Uno de cada cuatro españoles llevaría los lugares de culto a las afueras

Casi un 25% consideraría adecuado alejar edificios religiosos -iglesias, mezquitas o sinagogas- del centro y situarlos en un “lugar especial para grupos religiosos”. Un porcentaje similar prohibiría las expresiones públicas de la fe en calles, plazas y parques.

MADRID · 03 DE OCTUBRE DE 2013 · 22:00

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Centro histórico de Bilbao.

Un cuarto de los españoles desearía una ordenación municipal más estricta con la situación de los lugares de culto que restringiera su presencia en los lugares céntricos, según el último informe sobre “opiniones y actitudes de los españoles ante la dimensión cotidiana de la religiosidad y su gestión pública” realizado por el Observatorio del Pluralismo Religioso (PDF). En los últimos años, algunos municipios han aprobado ordenanzas específicas relacionadas con la ubicación de los lugares de culto, restringiendo su presencia de diversas formas. Por ejemplo, en Bilbao, se propuso prohibir la instalación de lugares de culto en edificios de vivienda, lo que desplazaría a la mayoría de minorías religiosas a las afueras de la ciudad. El asunto, que resulta “indiferente” a un 15 por ciento; preocupa al resto de ciudadanos. La mayoría, casi un 60 por ciento, entiende que el lugar de culto puede establecerse “en cualquier lugar del centro o de los barrios que a los creyentes les parezca bien”. En cambio, un 24 por ciento piensan que estos edificios religiosos deben situarse “en las afueras, lejos de centro, en lugares especiales para grupos religiosos”. En cuanto al tipo de lugar de culto, se percibe un mayor rechazo a las mezquitas islámicas que a lugares de culto de otras confesiones. Un 40 por ciento preferiría que la mezquita “no abriese al lado de su casa”, aunque la mayoría (un 58 por ciento) afirma que “le daría igual”. En cuanto a las iglesias evangélicas, cuentan con aceptación mayoritaria (un 69 por ciento), mientras que un 28 por ciento tampoco la querría al lado de su hogar. La razón principal esgrimida para no querer cerca una mezquita es “evitar ruido y aglomeraciones”, opción escogida por un 30 por ciento de los entrevistados. Un alto porcentaje, 20,4 por ciento, muestran su oposición “para evitar que mi barrio se llene de musulmanes/porque no me gustan los musulmanes”. USO DE LA VÍA PÚBLICA El estudio preguntaba también si se estima adecuado el uso de calles, plazas y parques para la expresión pública de la fe. Una cuestión divide a los españoles, que se siguen mostrando mayormente a favor: un 40 por ciento cree que deben estar permitidos actos de culto en calles, plazas o parques; algo que un cercano 35 por ciento cree que debería estar prohibido. La aceptación de la presencia religiosa en el espacio público aumenta si se trata del “establecimiento de pequeños puestos para distribución de folletos e información religiosa”. Un 54 por ciento se muestra a favor, mientras que un 25 por ciento está en contra. La celebración de conciertos y otras actividades también cuentan con aceptación de un 54 por ciento, mientras que un 24,2 cree que deberían estar prohibidas. Estos aspectos resultan “indiferentes” para un 20 por ciento de la población. La mayoría (un 64 por ciento) se muestra a favor de permitir el uso de espacios de titularidad municipal – como polideportivos o centros culturales – para la realización de actividades a las que asiste mucha gente de cualquier confesión religiosa. Un porcentaje importante (un 22 por ciento) se sitúa en el polo opuesto, considerando que no se debe permitir el uso de estos espacios a ninguna comunidad religiosa. En conclusión, entre un 20 y un 30 por ciento de la población en España no está de acuerdo con cualquier expresión pública de la fe en calles, plazas o parques, sea con la realización de cultos, actos culturales, o el reparto de literatura o folletos. RELACIÓN ENTRE MUNICIPIO Y CONFESIONES Los ciudadanos creen que la relación entre las autoridades municipales y las distintas confesiones religiosas deben ser fluidas. Un 68 por ciento estima conveniente que el edil se reúna habitualmente con los representantes de todas las confesiones religiosas. Un 60 por ciento apoya que representantes municipales acudan a actos organizados por las comunidades religiosas cuando estas reclamen su presencia, algo con lo que no están de acuerdo un 28 por ciento. Una gran mayoría (84 por ciento) estima conveniente también que el Ayuntamiento informe a las diferentes comunidades religiosas sobre sus derechos y obligaciones. Finalmente, un 63 por ciento considera que el Ayuntamiento debe consultar con representantes de las diferentes confesiones aquellos temas que puedan tener consecuencias en el ejercicio de la libertad religiosa (planes de ordenación urbana, ordenanzas municipales, etc). FINANCIACIÓN DE LA ACCIÓN SOCIAL Las confesiones religiosas con acuerdos con el Estado reciben subvenciones de parte de éste para financiar su acción social (a través de la Fundación Pluralismo y Convivencia). Esta situación es considerada adecuada por un 68 por ciento. Un 21 por ciento considera que sólo las organizaciones de carácter social que no promuevan ningún tipo de creencia religiosa debe recibir estas subvenciones. Un 7 por ciento estima que sólo las organizaciones católicas deben financiarse de esta forma. Aquellos que consideran que las subvenciones no deben ser recibidas por confesiones, apuntan mayoritariamente a una razón de independencia del Estado, estimando que “ningún grupo religioso debería recibir ayudas estatales”, opción marcada por un 43 por ciento. Un 16 por ciento estima que las minorías religiosas no deberían recibir ayudas del Estado. USO DEL PAÑUELO ISLÁMICO También se pregunta sobre el uso del pañuelo islámico. Un 34 por ciento de la población dice ser testigo de su uso en el vecindario “casi todos los días”. En cambio, en el trabajo o centro de estudios lo señala sólo un 20 por ciento. Aunque un 21 por ciento de la población “no sabe” qué simboliza el pañuelo, un 23 por ciento apunta que se trata de una “tradición cultural”. Un 20 por ciento lo relaciona con “el machismo, la sumisión de las mujeres a los hombres”, mientras que para otro 20 por ciento se trata de una “creencia religiosa”. Un 43 por ciento piensa que el uso del pañuelo islámico en colegios e institutos debería prohibirse; superando por un margen escaso a aquellos que creen que debería permitirse: un 40,8 por ciento. Una parte significativa de la población, un 15 por ciento, no tiene clara su posición, y piensa que “no debería permitirse ni prohibirse”. El informe completo se puede descargar aquí. En el próximo artículo de la serie en Protestante Digital, se analizarán las respuestas relacionadas con la presencia de la religión en hospitales, cárceles, cementerios y en la educación pública.

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