato social es una ficción que utilizan determinadas teorías políticas para justificar la obediencia al poder. Incluso se ha sugerido que el Leviatán contiene un claro mensaje en favor del Estado omnipotente como el que impuso el nacionalsocialismo alemán de preguerra. Un mito que supone el hipotético estado inicial de naturaleza en el cual los seres humanos habrían vivido como fieras salvajes, luchando y devorándose continuamente entre sí, sin un poder coercitivo que los gobernara. Frente a tan inestable y aterradora situación de la primitiva naturaleza humana, habría surgido la imperiosa necesidad de realizar un contrato social, un acuerdo que posibilitara la creación del Estado y de la sociedad civil. Por medio de la renuncia de sus derechos naturales, los primeros ciudadanos consintieron en este acuerdo para lograr una mayor seguridad y estabilidad social. Delegaron así en una persona para que les dirigiera de forma absoluta y sin impedimentos de ninguna clase. Tal sería el mítico origen del Estado moderno y de sus soberanos. Las ideas de Hobbes obligan a realizar un ejercicio de comparación con ciertas enseñanzas fundamentales de la Escritura. Esto lo abordaremos la semana próxima, en lq que finalizamos esta serie sobre el autor del Leviatán.

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