Francisco Ramírez, pastor evangélico, asesinado en Bolivia

Fundó un colegio y pastoreó una congregación en Riberalta. Cursó estudios en el IBSTE en España.

ESPAÑA · 28 DE AGOSTO DE 2013 · 22:00

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	Francisco Ramirez y Edith Meier, con sus hijos, en una foto de los a&ntilde;os 80. / M. Wickham</p>
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Francisco Ramirez y Edith Meier, con sus hijos, en una foto de los años 80. / M. Wickham

El pastor y educador Francisco Ramírez Gonzales fue víctima de un ataque mortal el pasado 1 de agosto en su domicilio, en la ciudad de Riberalta, en Bolivia, donde desarrollaba su ministerio religioso y educativo en la Unidad Educativa Maranatha, que había fundado hace más de 20 años. Según los informes oficiales, Francisco Ramírez fue atacado mientras guardaba su motocicleta por tres individuos, los cuales le asestaron varias puñaladas y huyeron. El pastor fue trasladado poco después a una clínica cercana, donde falleció a causa de la gravedad de las heridas. Se encontraba solo, dado que su esposa Edit Meier de Ramírez había viajado hacía poco a Suiza a visitar a su familia. La autoridad policial descartó la hipótesis de robo y siguen investigando cual pudo ser el móvil del crimen. Casi un mes después del suceso, aún continúan las pesquisas para averiguar quién cometió el ataque, por el que tres sospechosos permanecen detenidos. El día siguiente al asesinato, vecinos y sobre todo evangélicos de la comunidad de Riberalta se manifestaron pidiendo que se refuerce la seguridad ciudadana. Francisco Ramírez era conocido también en España, donde pasó algunos años formándose en el Instituto Bíblico y Seminario Teológico en España (IBSTE). Durante esta etapa, sirvió como diácono en la iglesia de Llucmajor (Barcelona), junto a Miguel Wickham y Máximo Aguirre. Ramírez es recordado como “un hombre admirable, de coraje, humilde y trabajador, siempre con una sonrisa”, cuenta Miguel Wickham. Poco después de terminar sus estudios “fundó el colegio de la iglesia y se dedicó años a la labor pastoral y educativa” en Riberalta, Bolivia. UN SUCESO AISLADO Ovidio Ortiz, vicepresidente de la fundación Ágape vinculada al colegio Maranatha, en la que Francisco Ramírez cumplía la función de presidente, explica a Protestante Digital que el suceso conmocionó al pueblo evangélico, que al día siguiente salió a las calles a pedir más seguridad. “Él era mi amigo y compañero”, cuenta Ortiz, que aclara que se trata de un hecho “aislado”, y para el que es difícil encontrar explicación, una vez que son varias las misiones e iglesias evangélicas que trabajan en Riberalta en un ambiente “tranquilo y con buenas relaciones con las autoridades” y una buena acogida entre la población. Con dolor comparte que de momento la esposa de Francisco, Edith, no ha podido viajar a Riberalta desde Suiza, dado que las autoridades del país europeo no aconsejan el viaje hasta que se aclare el asesinato. El colegio Maranatha, del que Francisco Ramírez era director, sigue adelante con su labor educativa. “Las autoridades se han llevado los ordenadores para completar la investigación, pero el colegio sigue abierto”, cuenta Ovidio Ortiz. Ahora sólo pide “oración” por este ministerio y por las iglesias de la zona, que han sido golpeadas con la pérdida de Ramírez, un hombre conocido, querido y respetado en la comunidad de Riberalta.

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