Participación de Sarrias en el encuentro interreligioso por la Paz

Manuel Sarrias, vicepresidente de Ferede, comparte con los lectores de Protestante Digital su intervención en el acto del pasado 23 de marzo en Valencia.

Redacción PD

VALENCIA · 29 DE MARZO DE 2017 · 09:30

Manuel Sarrias, durante su intervención en el acto. ,manuel sarrias
Manuel Sarrias, durante su intervención en el acto.

El jueves 23 de marzo, por la tarde, en el Salón de Actos de la Facultad de Teología Católica de Valencia, con la asistencia de unas 150 personas, entre los que se encontraban varios medios de comunicación (televisión, radio y prensa que se hicieron eco de este encuentro) y políticos de distinto signo, se celebró un Acto de oración por la Paz, siendo invitado Manuel Sarrias como Vicepresidente de FEREDE.

Tras la Apertura por el Arzobispo-Cardenal Antonio Cañizares e intervenciones de representantes de los musulmanes, judíos, budistas, hinduistas, adventistas (lo hizo Jesús Calvo, Presidente de la Unión Adventista) y ortodoxos, Manuel Sarrias tomó la palabra, manifestando que era una oración por la paz y también por la libertad, la justicia y el amor.

 

Participación de Sarrias en el encuentro interreligioso por la Paz

Tras esta participación, la pareja de excelentes músicos judíos (violín y piano) interpretaron el cántico evangélico “Alma bendice al Señor”.

A continuación el Cardenal Cañizares entregó varios reconocimientos (a Manuel por su labor desarrollada en favor de la unidad de las iglesias Evangélicas de España) y concluyó dando las gracias a los asistentes y “felicitando a los hermanos evangélicos por el 500º aniversario de la Reforma Protestante”. El Acto fue coordinado por Ricardo García, actual Vicerrector general de la Universidad Católica de Valencia y anterior responsable de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia.

A continuación reproducimos la participación de Manuel Sarrias, vicepresidente de Ferede, en el encuentro:

 

ORACIÓN POR LA PAZ Y LA LIBERTAD

Amado Padre celestial te damos gracias por estar aquí juntos, con un mismo Espíritu recordando lo que dijo Jesús: Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Ayúdanos a no solamente pedir por la paz, sino a comprometernos por ella.

Te pedimos que seamos capaces de derribar barreras, construyendo puentes de entendimiento, comprensión y amor. Y que este acercamiento sea el reflejo de nuestras convicciones espirituales y no únicamente un acto de protocolo, de imagen externa o de conveniencia política. Que sea el Espíritu Santo quien nos impulse a seguir adelante con visión, generosidad y valentía.

Te pedimos perdón y nos arrepentimos por el mal testimonio que tantas veces hemos dado al mundo con el escándalo y la incoherencia que han supuesto nuestras divisiones, intolerancias e intransigencias, imponiendo nuestros criterios por la fuerza del poder. Que nunca más caigamos en esa tentación que tanto daño ha hecho.

Te damos gracias por la libertad que vivimos en nuestro país y te pedimos utilizarla con sabiduría y equilibrio. Queremos no mirar hacia atrás con tristeza o resentimiento, sino hacia delante con esperanza, reconociendo que la libertad es un don que has dado, Señor, a los hombres, creados a tu imagen y semejanza. No podemos evitar ser hijos de nuestro pasado, pero queremos ser padres de nuestro futuro, poniendo en práctica un ministerio de reconciliación, dejando intereses partidistas, mostrando unidad en la diversidad y respetando nuestra diversidad en la unidad. Para que el mundo crea.

Ayúdanos a enriquecernos mutuamente, buscando y proclamando lo que nos une. Como cristianos queremos estar unidos en torno a Jesucristo, las Sagradas Escrituras, la Gracia y la Fe, como diría hace 500 años el reformador Martin Lutero.

Que podamos tener un espíritu fuerte, una fe firme y unos corazones tiernos y sensibles a tu voz. Que las iglesias cristianas nunca sean esclavas temerosas ni señoras dominantes del Estado, sino sus conciencias, con independencia y fidelidad al Evangelio en un mensaje liberador, de vida y luz. Desechamos monopolios y discriminación hacia quienes no piensan como nosotros. Nos oponemos a quienes pretenden discriminar y aislar la fe religiosa en nombre de un erróneo concepto de libertad y progreso o a quienes pretenden legislar para todos los ciudadanos de acuerdo con sus creencias.

Nos acordamos de hombres y mujeres que hoy, en muchos países, no gozan de libertad religiosa y de conciencia y son perseguidos de diferentes maneras por sus gobiernos. Da fortaleza para que todo ser humano pueda practicar su fe y convicciones con dignidad y libertad sin riesgos ni amenazas. Que podamos expresar nuestras convicciones con entusiasmo sin proselitismo, con firmeza sin fanatismo, con claridad sin sectarismo. Como creyentes, ser una opción en libertad y respeto.

Te suplicamos, Dios nuestro, que no olvidemos que no estamos para ejercer poder, control e influencia humana, sino para ser testigos del Evangelio transformador, para servir, inspirar, orientar y amar, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, el Príncipe de Paz. En cuyo nombre elevamos a Ti nuestras plegarias.

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