“Nos encontramos en una situación que jamás nadie se imaginó”

La carestía de productos básicos, el aumento de la violencia callejera y la ruptura social marcan un presente difícil en Venezuela. La periodista María Andreina Cerrada nos da detalles sobre cómo están actuando las iglesias evangélicas.

Daniel Hofkamp

PONTEVEDRA · 21 DE ENERO DE 2015 · 17:52

En Venezuela hay carestía de alimentos, entre ellos leche o mantequilla. / infobae,
En Venezuela hay carestía de alimentos, entre ellos leche o mantequilla. / infobae

Venezuela enfrenta una crisis social que se ha agravado desde el comienzo de este año 2015. A las dificultades políticas se unen problemas económicos internos y externos que están dañando sobre todo a las familias de la clase trabajadora.

La carestía de productos en los supermercados o en los recursos sanitarios dificulta aún más el día a día, marcado asimismo por la sensación de inseguridad creciente en uno de los países con un mayor índice de asesinatos violentos del mundo.

Acercándonos a la realidad de Venezuela, entrevistamos a la periodista María Andreina Cerrada de González, la cual nos explica cómo están viviendo esta situación y las respuestas que se están planteando desde las iglesias evangélicas.

 

Pregunta.- Primero, ¿puedes contarnos algo sobre ti?

 

María Andreina Cerrada, periodista venezolana.

 Respuesta.- Mi nombre es María Andreina Cerrada de González, soy venezolana nacida en Mérida, ahora vivo en la ciudad de Puerto Ordaz. Tengo 31 años y soy periodista egresada de la Universidad Católica Andrés Bello. Estoy casada, tenemos un hijo de 5 años, por ahora estoy dedicada principalmente a mis roles de esposa y mamá, y también soy productora y conductora de un programa radial que tiene como objetivo transmitir lo que la Palabra de Dios tiene para decir sobre todas esas realidad sociales que están a nuestro alrededor y dentro de nuestras iglesias, y también compartir el mensaje de Jesucristo de una forma que sea ‘funcionalmente’ evangelística para los ateos y escépticos (haciendo uso de la apologética cristiana).

 

P.- Nos llegan noticias a España del “desabastecimiento” en Venezuela, que provoca largas colas para poder hacer compras en supermercados y otros negocios. ¿Es algo que se está viviendo de forma generalizada en el país?

R.- En todo el país se está padeciendo el desabastecimiento, pero no en todos lados escasean los mismos productos. Me explico: hay ciudades en las que se encuentran algunos productos que en otros no, pero en todos falta algo. La capital, Caracas, es la que menos se encuentra asediada de esta situación critica de los productos alimenticios, aunque igualmente quienes viven allí comentan que siempre se debe buscar en varios comercios para encontrar lo que necesitan, tampoco es que los tengan disponibles fácilmente; y la razón del por qué allí hay menos escasez, la sencilla conclusión para todos los venezolanos es porque allí se asientan todos los edificios de la administración pública, Miraflores (lugar de reunión del poder ejecutivo: presidente y ministros), y si allí se llegara a manifestar el descontento de los ciudadanos, el Gobierno estaría muy vulnerable a tener un golpe (ser derrocados por la fuerza al Jefe de Estado) producido por civiles. Por alguna curiosa razón, siguen vigentes las palabras que cantamos en el Himno Nacional “El ejemplo que Caracas dio”, siempre esta ciudad es respetada por los gobernantes porque sus pobladores cuando se alzan ante el poder reinante, parecen realmente lograr intimidar a quienes están gobernando. Así que suponemos que el Presidente se cuida mucho y exige a los distribuidores de alimentos que de lo poco que haya, se suministren la mayor cantidad posible a la capital.

De modo que sí, están correctas las informaciones que les llega, sí hay desabastecimiento de forma generalizada, en un momento empezó solo por el producto de la leche, luego la mantequilla, y ahora, todos. Lo que para muchos países son alimentos básicos que no deben faltar a menos que sea un país de extrema pobreza, esos son los alimentos que escasean en las estanterías de nuestros supermercados, y que para nosotros los venezolanos nos parece increíble y vergonzoso que teniendo un país con grandes posibilidades de surgimiento económico, porque poseemos grandes riquezas minerales, no solo el petróleo, sino que además tenemos el hierro, la bauxita, el aluminio, el oro y hasta diamantes, pudiéramos ser tan o más opulentos que Dubái, pero nos encontramos en una situación que jamás nadie se imaginó, ni en los sueños más locos.

 

P.- También han llegado noticias sobre desabastecimiento de productos de salud. ¿Es así?

R.- Correcto, la salud del venezolano está peligrosamente comprometida, no solo que hay escasos productos farmacéuticos para el público en general, sino que incluso para los hospitales, clínicas, laboratorios, para todos los centros de atención médica, están siendo afectados por esto. Ni anestesia, antibióticos, jeringas, reactivos para los exámenes de sangre en los laboratorios, todo lo que te puedas imaginar que se necesite para la asistencia de un paciente, no se consigue fácilmente. De hecho, hace pocos días leí en el diario El Nacional sobre el fallecimiento de 13 pacientes en espera de cirugías en el hospital Clínico en Caracas. En todas las ciudades no se consigue fácilmente medicamentos tan básicos como una pastilla para el dolor de cabeza, y ahora con el auge de la Chikunguña, que se debe medicar solo con analgésicos básicos, es súper estresante para quienes lo han padecido y son muchísimos. Hay un estado de emergencia sobre esto, pero el Gobierno no lo quiere admitir.

Debo aclarar, que esta realidad que te describo no está sujeta a mi interpretación, no hay tal cosa como “mi verdad” puesto que la verdad está apegada a la realidad, y esa es una para todos, en todo lugar y para toda persona, hago la acotación porque quizás algunos simpatizantes apasionados del Gobierno puedan transmitir una especie de realidad paralela, pero ellos mismos lo padecen al igual que toda la población, solo que algunos les cuesta admitirlo porque eso les significaría derrumbar el mito de la gran “revolución social”, o en el mejor de los casos cuando lo admiten, le dan una explicación diferente.

El problema aquí no es solo de productos de alimentos y salud, es en todo: repuestos para coches, (están robando mucho las baterías porque no se consiguen y luego las venden); han cerrado empresas de textil, madera… No se consiguen casi los productos de higiene personal: champú, jabón, papel higiénico, toallas sanitarias… cuando digo todo, es todo. Se cuenta y no se cree.

 

P.- La situación política también es de inestabilidad. La prensa internacional expresa dudas sobre la fortaleza de Nicolás Maduro que podría estar enfrentando oposición interna, ¿cómo lo ven desde Venezuela?

R.- ¿Recuerdas lo que vivió el mundo después de la II Guerra Mundial con la subsiguiente Guerra Fría y el Mundo Bipolar? Pues es lo que vivimos en nuestro país desde que empezó a gobernar Chávez en el 98. Venezuela está sumamente dividida política y socialmente hablando. Esto ha repercutido incluso hasta en la división de familias. Las elecciones presidenciales han sido una demostración de ello, siempre gana la izquierda del Partido Socialista Unido de Venezuela con una diferencia mínima. Estamos casi en un 50-50, hay dos bandos de venezolanos con pensamientos diametralmente diferentes de lo que se quiere del país.

Para explicarte un poco más cómo estamos políticamente hablando, el 2014 fue el peor año que ha vivido Venezuela en todos los sentidos, y eso ha puesto al Gobierno en una posición de vulnerabilidad. Aunque ellos adjudican la causa de lo que se vive en el país a terceros, a una guerra económica por parte de empresarios con intereses en la banca opositora, otros piensan en que la responsabilidad es de quien administra y gobierna. Como sea, el gobierno del presidente Maduro no está en su mejor momento, por decir lo menos, y lo que hoy queda de apoyo a su liderazgo es por el recuerdo vivo de quien fue su antecesor quien suscitó pasiones y fanatismos, y honestamente no sé hasta qué punto ese sentimiento pueda ser sostenible cuando se lleguen a cumplir las terribles predicciones de los economistas para este 2015, pronosticada por ellos como el año en el que estamos “atrapados y sin salida” por una inflación demoledora y sin divisas (lo cual es grave porque estamos a expensas de la importación en una gran medida).

 

P.- Llama la atención los informes en cuanto a la violencia, que se está incrementando. ¿Está la escasez detrás de este repunte de robos y violencia, o consideras que hay más factores?

R.- Hay más factores. Desde mi apreciación pese a que estoy consciente de la desalentadora realidad de nuestro país en el aspecto económico, alimenticio, laboral, de salud, político, etc., la peor crisis que tenemos es la moral: Venezuela es el país con mayor índice de divorcios en Latinoamérica, con mayor índice de madres solteras (nuevamente de todo el continente), ya con estas dos nada más te puedo ilustrar que la institución familiar diseñada por Dios está casi en vías de extinción, las familias disfuncionales son la formula que ‘produce’ ciudadanos, y sus resultados son las lastimosas estadísticas de niños que empiezan a delinquir desde los 8 y 10 años, adolescentes de 13 a 15 años embarazadas que a su vez son hijas de otras jóvenes que vivieron la misma historia; y como si fuera poco, ya estando deteriorada la familia al nivel que está, en este momento hay dos proyectos para ser aprobados en la Asamblea Nacional: el matrimonio igualitario y la legalización del aborto. ¡Saca tus cuentas de cómo estamos!

Las cárceles están llenas en su mayoría con jóvenes entre 18 a 25 años. Para mí como cristiana –y para cualquier sociólogo objetivo­– reconozco que la causa principal de esta descomposición moral que se vive y que se traduce en delincuencia, es la quebrada institución familiar de nuestro país. Solo ella es la que reproduce ciudadanos enfermos e inmorales. Claro que no podría negar que el Gobierno tiene responsabilidad importante en todo esto: hay retrasos procesales, impunidad a crimines que azotan y penan a muchos, vicios en la justicia, en fin todos esos aspectos críticos que agravan la inseguridad y que están bajo la responsabilidad del Jefe de Estado, pero repito, hay un cáncer más profundo que hace metástasis en nuestro país: la familia… Atacada por los corazones de hombres y mujeres que aunque reconocen la existencia de Dios, le dan la espalda con sus hechos revelando la corrupción en sus corazones.

 

P.- Como parte de la sociedad entendemos que la iglesia evangélica también sufre este tipo de situación. ¿Qué reacciones se están dando entre los cristianos? ¿Hay algún tipo de expresión por parte de líderes evangélicos destacados?

R.- Hay tres tipos de reacciones en nuestros hermanos en Cristo: 1) La de quienes se quejan abiertamente y protestan como cualquier otro venezolano opositor, alegando que Dios no se podría ofender con ello y que al contrario consideran que es lo justo. Y entre estos, están quienes deciden ser parte de la gran lista que engrosa el éxodo a otros países en busca de una mejor situación para sus familiares. 2) La de quienes son simpatizantes del Gobierno, y mandan a los hermanos que son opositores a que se sujeten a las autoridades, y apoyan abiertamente en sus redes sociales a los gobernantes y al fallecido presidente Chávez y a su sucesor Maduro, sin quejarse de la situación o simplemente apuntando a que la causa viene de un ataque de la oposición. Y por último, 3) Los que prudentemente comentamos –aquí me incluyo yo– sobre la situación debido a que estamos en una delicada situación política que divide al país, no queriendo ser identificados como apasionados con ningún bando sino como cristianos, porque esto puede llegar a ser un muro que divide para predicar o evangelizar: si me identifico como opositora o simpatizante del oficialismo de seguro la mitad de quienes me escuchan me van rechazar solo por ello, así que para no ser tropiezo, la prudencia es la mejor opción (lo considero yo y lo consideramos así muchos). Además que decidimos permanecer en el país porque por encima de la situación que estamos padeciendo, creemos que los propósitos de Dios están por encima de eso, siempre pienso que debemos ser como misioneros… Si nuestro Padre nos quiere aquí, no debemos movernos a otro lugar, no importa cuál sea el precio que eso signifique. El que se va del país debe hacerlo bajo la guía del Espíritu Santo, después de todo se supone que el soberano es Dios, no nosotros.

En cuanto a tu pregunta sobre la posición que se está tomando ante esta situación, la mayoría de los líderes evangélicos destacados, se están reuniendo bastante en las distintas organizaciones como la Confraternidad de Pastores de la Zona, la reciente apertura de la Alianza Evangélica de Venezuela, el proyecto “El Evangelio Cambia” (de las iglesias Maranatha), etc, se están uniendo pastores y líderes de todo el país para hacer distintas actividades evangelísticas, proclamando a Cristo como la única forma en la que pueda ser el hombre transformado y por ende la nación en la que habitamos. Se han hecho cadenas de oraciones organizadas en cada ciudad, el año pasado hubo una en la que la clausura de toda esa gira fue en Caracas (transmitida por la cadena televisiva Enlace), cada pastor oro por las distintas necesidades del país, por la familia, por los medios de comunicación, por los gobernantes, por la economía, por la intervención de Dios sobre Venezuela. Hasta ahora la posición de la iglesia ha estado unificada entendiendo que todo es espiritual, y que partiendo de allí se están llegando a cada escuela, cada barrio, cada universidad, a las cárceles, a todo lugar llevando el mensaje que llama al arrepentimiento y conversión a Jesucristo.

 

P.- Si quisieras agregar algo más...

R.- Sí quisiera agregar algo más, y es la experiencia de muchos cristianos, que como yo, en medio de tantos problemas, hemos visto la mano de Dios interviniendo a nuestro favor, con el único fin de glorificar su nombre. ¿Cómo? Encontrando productos escasos, siendo ayudados en medio de la enfermedad, en medio de conflictos judiciales, en medio de la inseguridad. Y por todo esto lo alabamos, y aun si llegásemos a padecer, le seguiremos alabando porque Él es Dios y no otro fuera de Él.

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