El «Síndrome de Jerusalén» transforma a algunos de sus visitantes

En la “Ciudad Santa” cada tanto aparecen en sus calles personas que cambian sus vestidos o dicen ser personajes de la Biblia; que son diagnosticados por los médicos de padecer el "Síndrome de Jerusalén".

JERUSALEN · 02 DE SEPTIEMBRE DE 2007 · 22:00

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De pie, junto al Muro de las Lamentaciones y vestido con una túnica morada encontramos a Michael, un estadounidense que asegura haber llegado a Israel para cumplir una misión de dos semanas. Afirma que es descendiente del rey David y que debe hacer recordar a los judíos de Israel que deben seguir los mandatos de Dios y no olvidar las palabras de los profetas, ya que sólo así­ llegará el Mesías. Al igual que Michael, son varias las personas que al llegar a Jerusalén se visten con atuendos especiales para asemejarse a los personajes bíblicos. El primero en identificar clínicamente el "Síndrome de Jerusalén" fue Yair Bar-El, ex director del hospital psiquiátrico de Kfar Shaél, en el que han sido atendidas muchas de las personas que manifiestan fuertes cambios en su conducta al llegar a la Ciudad Santa. Bar-El comenzó a investigar el fenómeno a finales de los años 70, cuando se percató de que muchos pacientes que llegaban a su centro hospitalario eran turistas que padecían una serie de características comunes y que solo se producían en la Ciudad Santa. Según el siquiatra argentino Josía Itzikson, la atmósfera que rodea a la ciudad provoca la aparición de síntomas místicos y mesiánicos a ciertas personas con predisposición. La calle peatonal Ben Yehuda, en el centro de Jerusalén, ha sido punto de predicación de personas con mensajes religiosos o que dicen tener una relación directa con la Biblia. Una mujer que camina en esta calle con una túnica blanca con letras brillantes, se identifica como la hermana del Mesías y afirma ser cristiana pero estar en contra de los cristianos. También podemos encontrar a un hombre de barba y cabellos blancos que explica a los transeúntes por qué Jesús es el verdadero Mesías, que se le puede ver discutiendo con los judíos ultra-ortodoxos que lo acusan de misionero y solo les falta acabar a golpes. Los judíos de Jabad Lubavitch (movimiento ortodoxo), que esperan al Mesías, tratan de llevar una vida recta porque creen que antes llegará para acabar con todos los males de la tierra. En la Ciudad Vieja hay una puerta que permanece cerrada hasta que el Mesías llegue. Otros judíos aún sueñan con ser enterrados en el Monte Sión para ser los primeros en resucitar, como marca la leyenda, y otros tratan de establecer el orden en Israel.

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