En la antigua Berlín comunista y atea, la religión regresa con fuerza

En la ex Berlín oriental (comunista) donde el ateísmo imperó durante largo tiempo, comienzan a revivir algunas iglesias cristianas atrayendo a adultos jóvenes en la búsqueda de un espíritu comunitario basado en la fe y no en las ideas políticas.

BERLÍN · 31 DE DICIEMBRE DE 2007 · 23:00

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Se está experimentando un crecimiento importante, tanto del número de fieles como de vocaciones, algo poco habitual hasta ahora en Berlín al igual que en el resto de Alemania. Una muestra es la iglesia el pastor Christian Zeiske, de la iglesia luterana de Getsemaní, llegó hace ocho años a la iglesia con un templo neogótico, construido en el siglo XIX, y que contaba con apenas 80 fieles, en su mayoría de avanzada edad. Pero el arribo de numerosos padres jóvenes, que se han instalado en este antiguo distrito obrero, hoy habitado por burgueses-bohemios, ha dado nueva vida a su comunidad. Es cierto que en parte se debe a que son muchas las parejas venidas del oeste de Alemania que reanudan sus relaciones con la religión para hacerla conocer a sus hijos. Pero, cerca de la mitad de los 200 fieles con los que cuenta su iglesia son originarios de la ex Alemania comunista, en la búsqueda de nuevas convicciones o, simplemente, de un nuevo espíritu de trascendencia en su vida. La iglesia de Getsemaní también he tenido que adaptarse, de forma que su orden y liturgia acoja y responda a las expectativas de los padres con sus pequeños hijos, lo que ha cosechado bastante éxito. Para Tim Newbrander, un estadounidense que trabaja en el seno del grupo evangélico City Church Consulting, la religión ofrece a numerosos ex alemanes orientales un nuevo sentido de pertenencia, que había perdido cuando cayó el Muro de Berlín donde muchos habían perdido ese sentimiento de pertenencia y de responsabilidad hacia el prójimo. En un estudio reciente de la Fundación Bertelsmann muestra que ya el 36% de los alemanes del este se dice religioso (frente al 78% de los alemanes del oeste), resultados que muestran el éxito que va obteniendo la fe en la anteriormente atea Alemania oriental. Por contraste, la disminución de las vocaciones pastorales o sacerdotales puede advertirse en toda Alemania occidental, a pesar de ese 78% de creyentes. Así, en la muy católica Baviera un cura atiende a cinco parroquias, y en los Estados regionales del este de Alemania occidental las iglesias protestantes se ven obligadas a fusionar sus diócesis, a falta de fieles y de pastores.

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