Rowan Williams intenta impedir la ruptura anglicana en un ambiente desfavorable

El sínodo de la Iglesia de Inglaterra dio el primer paso para adoptar una alianza que garantice la unidad de sus miembros. En una votación, ratificaron la obligada adhesión de las parroquias a la doctrina oficial, como un último intento de impedir el debate en torno a la aceptación de las uniones homosexuales que les ha llevado a la tensión actual. Una postura que será difícil de aceptar por los firmantes de la declaración de Jerusalén, casi un tercio de la comunidad anglicana mundial y en la qu

LONDRES · 28 DE NOVIEMBRE DE 2010 · 23:00

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Profundamente dividida ante la aceptación de prelados abiertamente homosexuales, la jerarquía anglicana ha dado el primer paso para adoptar una alianza que garantice la unidad de todos sus miembros. El sínodo de la Iglesia de Inglaterra inició su andadura para el próximo lustro con una votación que ratificó la obligada adhesión de las parroquias a la doctrina oficial por encima del pulso entre tradicionalistas y progresistas. «Debemos conjurar el riesgo de ruptura», advirtió su primado, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams. El proyecto de pacto, con más de 5.000 palabras plasmadas tras siete años de trabajo, comprometería a las iglesias nacionales «para actuar con diligencia, cuidado y precaución con respecto a cualquier acción que pueda provocar la controversia». Los signatarios se comprometen a «respetar la autonomía constitucional de todas las iglesias de la Comunión Anglicana», pero podrína oponerse a las innovaciones en otras iglesias. Sólo aquellos que firmen el pacto pertenecerían a la Comunión. El sínodo adoptará esa cláusula en 2012 si las diócesis la aprueban. Ese gesto, que para los sectores más abiertos de la Iglesia supone una impronta autoritaria frente a las disensiones, fue, paradójicamente, contestado por los más tradicionales. LA «SOLUCIÓN» DE IMPEDIR EL DEBATE El arzobispo Williams intenta retener a los críticos que aún se adhieren a la Iglesia de Inglaterra: «Aceptamos el desacuerdo, pero tenemos que buscar soluciones inteligentes para no acabar disolviéndonos en pedazos». Sin embargo, desde la comunidad anglicana agrupada en torno a la Declaración de Jerusalén, parece poco probable que se quiera pasar por este pacto. Los arzobispos de Kenia, Nigera, Tanzania, Uganda y África Occidental lo consideran «terriblemente defectuoso» y exhibieron su oposición al mismo. Además, invitaron a las iglesias anglicanas a adoptar una declaración alternativa de las creencias doctrinales, en caso de llegar a un punto que considerarían de no retorno. La Declaración de Jerusalén, que aboga por «la norma inmutable del matrimonio cristiano entre un hombre y una mujer como el lugar adecuado para la intimidad sexual y la base de la familia» cuenta también con el apoyo de la Iglesia Anglicana de Norteamérica, ya separada de la Iglesia Episcopal por sus evidentes diferencias en este aspecto. A pesar de las diferencias manifiestas, la moción para enviar el documento a consulta fue aprobado, todo un triunfo para Rowan Williams, que reforzaría su liderazgo en caso de que en el año 2012 este pacto fuese aprobado. Williams reconoce en su discurso que sería clave conseguir llevar adelante esta resolución ante el riesgo de una ruptura de la Iglesia Anglicana. «Nunca he oído Rowan Williams solicitar nuestro apoyo de esta forma. Si decimos que no, no estamos respaldando a nuestro Arzobispo cuando más nos necesita», explicaba Mark Russell, miembro del Sínodo. Pero este apoyo podría tornarse en una nueva decepción para el Arzobispo, cuya labor en los últimos años ha sido cada vez más cuestionada por otros obispos.

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