Inmigrantes cambiados por Jesús atienden a refugiados en Italia

“Hay un sentimiento generalizado de desesperanza porque nuestro sistema administrativo es ineficiente y lento”, dice el pastor italiano Leonardo de Chirico.

Joel Forster

  · Traducido por Joana Morales

Evangelical Focus · ROMA · 17 DE FEBRERO DE 2015 · 17:30

Rescate cerca de Lampedusa.,
Rescate cerca de Lampedusa.

La inmigración en el Mediterráneo se ha convertido en un problema importante en los últimos años. “La primera vez que hicimos frente a este desafío fue en 2011, cuando llegó mucha gente a Lampedusa después de la Primavera árabe”, explica Leonardo de Chirico, un pastor evangélico de Roma.

Pero la crisis se ha agravado en las primeras semanas de 2015.

Al menos 300 personas murieron en el canal de Sicilia hace siete días, después de que dos barcos volcaran en medio de una tormenta. Sólo se pudo rescatar a nueve supervivientes, que fueron trasladados a la isla italiana de Lampedusa. La embarcación había zarpado de Libia y a bordo iban inmigrantes procedentes de Sudán, Eritrea, Costa de Marfil, Chad, Camerún y Somalia.

 

ABRIENDO LOS OJOS: LA COMPLEJIDAD DEL ESCENARIO”

¿Cómo reacciona la sociedad italiana ante estas noticias? ¿Qué están haciendo los creyentes? Leonardo de Chirico ha respondido a algunas de estas preguntas en una entrevista con Evangelical Focus.

 

Pregunta: ¿Creen los ciudadanos italianos que pueden hacer algo en relación con la continua llegada de inmigrantes por mar? ¿Cómo informan la prensa y la televisión de las constantes malas noticias acerca de gente que muere intentando llegar a Europa?

Respuesta: La impresión general que dan los medios es de una “invasión”, lo que no es cierto. Además, muchos de los refugiados después siguen su camino hacia el norte. Hay un sentimiento generalizado de desesperanza porque nuestro sistema administrativo es ineficiente y lento.

 

Leonaro de Chirico.

 La crisis económica general dificulta que las personas piensen con generosidad. La mayor parte de la atención se la lleva la tragedia de que hay gente muriendo mientras cruza el Mediterráneo, pero se debería ampliar a las diferentes guerras en África y en Oriente Próximo, a la opresión del fundamentalismo islámico de la que escapa la gente, a la terrible explotación que sufren los refugiados en los campos libios, o al sistema controlado por las mafias para llevar a la gente a cruzar el mar.

Normalmente, la atención de los medios se centra en la última parte del viaje, pero si no abrimos los ojos a la complejidad del escenario en su totalidad no podemos entenderlo.

 

P: ¿Cómo están trabajando los evangélicos para ayudar a los refugiados que desembarcaron en Italia en su momento y ahora están viviendo en diferentes ciudades italianas?

R: La primera vez que hicimos frente a este desafío fue en 2011, cuando llegó mucha gente a Lampedusa después de la Primavera árabe. Ahí empezó un ministerio que todavía está en marcha. En Sicilia, los evangélicos están ayudando a muchos refugiados en los campos de Mineo y Caltanissetta con asistencia legal, enseñanza del idioma o ayuda espiritual. En Roma se abrió un centro de día para dar la bienvenida a los refugiados que abre sus puertas semanalmente. En otras ciudades, las iglesias están involucradas en varios ministerios.

A diferencia de las agencias católicas, que cuentan con grandes subvenciones, nosotros nos autofinanciamos. Esto limita el trabajo, pero no lo detiene. Cada mes de junio, más y más iglesias celebran el domingo del refugiado, patrocinado por la Alianza Evangélica Mundial. Es una gran oportunidad de tomar conciencia e involucrarse tanto en oración como en acción.

 

P: ¿Hay iniciativas internacionales propulsadas por evangélicos?

R: El ministerio de los refugiados es un problema a nivel mundial. En Europa existe el “Refugee Highway Partnership”, una red de ministerios evangélicos de diferentes países. Cada año se realiza una mesa redonda con el propósito de que la gente se reúna para orar, tener comunión y formación. Este año la mesa redonda tuvo lugar en Málaga (España) a principios de febrero.

 

P: ¿Hay testimonios de inmigrantes que se hayan puesto en contacto con iglesias italianas y hayan conocido a Jesús?

R: Sí, tanto en Sicilia como en Roma tenemos testimonios de gente que se ha convertido procedente de Irán, Iraq, Siria y varios países africanos.

En nuestra iglesia local de Roma vimos a un joven africano que había cruzado el Sáhara, fue detenido en Libia y desembarcó en Lampedusa, y después consiguió llegar a Roma. Le conocimos en un parque, se convirtió y se bautizó, convirtiéndose en un miembro completamente involucrado en la iglesia local. Ahora va a clase y es voluntario en el centro de día, ayudando a otros refugiados en lo que necesitan. Hay muchas historias más como esta.

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