Manifiesto de Alianza Evangélica Europea en defensa de los refugiados

El texto insta a los evangélicos a tener un corazón sensible a las necesidades de los miles de refugiados que están llegando a Europa.

Redacción PD

AEE · ESPAÑA · 21 DE ENERO DE 2016 · 12:50

Refugiados en Croacia reciben ayuda de una misión evangélica. / EEA,refugiados eslovenia
Refugiados en Croacia reciben ayuda de una misión evangélica. / EEA

La Alianza Evangélica Europea (EEA) ha publicado un “Manifiesto en defensa de los refugiados”, en el que expone su perspectiva en relación a la crisis migratoria que se vive en el continente de forma más intensa en los últimos meses.

La EEA, que reúne a las alianzas evangélicas nacionales del continente europeo -entre ellas la Española- presenta un Manifiesto de nueve puntos, los cuales son encabezados por tres verbos: “Quiero”, “Actúo” y “Permanezco”.

 

ABRIR LOS OJOS Y EL CORAZÓN

“No soy ingenuo, sino realista”, dice el Manifiesto en su primer punto, “no exageraré ni minimizaré ningún problema”. La Alianza propone “abrir los ojos a la realidad” para ser “sensible” ante la situación en la que muchos tienen que “huir de la violencia”, ante lo que propone actuar: “me levantaré y ayudaré allí donde y cuando vea una necesidad que pueda tratar”.

El manifiesto propone “abrir el corazón” reconociendo que todos los hombres han sido creados “a imagen y semejanza de Dios, seres únicos, todos aspirando a una vida con significado y alegría”. “Mi corazón no será controlado por el temor sino por el amor”, concluye el punto 2.

“No creo en el odio”, argumenta a continuación, “por tanto no devolveré violencia por violencia”. Escoger “la mansedumbre” en lugar del “lenguaje duro, el rechazo o incluso el odio hacia los refugiados” es el tercer planteamiento.

 

ORACIÓN, JUSTICIA Y MISERICORDIA

El manifiesto anima a orar por “aquellos que odian”, para que “puedan conocer a Jesucristo como fuente y destino de sus vidas”. “No busco maldecir sino bendecir, porque el reino de Dios no es por la fuerza o el poder, sino por el Espíritu de Dios”, agrega.

A continuación compromete a promover “la justicia” protegiendo “los derechos de mi vecino desplazado tal como se garantiza en la tradición y en la Constitución”. “No creo en la supervivencia de los más aptos”, añade.

En sexto lugar, el manifiesto propone ayudar y compartir, estando preparado para “compartir parte de mi riqueza cuando ello contribuya a la esperanza de un refugiado”.

 

BASES FIRMES EN EL EVANGELIO

El tercer bloque, “Permanezco”, expresa la convicción de ser “paciente porque muchos refugiados llevan heridas internas a causa de la violencia, las pérdidas y el miedo”. Así como “les pedimos su esfuerzo para aprender nuestros idiomas y cultura” pide darles “tiempo, tranquilidad y espacio” para poder conseguirlo.

“Soy fiel”, dice el octavo punto, al cree en “apoyar aún en tiempos difíciles. Aún cuando las diferencias culturales sean causa de incomprensiones”.

Finalmente, el manifiesto compromete a ser “testigo porque solo Jesucristo salva y cura los corazones y las mentes de las personas”.

“No quiero avergonzarme del evangelio aun cuando so consciente de que hace falta valor para proclamarlo”, concluye el manifiesto.

 

Descargable: Manifiesto en defensa de los refugiados (PDF)

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