Barcelona acogió un homenaje interreligioso por las víctimas del terrorismo

El Museo Marítimo de Barcelona acogió a diferentes sensibilidades religiosas, laicos y ateos en memoria de las 15 víctimas del atentado que sufrió Barcelona y Cambrils pasado jueves. El acto, iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat de Cataluña, buscaba dar “un espacio plural de recuerdo a todas las víctimas, de países, creencias y tradiciones muy diversas”, según ha explicado la Generalitat en un comunicado.

“La diversidad cultural y religiosa existente en Cataluña son el principal elemento vertebrador de la cohesión y la paz social, el mejor antídoto del odio. Por eso homenajes inclusivos como el de hoy nos hacen creer en la sociedad abierta y acogedora, para defendernos de la intolerancia”, expresó la actriz Carme Sansa, conductora del acto.

“Cuidemos a nuestros jóvenes. Es la mejor garantía que podemos tener para dejar un mundo mejor”, que concluyó leyendo un poema de Federico García Lorca dedicado a la Rambla de Barcelona.

La ceremonia organizada conjuntamente por el Ayuntamiento de Barcelona y la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat contó con la asistencia del ministro de Justicia Rafael Catalá, así como de ​​Ada Colau, que encabezó la representación de la Corporación Municipal, y el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la presidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell.

En la organización contribuyó la Asociación UNESCO para el Diálogo interreligioso (AUDIR) y el Grupo de Trabajo Estable de Religiones (GTER). 

La actriz Carme Sansa condujo el acto, dando paso a la lectura de textos de carácter humanista, fragmentos de la Biblia, el Corán, un texto budista y de la Torá. Las lecturas fueron hechas por jóvenes de diferentes confesiones y tradiciones que participan en el proyecto Constructores de puentes de AUDIR. Los textos escogidos fueron consensuados con las diferentes comunidades y tenían como hilo conductor la paz, uno de los valores comunes de todas las convicciones.

Los jóvenes fueron los encargados, también, de hacer una ofrenda floral compuesta por 15 pomos, uno por cada víctima mortal del atentado. El ramo se llevó luego hasta el mosaico de Joan Miró de las Ramblas, el punto convertido en un memorial por la ciudadanía durante todos estos días.