Elisabet Rodríguez, primera pastora evangélica candidata a una alcaldía en España

Tras varios años de servicio público en puestos de responsabilidad local, será candidata a la alcaldía de El Vendrell, una ciudad de 40.000 habitantes.

Redacción PD

TARRAGONA · 13 DE MARZO DE 2015 · 11:49

Elisabet Rodríguez de Castro, en la presentación de su candidatura. / PP,
Elisabet Rodríguez de Castro, en la presentación de su candidatura. / PP

El Partido Popular presentó esta semana su candidatura a la alcaldía en El Vendrell (Tarragona), la cual está liderada por Elisabet Rodríguez de Castro.

Elisabet Rodríguez, vinculada al PP desde el año 2006, ha desempeñado diversos cargos en los últimos años, con especial incidencia en el ámbito social en El Vendrell, una ciudad de 40.000 ciudadanos y capital de comarca.

Además, junto a su esposo Migue Acebal, Elisabet es pastora de dos iglesias evangélicas en la ciudad, y la primera mujer pastora evangélica designada como candidata a una alcaldía en la historia de España.

En una entrevista concedida a Protestante Digital, Elisabet Rodríguez repasa su trayectoria política y explica su perspectiva sobre la importancia de la participación en la vida pública, desde la fe y las convicciones cristianas.

“Debemos normalizar nuestra presencia como cristianos, hablar de lo que somos, lo que hacemos” y estar dispuestos a “ser de influencia activa” en nuestro entorno, opina la candidata a alcaldesa, un camino que reconoce que “no es sencillo” pero que afronta con “emoción y ganas”, entendiendo la política como “un compromiso de servicio hacia las personas”.

 

Pregunta. ¿Cómo llegaste a ser candidata a la alcaldía?

Respuesta. Uno no se plantea esta oportunidad. Siento una enorme responsabilidad aunque mi trabajo en el municipio comenzó hace once años, pero desde una visión de apoyar e influenciar en lo que pudiera de la vida social del municipio.

Podría decirse que empecé la casa por el tejado, trabajando como coordinadora de una senadora y pastora en Colombia. Me apasionaba esa etapa de aprender lo que los cristianos en otros países hacían, entrando en el mundo político del ámbito latinoamericano. Así, en el Partido Popular me ofrecieron colaborar en una campaña autonómica en 2006. Iba como candidata al Parlamento, y esto me llevó a introducirme en el ámbito político catalán y español. Así empecé a simpatizar con la posibilidad de hacer algo a nivel político a nivel local.

Esto me acercó a la figura del trabajo municipal. Es a veces poco agradecido, se trabaja mucho y no siempre se ven los resultados. Pero pude conocer a mucha gente con inquietudes, lo que me ha llevado a tener inquietud por mi municipio, donde nosotros teníamos la iglesia. En el último mandato tuve ocasión de ser concejal, y he estado tres años en el Gobierno local.

 

P. Eres cristiana evangélica, pastora de una iglesia junto a tu marido. ¿Cómo encaja tu visión de compromiso político con tu fe?

R. Todo siempre tiene un principio: en las inquietudes de las personas, antes de pensar en que la vida me daría la oportunidad de trabajar en el ámbito político. Yo me enfocaba a nivel nacional. Había que experimentar lo que en otros países ha sido de bendición: que lleguen personas con visión de reino, de que nuestra influencia debe ir más allá de las paredes de la iglesia. Me daba cuenta que en España nos faltaba esto. Necesitábamos ser esa luz y sal en lugares donde no estábamos. Esta es mi forma de verlo, de encajar este compromiso con la fe. Jesús, en una época donde los religiosos estaban lejos del pueblo, vino a preparar unos hombres que pudieran ejercer ese gobierno y ser personas que influenciaran en la historia.

 

P. ¿Qué piensa la iglesia de este paso?

R. La iglesia ha vivido el proceso conmigo. Es parte de mi ministerio, y me han apoyado en lo personal. Entienden mi trabajo y mi ocupación. Pastoreamos dos iglesias, mi marido Miguel Acebal es mi mayor apoyo y motivador, pero también todo el equipo que está detrás. Como iglesia, hemos enseñado a las personas que hay que ser influencia, y para ello hay que salir de la iglesia, y decir algo. A las personas que tenemos se les debe motivar y potenciar las inquietudes que tengan. Hay personas que cuando encuentran al Señor, cambian, y pueden ser luz y sal, cambiando a otras personas.

 

Cartel de campaña. / PP

P. ¿Y el PP? ¿Cómo se ha vivido tu fe en tu proceso en el partido?

R. En el partido he conocido a muchas personas creyentes de fe católica, lo que permite hablar con ellos de Dios, algo que en otros ámbitos puede ser más difícil. En el Partido Popular me encontré que podía hablar de ello con naturalidad. Hay gente que ama a Dios.

Por otra parte, considero que es un proceso de normalización. Que se normalice la presencia de alguien en el ámbito público que no sea católico, sino protestante. Pero no sólo en el partido, sino también en la cultura española. Hay poca cultura evangélica en España. Creo que esto está cambiando, y pienso que Dios me ha dado la oportunidad de abrir la ventana para mostrar lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.

 

P. Hoy en día se tiende a generalizar, hablando de los problemas de corrupción, de abuso de poder. Como política, ¿qué piensas de esto?

R. Hay miles de personas en el ámbito político. Por ejemplo, somos 70.000 concejales en los municipios de España, y sólo en un 1% hay casos de corrupción. Hay muchas personas que trabajan sin cobrar un sueldo, sobre todo en municipios pequeños, por ideales. Cuando se dice “todos los políticos son corruptos”, no es cierto. No podemos los cristianos caer en estas generalidades, porque sabemos que las personas son corruptas. Puedes encontrar corrupción en muchos ámbitos de la vida. Lo que sucede es que esto nos da oportunidad a volver a principios buenos en la sociedad, volver a exigir como ciudadanos la transparencia, y los políticos saber que estamos a servicio de los ciudadanos.

La sociedad está cambiando, porque ahora la gente no está votando a las marcas. La gente se está volviendo consumista del voto. No hay ya una lealtad a los partidos. Está todo muy convulso y hay indignación, y las personas que se encuentran con un bombardeo diario con respecto a la corrupción. Por eso estamos en una situación tan convulsa.

Tampoco es cierto que haya partidos políticos corruptos o no corruptos. Los nuevos partidos que surgen, aún no han tenido la oportunidad del poder. No es una seguridad. Algunos partidos sin llegar al poder ya tienen casos de posible corrupción. Hay que hacer un análisis del sistema y que la sociedad obligue a que esto cambie. Ahora el político debe rendir cuentas de lo que está haciendo con el poder que el pueblo le da.

 

P. Siempre hay conflictos en las labores de responsabilidad, y más en la política. ¿Cuáles han sido los más difíciles que has vivido?

R. La política tiene su lado oscuro. El choque más duro de enfrentar es cuando quieres hacer lo correcto y es como si el sistema mismo te lo impidiera. Saber que a los ciudadanos se les puede ayudar de una forma, pero no se puede porque el dinero por ejemplo esté destinado a otra cosa. Que no se pueda paliar las verdaderas necesidades. Eso me ha costado asimilarlo.

También cuando trabajas con otros grupos políticos. Yo rompí un pacto de gobierno porque se imponían los ideales de unos pocos sobre los intereses de muchos. Las ambiciones personales deben pararse, tuve que dejarlo porque debía representar a mi votante. Esto crea una crisis.

También que puedas encontrarte con personas con ambiciones que no son correctas. La gente a veces no entiende que te muevas por principios. El ciudadano pide que se le gobierne con valores, pero también desde abajo hay falta de valores. Incluso sabes que puedes perder votantes con esta actitud. Pero aprendes a seguir adelante, y ahora que me presento de candidata, es lo que me ha respaldado, en cuanto a la transparencia, trabajo, y poder mostrarte íntegro.

 

P. ¿Y tus mayores satisfacciones?

R. Conocer a personas. La política me ha dado oportunidad de conocer a gente y que se abriera en temas personales, y me ha abierto una esfera de las personas que yo desconocía. La oportunidad de acercarte a la gente en sus problemas es una parte que no tenía desarrollada. Siento satisfacción de ello, de poder ayudar a una persona o a una entidad a la que ayudas a desarrollarse. Detrás de muchas cosas que se hace en la sociedad están entidades, plataformas, y moverme en este ámbito sin etiquetas.

Otra parte de satisfacción es la de normalizar nuestra presencia como cristianos, hablar de lo que somos, lo que hacemos. En el municipio ha sido un reto. Y es que no porque haya muchos evangélicos significa que son influencia. Por eso, debemos pensar cómo podemos los cristianos cambiar las cosas.

Estar dentro del Ayuntamiento me ha ayudado a saber cómo acercarnos mejor para servir a la sociedad. A veces las iglesias hacemos la labor social muy buena, pero no tiene resultados por hacerlo de forma independiente. Hay que buscar ser una parte activa para cubrir las necesidades, que seamos parte del municipio.

 

P. No sé si te das cuenta que es la primera vez que en España una pastora evangélica es candidata a ser alcaldesa de un municipio. ¿Eres consciente de esto?

R. Para mí es un motivo de dar gracias al Señor por esta oportunidad. Es la primera vez que una mujer pastora, evangélica y en el Partido Popular es candidata. Quiero llevar esta oportunidad con dignidad, representando a todas las pastoras y mujeres que están haciendo un gran trabajo en sus iglesias. Quiero ser ese reflejo. No quiero ser protagonista, sino el reflejo de tantas mujeres que están sirviendo al Señor y sirviendo en lo social.

Estamos empezando a ver a personas evangélicas como cabezas de lista en diferentes partidos políticos. Pido que me apoyéis en oración. Mi reto es ganar las elecciones, pero que sea la voluntad del Señor que es quien marca el camino.

Además, quiero animar a quienes tienen inquietudes políticas, siendo cristianos evangélicos, para que sean agentes de cambio en sus ciudades. Tengo un proyecto en mi corazón, pensando en los jóvenes. Debemos resetear el pensamiento de que estamos sólo para obrar de puertas hacia adentro. Quiero motivar a los jóvenes a conquistar, a través del derecho, la justicia, los medios de comunicación, la cultura... Que nos levantemos como iglesia y entendamos que podemos transformar una nación. En diez o quince años podríamos hablar de España desde otra perspectiva. Cuando los pastores motiven a su gente para conquistar estas áreas que las hemos dejado perder desde hace muchos años.

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