Manipulación genética y biotecnología

Poder hurgar en algo tan íntimo como los genes responsables de la herencia con el fin de modificar su expresión.

07 DE MAYO DE 2011 · 22:00

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Fuese en plantas, animales y sobre todo, seres humanos, esa idea disparó la imaginación de numerosos investigadores contribuyendo, a la vez, a sembrar de inquietudes morales los últimos años del pasado siglo veinte. Si bien es verdad que la mayoría de los grandes descubrimientos científicos han presentado casi siempre dos caras bien distintas, una brillante repleta de esperanzas para la humanidad y otra menos luminosa que, en demasiadas ocasiones, ha servido para incrementar el sufrimiento o la destrucción del propio ser humano, también es cierto que la reciente revelación de la ingeniería genética no escapa a esta fatídica ley y se muestra asimismo ambivalente, polémica y discutible. Es muy posible que la manipulación y el intercambio de material genético solucionen en un futuro próximo múltiples dolencias hereditarias, pero esta misma tecnología está preñada de potenciales peligros que pueden hacer realidad aquel inhumano Mundo feliz que vislumbrara Aldous Huxley. Para los creyentes se impone, por tanto, la reflexión serena y la ponderación equilibrada desde la ética propia de la fe cristiana. No se trata de oponerse al avance de la ciencia o de rechazar el progreso de la medicina con argumentos trasnochados y sin relevancia bíblica.Conviene aprender en este asunto de los garrafales errores cometidos en el pasado, como por ejemplo, del acaecido cuando se descubrió la primera vacuna contra la viruela, hecho que levantó una oleada de protestas en ciertos sectores religiosos porque en el cuerpo humano, según se afirmaba, no debía inyectarse ningún producto animal. Tampoco está la solución en dar carta blanca a los científicos para que sean ellos los únicos en decidir aquello que debe o no hacerse. Los investigadores son seres humanos y están sujetos a las mismas tentaciones que cualquiera. En ocasiones, el egoísmo y la competencia pueden predominar sobre la ética y la precaución. Es evidente que el tema de la manipulación genética preocupa actualmente a las sociedades occidentales, como lo demuestra el debate sobre los alimentos modificados y las semillas transgénicas. Son muchos los países que han manifestado su malestar y preocupación por este asunto de la bioseguridad. Los grupos ecologistas, como Greenpeace y otros, han venido bloqueando simbólicamente las grúas de descarga en los puertos y realizando manifestaciones aparatosas para evitar la entrada de cereales genéticamente tratados. Se trata de un serio problema que levanta pasiones y enfrenta los intereses comerciales de la industria biotecnológica con las preocupaciones de los consumidores. ¿Es realmente una cuestión tan seria? ¿Hay que temer a la ingeniería genética? ¿Son peligrosos para la salud los alimentos transgénicos? ¿Hasta dónde puede llegar la libertad de investigación en manipulación genética? ¿Debe la bioética definir unos límites claros para cada una de las ramas de la biotecnología? ¿Qué conclusiones se pueden sacar a la luz del Evangelio? De todo ello trataremos en los siguientes artículos de esta serie sobre Manipulación genética y biotecnología.

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