Un predicador evangélico secuestra un avión en México para dar un mensaje profético al presidente

José Marc Flores Pereira, ´Josmar´ es un predicador boliviano que desde hace 17 años vive en México, y era conocido por su impactante testimonio y sus canciones. La pasada semana su nombre saltó a los medios de todo el mundo tras secuestrar el avión 576 de Aeroméxico que viajaba del balneario de Cancún hacia la Ciudad de México, con 104 pasajeros y siete tripulantes.

OAXACA (MÉXICO), · 13 DE SEPTIEMBRE DE 2009 · 22:00

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´Armado´ con unos explosivos que en realidad eran latas pintadas, exigía la atención del presidente Calderón para transmitirle un ´mensaje divino´. El operativo policial consiguió detenerlo. Mientras, la comunidad evangélica del país condena el suceso. «Nunca fue mi intención hacer daño. Está de por medio mi familia, mi esposa que amo tanto. El deseo de mi corazón es que a pesar de lo que ocurra crean lo que quiero decir, no estoy loco», dijo Flores ante la presencia de su abogada María de Jesús Galindo. Josmar amenazó con hacer estallar explosivos que en realidad eran tres latas de zumo con luces. Durante el secuestro, leyó partes de la Biblia y regaló copias de sus videos con canciones a las azafatas. El diputado Hernán Villatoro se encontraba entre los pasajeros del avión, y describe la sorprendente escena: «el hombre tenía un acento boliviano, dijo que tenía un artefacto explosivo y exigía hablar con el presidente Felipe Calderón». El diputado comentó que después de unos minutos «comenzó el movimiento, nos pasaron a todos a la parte de adelante del avión y (Josmar) comenzó a decir una especie de profecías, alertó que el presidente no debía ir al Zócalo el 16 de septiembre porque iba a ocurrir un terremoto». El pasajero dijo que cuando el avión aterrizó, fue cuando comenzó a crecer la expectación entre los usuarios de la aerolínea, ya que «al paso de los minutos la gente comenzó a ponerse nerviosa, al ver el operativo que se estaba implementando afuera del avión, al ver a tantos policías con sus armas». Las fuerzas de seguridad y la tripulación del avión lograron liberar primero a mujeres y niños, y después en un operativo relámpago apresaron a Flores. SU ESPOSA: «SÓLO QUERÍA LLAMAR LA ATENCIÓN» Elisa Melgar, esposa de Flores, reconoció que Josmar buscaba alguna ocasión para hacerse notar. «Sabía que él tenía en su corazón este deseo, me decía: ´yo quisiera llamar la atención de los medios de comunicación, de alguna manera yo quisiera hablar con el presidente´ (Felipe Calderón)». De acuerdo con su esposa, Josmar estaba planeando llamar la atención de los medios de comunicación, «pero tenía que ser de una forma de que todo mundo se enterara y que iba a ser algo que iba a dar la vuelta al mundo», algo que le confesó hace unos cuatro meses. «Él me comentó, me dice: estoy viendo una estrategia y solamente espero que Dios me de la luz verde para hacer, que me de una señal, lo voy hacer», dijo Elisa Melgar, aunque reiteró que su esposo nunca le comentó que pensaba secuestrar un avión. REACCIONES EVANGÉLICAS La mayoría de las entidades evangélicas de México han mostrado su desacuerdo con el comportamiento de Josmar. La Coordinadora Estatal de Alianzas Evangélicas de Baja California reprobó el suceso, considerando que los fanatismos exacerban los ánimos y traen consecuencias dañinas a la sociedad. El coordinador estatal de las alianzas de pastores, Carlos Perea, dijo que «ningún acto de violencia, vandalismo o terrorismo se justifica, menos sobre la base de las creencias religiosas, sea cual fuere la denominación bajo la cual se participa». Puntualizó que «la Iglesia Evangélica respeta a las instituciones y le abona a la estabilidad, buscando la paz del país, por lo que reprobamos acciones aisladas de individuos que confunden la fe con creencias personales antibíblicas». En la comunidad evangélica de Chiapas, donde Josmar tenía una presencia más visible, la conmoción fue quizá mayor. Josmar Flores es muy conocido en la región como un predicador que tiene un gran poder de convicción. Muchos de los cristianos evangélicos que conocieron y convivieron con Josmar aseguran que su deseo era ir a una cárcel de alta seguridad a predicar a los delincuentes más peligrosos del país. Otra opinión tiene la Asociación Ministerial Evangélica de Veracruz (AMEV), que lamentó el impacto negativo hacia los evangélicos que pueda tener el secuestro. El coordinador regional, José Eduardo Ortiz González, aclaró «no todos somos iguales, hay lados claros y oscuros de la comunidad evangélica». Ortiz González expresó que Josmar ya está expulsado del ministerio evangélico representado en esta organización. «Fue una situación de ignorancia espiritual, desafortunadamente cayó en el fanatismo», explicó. El pastor insistió en que el problema es que hay pastores que no dan cuentas a nadie y «eso debe cambiar en las reuniones próximas». Josmar predicaba en el área de Oaxaca pero «desafortunadamente», no daba cuentas a nadie. «Yo creo en lo profético, sé que Dios habla, pero todo eso se sopesa en un consejo, en un presbiterio. Dios nunca nos va mandar hacer algo que esté rompiendo la legalidad». UN EX-DROGADICTO QUE CONOCIÓ EL EVANGELIO José Marc Flórez Pereira vivía desde hace 17 años en México. Su historia personal está marcada por el maltrato de su padre, que lo llevó a consumir drogas y alcohol y de ahí a la cárcel. Pereira, de 44 años, llegó a Oaxaca nueve meses atrás con su esposa y tres hijos, donde los fines de semana «se dedica a predicar la palabra de Dios y a dar conferencias en contra de las drogas y el alcohol», añadió Melgar, quien defendió a su esposo. Flores instaló su casa en una edificación que antes era un bar, después de recorrer el país durante varios años en un remolque, sobre todo visitando iglesias en las que contaba su testimonio y cantaba alguna de sus canciones. A los dieciséis años, Flores habría iniciado su vertiginosa carrera de las drogas cuando como chófer de un camión en Bolivia empezó a consumir cocaína, a robar y finalmente cayó en la cárcel. Su padre, quien le infringía fuertes castigos como amarrarlo y vestirlo de mujer, lo sacó de prisión y lo envió a México. «El se fue desterrado por su padre, le dijo: ´Vos no servís para nada, te voy a comprar un pasaje para que te vayas´ y lo echó», dijo por su parte María Pereira de Flores, madre de Josnar. A su llegada a la capital mexicana Josnar se fue a la plaza Garibaldi, donde se concentran los mariachis, y gastó todo su dinero en el alcohol. Allí conoció a una mujer que lo acercó a la religión «y en un tiempo Josnar decide entregar su vida a Dios», indica la página de internet en la que se pueden escuchar sus canciones religiosas. Después de que todas las agencias de seguridad intervinieran en la emergencia y de que las medidas de contingencia alcanzaran hasta al presidente Calderón, que pospuso una gira, las estaciones de radio y televisión mexicanas transmiten sin cesar extractos de las canciones de sus videos.

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