Navidad, desde una fría celda en Irán

“Debemos crucificar nuestra voluntad y desear más que nunca que el mundo entienda el verdadero significado de la Navidad”, dice en una carta Saeed Abedini, pastor encarcelado por su fe.

Redacción PD

16 DE DICIEMBRE DE 2014 · 19:28

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Las Fiestas suelen ser momentos de alegría, pero también de dolor para aquellos que no pueden estar con sus seres queridos. Este es el caso de Saeed Abedini, pastor iraní-estadounidense encarcelado en Irán, que pasará su tercera Navidad entre rejas.

Desde su difícil situación ha enviado una carta en la que cuenta cómo afronta estos momentos de dolor, y reafirma su fe en Jesús y su convencimiento de la necesidad de entregarlo todo por el evangelio.

Abedini fue encarcelado y acusado a ocho años de cárcel, de los que ya ha cumplido más de dos años. A pesar de varios esfuerzos diplomáticos buscando su liberación, Irán mantiene firme la sentencia.

 

Ésta es la carta que envía Abedini, desde la prisión de Rajai Shahr, a través de un familiar que le pudo visitar recientemente:

Son días son muy fríos. La pequeña ventana de mi celda no tiene cristal, por lo que se me hace casi imposible dormir por el frío. El trato que recibo de mis compañeros de prisión es igualmente frío y, a veces, hostil. Algunos no me quieren porque soy un converso y un pastor. Me miran con lástima, como alguien que ha traicionado a su religión. Los guardias no pueden soportar siquiera la cruz de papel que tenía colgada, como símbolo de mi fe, que había hecho para prepararme para la celebración del nacimiento de mi Salvador. Me han amenazado y obligado a retirarla. Esta es la primera Navidad en la que estoy sin ningún contacto con mi familia; toda mi familia está fuera del país. Esto hace que la Navidad sea una etapa muy difícil, fría y dolorosa. Me parece que estoy solo, sin nadie que me acompañe.

Estas condiciones de frío y dolor me han hecho preguntarme por qué Dios escogió la etapa más dura del año para hacerse hombre y cómo vino al mundo en la condición humana más débil, como un bebé. ¿Por qué Dios escogió el lugar más difícil para nacer sufriendo frío? ¿Por qué Dios escogió nacer en un pesebre de un establo, donde hace frío, hay suciedad, es antihigiénico y hay un olor desagradable? ¿Por qué el nacimiento de Jesús se da de tal manera que no se trataba sólo de una condición físicamente dura, sino también de una situación socialmente difícil? Debió ser muy vergonzoso para María y José el hecho de que ella estaba embarazada antes de la boda en una sociedad religiosa como la suya.

Queridos hermanos y hermanas, el hecho del Evangelio es que no es sólo la historia de Jesús, sino también la clave sobre cómo hemos de vivir y servir como Jesús. Nosotros hoy, como él, deberíamos salir de nuestra zona de confort para proclamar la Palabra de vida y salvación a través de la la fe en Jesucristo y la pena del pecado que él pagó en la cruz y la proclamación de su resurrección. Debemos ser capaces de tolerar el frío, las dificultades y la vergüenza con el fin de servir a Dios. Debemos ser capaces de pasar por el dolor de este frío y oscuro mundo. Así, seremos capaces de traer el ardiente amor de Cristo al frío invierno de aquellos que están espiritualmente muertos. Puede que sea necesario para salir de la comodidad de nuestras vidas y dejar el abrazo amoroso de nuestra familia para entrar en la habitación de la vida de otros, como lo ha sido, para mí, por tercera Navidad consecutiva. Puede ser que nos llamen tontos y traidores y enfrentemos muchas dificultades, pero nuestro objetivo debe ser crucificar nuestra voluntad y deseos, aún más, hasta que el mundo escuche y sepa el verdadero significado de la Navidad.

La Navidad significa que Dios se acerca tanto que Él quiere entrar en los corazones y transformar las vidas, quitando el dolor con un gozo indescriptible.

La Navidad significa la manifestación de la radiante gloria de Dios en el nacimiento de un niño llamado Emanuel: Dios con nosotros.

La Navidad es el día en el que el calor del fuego vivificante del amor de Dios brilló en los oscuros e invernales fríos corazones ardiendo en este mundo mortal.

De la misma manera que el calor del núcleo de la Tierra derrite las piedras, el amor ardiente de Dios, Jesucristo, llega a la tierra desde el seno de la Virgen María, para fundir el duro corazón del pecado y la maldad eliminándolos de nuestra vida. De forma parecida la obra del Espíritu Santo es una lluvia de fuego de la santidad y misericordia de Dios que desciende en nuestro cuerpo, alma y espíritu y trae la Luz de Cristo a nosotros y través de nosotros alumbra, da calor a este mundo. Él está convirtiendo nuestro mundo en un mundo lleno de paz, alegría y amor que es muy distinto de la oscuridad, el frío, e invierno en el que vivimos. ¡Aleluya!

Así que esta Navidad deja que el amor de Cristo entre como lava a tu corazón y te haga arder, dispuesto a pagar para cualquier precio para llevar este amor al mundo frío que te rodea, transformándolo con el verdadero mensaje de Navidad.

 

Saeed Abedini, su esposa Naghmeh y sus dos hijos.

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