El Dalai Lama dice que pese al progreso material la humanidad no es feliz

"Hemos llegado al siglo XXI con un progreso material excepcional y un desarrollo científico y tecnológico innegable, pero la gente no es feliz, vive perturbada y deprimida", dijo el martes de la pasada semana en Lima el Dalai Lama, Tenzin Gyatso, en el encuentro que sostuvo en esta ciudad con líderes evangélicos, católicos, anglicanos y de las comunidades musulmana, judía y ortodoxa.

Lima · 15 DE MAYO DE 2006 · 22:00

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"La felicidad no está en las cosas materiales, la felicidad depende de la paz interior", aseguró el líder budista y premio Nobel de la Paz 1989, que sostuvo que la práctica de una espiritualidad profunda es la que permite al ser humano aliviar la aflicción y superar las adversidades de la vida. El Dalai Lama, de 71 años, vive exiliado en la India desde 1959, cuando se produjo la invasión china al Tibet, y desde entonces viaja por el mundo para predicar la paz y los valores humanos. El líder espiritual de los budistas realiza una gira que lo ha llevado por Brasil, Argentina, Chile y Perú. "Debemos ser serios en nuestra práctica religiosa y compartir amor, tolerancia, contentamiento para recibir bendiciones", afirmó, tras advertir que además las religiones deben contribuir a construir la paz en la humanidad, y lamentó que muchas veces "las religiones han servido para dividir y para enfrentar a la familia humana". LA RELIGIÓN, INSTRUMENTO Y NO FIN Sostuvo empero, que la religión no es un fin en sí mismo, sino un instrumento para la promoción de valores y la construcción de la paz.."Todas las religiones reconocen la importancia de las cualidades humanas y tienen un mensaje común de amor, compasión y disciplina", indicó. Envuelto en su tradicional túnica amarilla y roja, el Dalai Lama, recibió los saludos del obispo William Godfrey, de la Iglesia Anglicana y presidente del Comité Interconfesional; monseñor Juan José Larrañeta, secretario general de la Conferencia Episcopal; el pastor Rafael Goto, presidente del Concilio Nacional Evangélico, así como de los representantes de las comunidades judía, musulmana y ortodoxa. También asistieron y destacaron la importancia de la visita del líder tibetano y su contribución a la paz mundial, los representantes de las iglesias metodista, luterana, presbiteriana, adventista, ortodoxa y de la Sociedad Bíblica Peruana. El carismático jefe espiritual del Tibet aseguró que no debe perderse de vista la armonía entre las religiones e invitó a cada confesión a conocer las otras religiones y "descubrir los principios que las rigen, los elementos comunes, y sus diferencias, para lograr un acercamiento genuino y de respeto entre las diferentes confesiones". Propuso peregrinaciones a lugares santos que compartan distintas religiones, así como eventos religiosos como el de Asís, Italia, convocado hace unos años por el papa Juan Pablo II, que permitan el diálogo y la cooperación entre las diferentes religiones.

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